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—Primera posición — habló el profesor de ballet mientras todos los estudiantes hacían lo solicitado y mostraban su determinación, pasión y amor por el baile.

La música clásica se esparcía por todo el salón inundando los oídos de todos llevándolos a un ritmo casi  natural y lleno de armonía y concentración absoluta. El sonido rebotaba contra las paredes y los bailarines de vez en cuando se miraban a los espejos para ver sus propios movimientos.

—Excelente Sugawara— halagó el profesor cuando pasó a lado del susodicho.

Definitivamente no era un secreto que Koushi era un bailarín exepcional y entregado, era imposible no reconocer ese talento, además de que su actitud siempre era tan tranquila y relajada, parecía tener mente y cuerpo bajo control, algo que conjeniaba perfectamente con su apariencia delicada y bella.

Ese día en específico, era de suma importancia, se eligiria quiénes eran capaces de presentar audiciones para ser el rey Cisne. Ese papel tan codiciado por muchos y obtenidos por pocos. Claramente todos estaban dando todo de sí para poder convertirse en solista y en esta ocasión habría oportunidad para más de uno, puesto que tanto el cisne blanco como el negro robaban el aliento a quien los mirase. Sí, definitivamente significaba un gran salto para su carrera

No había oportunidad que perder.

La puerta del estudio se abrió mostrando la entrada de una cabellera castaña, su porte lucía con elegancia, digno de uno de los mejores bailarines del país y que ahora, gracias a todo su esfuerzo, era el encargado de dirigir la nueva producción del "Lago de los cisnes" un clásico del drama dentro del ballet.

El profesor lo miró entrar y se cruzó de brazos con molestia mientras pedía que detuvieran la música.

—Llegas tarde Shittykawa— el pelinegro se acercó con el entrecejo fruncido.

Todos los estudiantes se enderezaron en dirección al recién llegado y realizaron una reverencia dándole la bienvenida a su productor

—Creo que llegué justo a tiempo— contraataco el castaño mientras alzaba una ceja con espectación —No me agrada llegar en los calentamientos— reprochó con un puchero

—No tienes remedio— Hajime se llevó una mano a la cara muestra de su hastío, era imposible seguirle el ritmo a alguien como lo era Tooru— Bien— Iwaizumi aplaudió sus palmas llamando la atención de sus estudiantes quienes seguían en reverencia —Este pedazo de mierda será el encargado de elegir a los nuevos cisnes. Espero que muestren que esta Academia es un lugar lleno de talento— se expresó el pelinegro, a lo que en respuesta el castaño sólo frunció el entrecejo indignado por la forma en que lo había llamado y daba un paso enfrente para presentarse frente a su público que realmente parecía curioso por tenerlo ahí.

—Muchos de ustedes, sino es que todos, me conocen. Mi nombre es Oikawa Tooru, uno de los mejores bailarines de todo Japón— se señaló a si mismo y sonrió con orgullo— Por primera vez se me encomendó la tarea de dirigir el Lago de los Cisnes, no hace falta que explique la historia. Cualquiera que estudie ballet lo sabe — se encogió de hombros despreocupadamente —Se que Iwa-chan tiene estudiantes llenos de talento y con habilidades sorprendentes. Pero sólo uno será capaz de encarnar al Cisne Blanco ¿Quién de ustedes posee la inocencia, belleza y sutileza para serlo?— cuestionó —De la misma forma, sólo uno podrá ser el Cisne Negro; la personificación del capricho, la maldad y la codicia — encaminó sus pasos por los pasillos observando cada reacción de los estudiantes ante sus palabras y se detuvo al ver un par de ojos avellana y una singular cabellera platinada. Se acercó y lo tomó del mentón analizando cada facción que componían esa blanca tez mientras que el bailarín era invadido por un fuerte sonrojo  —¿Se sienten capaces para entregar su alma?— murmuró mirando fijamente sus ojos, era una batalla para ver quién bajaba primero la guardia.

Oikawa descubrió en ese momento que su frágil apariencia sólo era para ocultar la fortaleza que escondían esos ojos avellana, pero que al mismo tiempo reflejaban pureza e inocencia. Sonrió casi con petulancia y soltó al bailarín para seguir caminando con seguridad plantada en su persona.

Se sentía complacido, la apariencia de Sugawara era la indicada para ser el Cisne Blanco,  estaba casi seguro de que había nacido para interpretar a la bella Odette, sólo era cuestión para poner a prueba sus habilidades y demostrará que tenía lo necesario y más.

—Iwa-Chan— llamó Oikawa al profesor —Tienes muy buenos prospectos— le comentó con calma mientras sus ojos seguían escudriñando a cada estudiante y se detuvieron al encontrar una mirada azul zafiro cargada de rebeldía y fiereza

Estaba seguro, él sería Odile, el Cisne Negro. Infló su pecho en signo de superioridad y regresó a lado de Hajime

—Esta decidido– sentenció el castaño y señaló al chico de hebras cenizas —Acercate mi, pequeño Cisne— sonrió mientras lo animaba a ir a dónde él estaba.

Sugawara se removió con nerviosismo en su lugar, se mordió los labios y caminó con timidez hasta donde estaba su profesor y el productor

—Dime tu nombre— sonrió amigablemente el castaño mientras tomaba su mentón para que lo mirara a los ojos

—Sugawara Koushi— respondió el chico y Oikawa lo soltó tomándolo de los hombros y lo volteó hacia los demás

—Bueno, Sugawara será el primero en audicionar para representar a Odette, el Cisne Blanco— anunció con orgullo, Koushi no lo podía creer, había sido elegido. Volteó a mirar al castaño y este le sonrió de forma coqueta —Felicidades, joven Koushi— susurró cerca de su oído causando escalofríos por toda la piel del peligris, lo soltó y Sugawara regresó a su lugar con un leve sonrojo

Más de uno felicitó al nuevo rey Cisne, era natural que él lo recibiera. Todos estaban de acuerdo que él había trabajado mucho para eso y no sólo eso, su actitud y apariencia eran perfectas para el papel

—Bien, ahora para Odile— Oikawa se llevó un dedo a la comisura de sus labios en gesto pensante y señaló al pelinegro de ojos zafiros —Tú, acércate— sonrió con soberbia y el joven bailarín asintió una sola vez —Tu nombre—

—Kageyama Tobio— respondió escuetamente

—Felicidaded, Kageyama. Serás nuestro Cisne Negro— había soberbia en sus palabras y una mirada burlesca.

Era increíble como había cambiado tanto su actitud con respecto a dirigirse a sus dos nuevos protagonistas, esa actitud no pasó desapercibida por nadie en el estudio, está profuccion amenzaba con ser de lo más interesante

—Bien, los demás estarán en clase con Iwa-chan y los dos Cisnes conmigo mañana a las siete en punto— sonrió y salió del estudio sin decir otra palabra

De verdad que le habían llamado la atención los Cisnes, eran tan peculiares y diferentes entre sí. Efectivamente eran como el blanco y el negro

Hola, qué tal. Soy yo de nuevo y sí, vengo con todo para seguir con este shipp. Pero antes debo admitir que habrá drama pq el drama es mi pasión 😈👌🏾

Espero que les guste el primer capítulo

CisneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora