Ella era una chica normal, incapaz de manejar su furia. La buscan, pero ella se esconde. Le hablan, pero ella calla. La encuentran, pero ella escapa. Él era un chico normal, capaz de enfrentarse a la ira de ella. Lo manejan, pero él corta las cuerdas. Lo alcanzan, pero él es más rápido. Le ofrecen, pero él rechaza. ¡El fuego y el agua tampoco son tan malos compañeros!