Capítulo 10: El ataque de las amazonas y el trapito.

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Después de comer me di cuenta que necesitaría un sitio para la carne, siendo que Emi no le gustaba, supuse que lo mejor era buscar otro sitio para conservarla, para mi fortuna, Nyan le drenó toda la humedad, ya que con esto debería durar más, además de que hice una bolsa con la piel y le quité todo el aire para un sellado al vacío ¿Quien diría que tener una loli, furra, planta, enfermedad mental sería tan útil? Más tomando en cuenta que ella misma fue quien excavó una pequeña habitación cercana que decidí convertir en depósito.

Para cuando me fui a dormir esa noche Nyan se ató a mi cintura, dándole dos vueltas a mi cuerpo, mientras que por su parte Emi, bueno aunque estaba un poco temerosa al principio, al final resulta que el libido es más fuerte que la razón, como pueden esperar terminé como momia, a la mañana siguiente me despertó el enérgico grito de una joven.

-¡Buuuuuuuenyos días! -Al ver al sitio, en vez de una Loli, veía una joven de como quince en pose de gatita y guiñando el ojo.

-¿Esto significa que mañana serás una milf? -Pregunté mientras la miraba, ella solo inclinó la cabeza.

-¿Qué es una Milf? 

-No importa. -Más importante que ello, se ve que el cuerpo de Nyan creció otra vez, cubriendo ahora cuatro vueltas de mi torso y un poco de mi pecho como un collar grueso que caía sobre mis hombros, Emi se asustó un poco hasta que la calmé. Después de eso la mañana empezó tranquila, quitar las hierbas, regar las plantas, incluso planté más cultivos un poco más alejados para expandir el cultivo, además de agrandar la fosa de agua con ayuda de Nyan, quien ahora se extendía por más o menos cuatro metros, ya de paso saqué un pequeño estanque para bañarme, aunque no lo conecté ya que primero tenía que convertirlo en bañera y para ello necesitaría losas de piedra o madera para separarla de la tierra, aunque de momento solo me limpio con un trapo, pero mientras estaba en lo mío, de pronto escuché el choque de dos armas, ante esto me levanté rápidamente y corrí hacia el sitio desde donde provenía el sonido, allí me encontré la cerca de espinos cortada en una parte y a Emi, quien peleaba con otra chica, de cabello en cola de caballo, piel morena y brazos fornidos, además de un busto por más generoso, además de su ropas de aspecto indígena y un hacha de hueso en su mano izquierda, detrás de ella, otras cuatro mujeres con ropas similares al atacante de Emi, faldas de colores y un top de cuero, además de un hacha cada una.

-Eres fuerte para ser una coneja. -Dijo la invasora mientras sonreía, Emi por su parte se lanzó a alta velocidad, pero la amazona lanzó una piedra y como si usara una raqueta y no un hacha lanzó la pedrada, Emi saltó al costado y su oponente saltó al frente por lo que Emi retrocedió esquivando el hachazo, entonces la coneja con cuchillo en mano comenzó a girar alrededor de la otra, pero esta colocó el hacha en el suelo y giró, levantando una nube de polvo, Emi se desconcertó y la otra le dio una patada que la lanzó, entonces la morena saltó encime pisando su brazo.

-Si solo tuviera mi lanza. -Dijo Emi molesta. 

-No estuvo mal para alguien que usa el arma de los exhiliados, pero hasta aquí llegas. -Cuando levantó el hacha para rematarla, decidí intervenir.

-Nyan, detenla. -Dije, inmediatamente, la vid salió disparada y tomó la mano de la desconocida, impidiéndole bajar.

-¿Qué? -Preguntó, ante esto yo intervine.

-No actué antes porque Emi prefiere pelear sola, pero será mejor que me den una buena explicación. -En eso una de las chicas de atrás gritó.

-¡¿Cómo te atreves a interrumpir un duelo?! -En eso otra intervino.

-Carla decidió que tomaríamos todo lo de aquí y mataríamos a sus habitantes, así que la coneja optó por pelear el duelo a muerte contra Carla por ello. -En ese momento mis ojos se abrieron con rabia, no hizo falta ni decirlo, porque Nyan inmediatamente tiró de la desconocida, usándola como pesa y azotándola contra las otras, que fueron derribadas y después levantó a esta Carla y la arrojó contra las caídas chicas levantando un polvareda, después la volví a levantar y repetí el proceso una y otra vez, cuatro en total(uno por cada chica) Cuando terminé, solté a la primera, la cual solo recolocó su brazo dislocado por los azotes y se levantó junto a las demás ¡¿De qué carajos están hechas?!

-Bastardo ¿Cómo te atreves? -Dijo la del inicio, pero Nyan ni esperó mis órdenes y las derribó con un azote que las derribó, envolviéndolas en la vid.

-¿Ustedes abiertamente dijeron que iban a robarse todo mi trabajo y posesiones y se quejan de que no respete las reglas del duelo? -Entonces empecé a apretarlas, hasta que tras unos segundos le dije a Nyan que parara, tras eso las solté, se veía que no podían moverse, Emi ya se había levantado hace un rato y nos observaba, yo le sonreí y tras ello me di la vuelta hacia el almacén, entonces tomé una pata del ciervo y se las lancé.

-Si tienen hambre se pueden quedar con eso, pero no vuelvan a molestar. -Cuando lo vieron solo se quedaron mirando mientras me iba con Emi.

A la mañana siguiente las cinco chicas estaban de rodillas frente a mi casa, en ese momento la fornida del otro día comenzó a hablar sin levantar la cabeza.

-Nos has derrotado en un duelo justo, para nosotras la raza amazónica, la fuerza lo es todo, si eres fuerte puedes tomar lo que quieras y por ello, a partir de ahora te pido nos tomes. 

-No quiero. -Sé lo que están pensando "¡¿Qué carajos tienes harem en bandeja de plata y dices no?!" Pero recuerden que a duras penas puedo solo con Emi, ahora imaginen tener que lidiar con la libido de Emi y cinco chicas más cada noche, sería el fin del hombre ganso.

-Lo siento, pero no tienes opción, por la ley de las amazonas, ya que tú un extranjero nos derrotaste y no tomaste nuestra vida, te pertenecemos, como esposas o como esclavas. -En eso Emi intervino.

-Creí que si perdían con un extranjero debían ser sacrificadas por la tribu. -Entonces la así llamada Carla levantó la cara roja y gritó.

-¡No te metas con los fetiches de otros! -Ok, no voy a preguntar.

-Pueden quedarse por la zona si ayudan supongo, aunque realmente no tengo deseos de tomar cinco mujeres más como esposas. -En eso Carla me miró confundida.

-¿Cómo que cinco mujeres? -Yo solo arquee una ceja.

-¿No son todas ustedes mujeres? -En eso Carla negó.

-Si bien ya no lo usaré puesto que pertenezco a usted mi señor, originalmente era un hombre de las amazonas. -En eso se me dio por mirar hacia su falda, ahí lo vi ¡Tremenda Tula se cargaba la desgraciada!

Mi pequeña Villa en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora