Capítulo 18: Expedición parte 2

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Al observar el sitio, me encontré con una especie que hasta ahora no había visto en este mundo, humanos. Las personas en cuestión se trataba de 12 hombres que traían unas extrañas armas similares a escopetas pero que en vez de cañón, poseía un tambor de revolver gigante con varios arpones sobresaliendo, el tipo frente a mi tenía un revolver en la cintura y una espada curva en su mano.

-¡Soy el gran explorador Bartolomeo Andrew32! -Pedazo de imbécil ¿Por qué tenía que gritar en esta situación? Y además ¿Por que su nombre tiene números?

-Podrías no gritar, no quisiera alertar al dragón. -Dije con indiferencia.

-¡¿Qué?! ¡¿Dragón?! ¿Dónde está el dragón? -Dijo aún gritando... este pedazo de animal, al final solo señalé con el dedo índice al cielo, allí, pude ver como su cara pasaba a ser pálida tan rápido que era casi que gracioso, pero lo que si me dio miedo era que la bestia en cuestión acababa de abrir sus alas, lo que oscureció por completo el cielo sobre casi que todo el bosque, estaba claro que si seguíamos con esto, podríamos estar en problemas, solo espero que Emi y Clara se ocultaran como es debido, aunque de esta última ya me espero todo.

-Escucha, si realmente quieres que escapemos de aquí con vida, lo mejor sería que guardaras silencio. -Puede que para este punto fuera un caso perdido, pero debía intentarlo al menos, sorprendentemente obedeció, cerrando la boca y asintiendo enérgicamente, pese a ello, sus camaradas no bajaron las armas, realmente debo decir que me intrigaban, pero tendría tiempo después para preguntar, pero cuando pensé que saldríamos finalmente de aquí, un sujeto nos interrumpió.

-Pero, está claro que tú no eres humano, pero tampoco parece que seas una especie previamente registrada. -El sujeto que dijo eso se trataba de un hombre delgado, con gafas redondas y un traje que le hacía parecer un explorador de caricatura, pero en ese momento todos levantaron sus armas contra mí.

-¡Si ese es el caso, yo Bartolomeo Andrew32 reclamo este espécimen como mi hallazgo! -¡Pero deja de gritar imbécil! Tanto ruido provocó que el dragón comenzara a batir sus alas mientras se preparaba para alzar vuelo, en esta situación no  podía ponerme a pelear porque llamaría su atención, tomando en cuenta las ollas en mi espalda, correr era una situación bastante difícil por el ruido que provocaría, aún así, si el dragón despertaba y comenzaba a moverse hacia el campamento, las personas allí estarían en problemas, debía pensar en algo rápido, así que opté por tomar una decisión arriesgada. En ese momento levanté mis manos.

-Me rindo. -Todos los presentes se mostraron confundidos, pero antes de que el explorador del nickname estúpido hablara, opté por interrumpirlo. -Pero solo los acompañaré si se quedan en silencio y nos retiramos ahora mismo. -Tras esto los humanos dudaron un momento, pero al final me indicaron que caminara, mientras nos íbamos, hice que Nyan dejara las ollas en la carreta e incluso me tomé un momento para desenterrar una planta de té.

-¿Qué haces? -Preguntó temeroso un soldado mientras me apuntaba con su rifle, debo decir que eso me asustaba, aunque no tanto como hubiera esperado.

-Dejaré esto en un sitio donde sepa que puedo recogerlo cuando vuelva. -Tras ello lo dejé en la carreta junto a las ollas. Después de salir del pueblo, me encontré que tenían estacionado afuera del mismo, unos vehículos similares a jeeps pero con una caldera en el frente y ruedas de madera.

-Sube por favor. -Me indicó el sujeto de las gafas.

-¿A donde me llevan? -Dije mientras me sentaba en el asiento de atrás.

-Saldremos del continente cis-género y te llevaremos a la universidad de el reino Cambil, allí te estudiaremos más a fondo, aunque si eres un ser tan racional, estoy seguro que con responder unas preguntas después de presentarte ante la comunidad científica estará bien. -¿Bosque Cis-género? En serio ¿Quién inventa estos nombres? Cuestión que terminé siendo llevado hasta un barco de velas donde se me colocó en un cuarto bajo la cubierta, llevando encima unos grilletes que bloqueaban las puntas de las vides inferiores de Nyan que cubrían hasta mis pies, un poco inútil si me preguntan tomando en cuenta que vine todo el camino por propia voluntad, pero aún así, me preparaba para lo que se venía, puesto que el mundo humano podría presentar nuevos retos, pero también nuevas recompensas...

Mi pequeña Villa en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora