Estúpido; esa es la definición correcta para Glenn, según yo misma. Soy la nueva wikipedia. ¿Puede el ser humano ser tan estúpido? Ugh.
Miro el techo sucio de mi habitación—ya le llamo habitación porque celda suena muy feo—doy vueltas por mi cama mientras maldigo a Glenn. Si es que sabia que era mala idea tener un romance en pleno apocalipsis, pero en cuanto le vi por primera vez sentí que él era el correcto. Me había flechado con su bonita sonrisa, su encantadora personalidad, sus preciosos ojos rasgados y su piel suavecita... Glenn era la definición de hombre perfecto, no es estúpido. Le quiero un montón. Las parejas pelean, es lo normal, ¿verdad? Nunca tuve una relación seria en mi corta existencia. ¿También era normal que se pusiera celoso porque salía de caza con Daryl? Pues no, definitiva y rotundamente no. Es una tontería, no tengo ojos para nadie que no sea él. Pero está tan cegado por sus absurdos celos que ha decidido hacerme la ley del hielo, ignorandome por completo.
Y como siempre he sido una llorona profesional, me dedico a ello el resto de la tarde porque me siento triste y tengo derecho a expresar mis emociones como quiera, ni siquiera tomo importancia si alguien pueda escuchar mi llanto lastimero. De todas formas logro consolarme a mi misma, como he hecho siempre, sola.
Ya estaba acostumbrada a la soledad, incluso de pequeña. Pero me había acostumbrado a tener el apoyo de Glenn durante todo este tiempo, que llorar sin él y sin escuchar sus palabras de consuelo, me rompía un poco el alma.
Me animo internamente, el llanto me cansa por lo que no tardo en quedarme dormida. Durante la noche siento un cuerpo pesado hundir el colchón tras mi espalda, lo siguiente es un brazo colarse por encima de mi cintura y pegarme a él. Me hago la dormida, es Glenn. Aspira el aroma de mi cabello y deja un par de besos allí.
—Te quiero tanto...—susurra, dejandome hecha pedacitos—perdóname.
Yo también te quiero.
Sigo haciendome la dormida hasta que sin querer vuelvo a caer en los brazos de Morfeo.
A la mañana siguiente el otro lado de nuestra cama, está vacío. Suspiro con melancolía y vuelvo a clavar los ojos sobre el techo. Que tristeza me invade de repente...
—¿Cómo le digo que va a ser padre?
Apoyo mis manos sobre mi estomago, donde no se ve nada, solo grasa. Bonita y sana grasa. El peso es lo de menos, estoy en un apocalipsis donde voy a ser madre. Joder, que voy a ser madre. De repente una calidez agradable sumerge de mi pecho, la idea al principio me parecía aterradora, pero ahora ya no tanto. Me parecía una aventura arriesgada traer un bebé a este mundo pero esta vida era lo normal ahora, debíamos adaptarnos. No podía ni quería echarme para atrás, quería traer a ella o a él al mundo.
Hago de tripas corazón y me levanto de la cama. Me paso parte de la tarde hablando con Rosita como unas verdaderas chismosas, porque eso hacen las mejores amigas cuando ves que tu novio y padre de tu bebé está muy charlatán y animado con alguien que no eres tú cuando están peleados. Muy largo, ¿no?
—Maggie es bonita—admito tras unos segundos de silencio, donde me dedico a observarlos desde la distancia.
—Sí—secunda Rosita dando asentamientos de cabeza.
Tampoco somos unas víboras despreciando y criticando con maldad la apariencia de otra persona. Nadie tiene derecho de hacerlo, vive y deja vivir.
—Pero es mi novio, yo no comparto a mi novio...
La falta de seguridad en mi respuesta terminan por alertar a mi amiga. Me da unas palmaditas en el hombro y deja de fruncir el entrecejo para regalarme una tranquilizadora sonrisa.
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Relatos [TWD]
FanfictionContenido explícito para mayores de edad. Me he dado cuenta de que están copiando mis relatos. Si ves algo parecido a mis escritos, hazmelo saber, por favor. Cualquier comentario absurdo será borrado y después se bloqueara la cuenta. Diferentes si...