2. Rick.

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Eran de esos días donde todo parecía que iba a salir mal pero quería ser positiva después de todo. Era mi último día en la universidad y por fin podría salir de ese infierno para comenzar las practicas en el hospital a mediados de año. Cuando me ofrecieron una beca en Atlanta no dudé ni un segundo en aceptar, pese a los malos comentarios de mis progenitores diciendo que cogiera otra carrera. Los famosos abogados de la ciudad estaban en contra de que su hija pequeña no siguiera la misma tradición que sus otros hijos. Ahora no era importante, había conseguido graduarme después de tanto sufrimiento y esfuerzo. Aunque había una pequeña esperanza en mi interior con la idea de que mi familia viniera a acompañarme a este gran día. Lo dudaba, pues la última vez pelee con ellos como sino hubiera un mañana.

La hija que estudia para ser doctora y sale con un hombre mayor no puede ser digna de ellos. ¿Qué más daba que Rick me sacara un par de años? Después de todo él me hace feliz y me ama. En cuanto les conté que estaba prometida con él, casi les agarra los siete males. Al final me marché llorando como una niña pequeña y prometí que no los buscaría. Mi hermano mayor está al corriente de mi graduación y me informó que irían.

Mentía.

Allí me encuentro, sentada entre todos mis compañeros, con mi túnica blanca a juego con un sombrero del mismo color. Mi mejor amiga me había acompañado a hacer las compras para ese día. Me había decantado por un vestido vino pegado a mis curvas y unos preciosos tacones negros, rezaba para no caerme de bruces en cuanto recogiera mi diploma.

—¿Te encuentras bien? Estás pálida.

Miro a Amy, mi mejor amiga, y suelto un suspiro.

—No han venido.

—A lo mejor les ha pillado el atasco.

—Puede ser—digo, tratando de ser positiva.

—¿Va a venir Rick?

Niego con la cabeza.

—Se le presentó una reunión importante en Nueva York y no volverá hasta el domingo.

Debería ser un día inolvidable, acompañada de la gente que amo. Pero esta vez me siento sola a pesar de tener a Amy a mi lado. Quería que mis padres se sintieran orgullosos de mí, que me abrazaran después de acabar la celebración. O que mi prometido estuviera aquí.

Los parlantes resonaron por todo el establecimiento llamando a Amy. Dejé la tristeza de lado y comencé a aplaudir como una loca.

—¡Esa es mi hija!—gritó el padre de mi amiga.

Amy subió las pequeñas escaleras entre carcajadas por los bonitos comentarios de su familia. Nuestra clase fue vitoreando a cada alumno, no importaba lo poco que hubiéramos hablado durante el curso, todos estabamos alegres por el logro del otro.

Llegó el momento más esperado para mí, anunciaron que tenía que subir. Los aplausos y gritos no tardaron en llegar a mis oídos mientras caminaba por el amplio pasillo. El corazón me bombeaba con fuerza y juraba estar sudando por los nervios.

—¡Mi preciosa mujer!

Estaba apunto de coger el diploma en cuanto escuche esa voz masculina tan conocida. Mis ojos buscaron entre la multitud de gente y lo encontré casi al final de las filas, tan guapo y sonriente. Rick ha venido. Sonrío mucho más y le doy las gracias al director.

Por mucho que quiera correr hacia Rick, tengo que esperar a que llamen a todos.

[...]

La celebración llega a su fin y nos dejan libres para saludar a los familiares y amigos. Me despido de Amy con la promesa de llamarla más tarde y esquivo a la multitud para encontrarme con Rick.

Relatos [TWD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora