Que tus viejos no acepten quien sos porque no vas con su onda, es realmente molesto. Yo sé que no me odian, me aman, pero lo que he elegido para mí (algo completamente opuesto a su vida y creencias hippies) no es de su agrado en absoluto y es muy pesado que intenten convertirme en quien no soy. Creí que esa sería mi vida: constantes mudanzas, amigos esporádicos, padres molestos y una existencia sin más emociones que las de enojo al ver que mis progenitores cambiaban mis cosas por otras de su gusto o arruinaban mis ropas para que me pusiera otras que ellos elegían, sin embargo, todo cambió cuando lo conocí a Él. En ese momento, mi mundo dio un giro de ciento ochenta grados y se volvió más divertido y más... Rojo. Si querés saber qué pasó, atrevete a adentrarte en el mundo de misterios y "diversión" de EL JUGUETERO.