Dylan creció en Beacon Hills como un chico cualquiera, sin embargo, debido a la posición de su padre como líder del clan de los doce deberán volver a las tierras del clan para detener una posible amenaza. Sabía que el cambio no sería fácil sobre todo con dos asuntos: primero, ahora era un príncipe, segundo, todavía estaba aprendiendo a controlar los dones que habían heredado de su padre. Una nueva vida, nuevos amigos, un nuevo enemigo y un nuevo amor le traerán un cambio que jamás imagino. Sin embargo, deberá tener cuidado al elegir en quien confiar porque nunca sabes quien puede ser un lobo disfrazado de oveja.