Relatos [TWD]

6. Daryl/Rick.

Aquel evento marcaría un antes y un después en nuestras vidas; la perdición del trío de mejores amigos por unas copas de más. ¿Qué iba a saber yo que acabaría bajo el cuerpo de aquellos dos Adonis?

La mañana estaba radiante y mi corazón se sentía cálido al saber que el gran día había llegado. Daryl, Rick y yo habíamos trabajado tanto en la publicidad de una de las marcas más importantes del país, y por fin podríamos enseñarlas a todo el mundo. Era la fecha indicada, más la fiesta que la misma empresa decidió organizar.

Paso gran parte de la mañana en la peluquería; donde me peinan, hacen la manicura y finalmente maquillan. Realmente siempre he sido mala con los productos de belleza, con lo cual he tenido que recurrir a profesionales para que me dejen presentable para esta noche.

Llego a casa sobre las cuatro de la tarde y me dedico a elegir el vestido para la maravillosa noche. Tenía que ir encantadora y con una elengancia sutilmente sensual. Debía mostrar el resultado de matarme como una loca en el gimnasio, por lo que el vestido que había elegido me quedaba a la perfección. Acentuando mis caderas y pechos, dando a mi trasero un toque infartante.

Salgo de la ducha envuelta con una toalla y sonrió cuando veo que mi pelo y maquillaje siguen en su lugar. No podía ir con el cuerpo todo sudado, de los nervios sudo con más intensidad.

Enfundo mis pies en unos tacones de punta y le rezo a las deidades no caerme de camino al escenario. Agradezco tener el apoyo de mis amigos a la hora de exponer nuestros proyectos, pues hay días donde me quedo en blanco al estar expuesta ante tantas miradas serias. Los empresarios deberían ser más sonrientes y va tanto como para hombres y para mujeres.

Mi gato ronronea y se pega a mis pies sin dejar de mover la cola. Sonrío enamorada y me agacho para acariciar un poco su pelaje. Desde que le adopté mis familiares hacían chistes de mal gusto de que ya estaba recolectando gatos para no envejecer sola. A la mierda sus comentarios, era una mujer con exito y esos les quemaba de envidia. No necesitaba ningún anillo en mi mano ni mucho menos un marido florero. Amaba estar sola y de vez en cuando pasar noches en mi casa con algunos colegas. Aún no estaba lista para el compromiso y no me importa si alguien piensa que soy inmadura y moriré sola. Claro que todos morimos solos, no te vas a llevar a media familia contigo a la tumba. A veces carezco de tacto, lo siento.

Claus me mira con esos ojazos verdes y se marcha con una elegancia alucinante. Sonrío nuevamente y me marcho de casa tras activar la alarma antirrobo.

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Aparco mi bonito coche frente a la casa de Daryl y le mando un mensaje diciéndole que ya estoy ahí.  

Veo a un hombre musculoso y con un traje que me deja con la boca abierta. Daryl luce guapísimo como siempre, con el pelo hasta sus hombros perfectamente peinado y esa pequeña barba que había decidido dejar crecer. El traje azulado se ajusta a cada musculo y anchura de su trabajado cuerpo.

—¿Qué pasa con la pajarita que te regale?—pregunto en vez de saludarle directamente.

Daryl entra en el asiento de copiloto y me repasa con la mirada sin reparo alguno. Digamos que a pesar de ser grandes mejores amigos, teníamos una increíble tensión sexual en el aire cada vez que alguno se vestía más sexy de lo normal. En cambio con Rick no ocurrían esas cosas, mi otro amigo es más tranquilo y el tipo de hombre que prefiere buscar relaciones serias y duraderas. En ocasiones Daryl y yo nos burlamos de sus ideales, y él como buen amigo nos aguanta las gilipolleces.

—No me gustaba como quedaba con el traje, ni siquiera opte por ponerme una corbata. ¡Las detesto!

Pongo los ojos en blanco tras soltar un bufido y emprendo camino hasta la casa de Rick.