Mi pequeña Villa en otro mundo

Capítulo 36: Reunión familiar.

Después de las presentaciones, terminamos en la sala principal de la madriguera con Emi, sus padres y su aparente hermana menor, quien mira el sitio asombrada continuamente.

-Eh mu grande. -Decía mientras corría de aquí para allá entre las habitaciones excavadas, en ese momento hubiera hecho ya saben que chiste, pero el ambiente no está precisamente para ello, frente a mi, los dos conejos mayores están serios y en silencio, Emi tiene la mirada desviada y el silencio es incómodo, ¡Muy bien! Es hora de actuar.

-Tecito. -Dije mientras le ofrecía una taza de té que preparé a los señores frente a mí, ellos me miraron confundidos al principio, antes de tomarla.

-¿Uh? Ah, gracias. -Dijo mientras probaba un sorbo.

-Es té de la aldea enana, una de las cosas que rescatamos de allí.

-Ya veo, es bastante bueno. -Me respondió el señor, bien, ya rompí el hielo, ahora es tu turno Emi.

-¿Por qué están aquí? -Dijo casi molesta... ¡¿Pero qué demonios?! ¿No se suponía que esto era una reunión emotiva?

-Después de que te exiliaran, estuvimos buscándote. -Emi se veía molesta.

-Si tanto les dolió que me expulsaran ¿Por qué no protestaron en el juicio?

-Emi cariño, sé razonable, sabes que no podemos ir contra toda la aldea...

-¿Ni por tu propia hija? -En ese momento el señor se cayó, yo en ese momento tomé la mano de Emi.

-No quiero defender sus acciones, pero si no fuera por ello no nos habríamos conocido probablemente, así que ¿No podríamos considerarlo un mal necesario? -Ella me miró con cariño y mostró una pequeña sonrisa.

-Supongo que sí... -Ante esto fue la señora de la pareja la que intervino.

-Por cierto ustedes se ven muy cercanos ¿Acaso son...

-Somos pareja. -Dijo Emi sin titubear, su madre se mostró preocupada.

-¿Estás segura de esa decisión? -Pude sentir como ella apretaba mi mano mientras se mostraba un poco molesta.

-Es mi decisión ¿No? -Su madre me miró a mí después.

-No eres un mal chico, desde aquí puedo sentirlo... pero me temo que si continúan juntos les traerá a ambos bastante sufrimiento. -En ese momento Emi se levantó indignada.

-¡¿Ahora resulta que les preocupa mi bienestar?! ¡¿Qué pasó con lo que sufriría cuando solo desviaron la mirada en el juicio de la aldea?! -Parece que este tema no se zanjará tan fácil, por mi parte decidí quedarme callado, pero cuando ella salió del sitio enojada, instintivamente decidí ir tras ella, pero antes de que pudiera irme, su madre volvió a interrumpir.

-Ustedes no pueden tener hijos ¿Me equivoco? -Yo solo miré hacia ella un momento.

-No, aunque la verdad no me importa. -La señora bajó la mirada.

-Quizá no ahora, pero le importará a ella tarde o temprano... -Después de esa frase solo salí y fui por Emi, aunque por lo visto, alguien se me adelantó, cuando llegué, Melty ya estaba con ella hablando, por lo que decidí esconderme y escuchar a hurtadillas.

-¡No puedo creerlo! Durante todo un año estuve sola y ahora vienen a decirme que lo sienten y que todo el tiempo solo querían mi felicidad ¡Que no me jodan! Ellos fueron quienes me abandonaron en primer lugar. -Decía Emi mientras tiraba un dardo en la diana, Melty la miró y sonrió mientras tomaba otro dardo ella.

-¿Ellos pidieron disculpas por abandonarte? -Preguntó mientras tiraba otro dardo.

-Aunque lo hicieran no volvería a ser igual. -Dijo mientras volvía a tirar.

-Jamás lo es. -Respondía con otro dardo, entonces Emi se mostró molesta.

-Solo dijeron que fuera razonable y que no podían oponerse a la aldea entera. -Dijo aún enojada.

-Realmente, sobrevivir aquí fuera es complicado.

-¡Por favor! Son hombres conejo adultos, podrían habérselas apañado.

-¿Pero y tú hermanita? -Dijo mientras tiraba otro Dardo, en ese momento Emi se quedó en silencio un momento.

-Yo... necesito pensar a solas un rato. -Dijo mientras se retiraba del sitio, fue entonces que me acerqué a Melty, apoyando mi mano sobre su cabeza y acariciándola.

-Fue un bonito gesto el tuyo. -Ella le miró con mirada triste.

-Bueno, ella aún tiene oportunidad de arreglar las cosas con su familia, no quiero que desperdicie ese privilegio, después de todo, si pudiera volver y recuperar a mi familia, yo... -Decía mientras bajaba la mirada, yo por mi parte la abracé por la cintura.

-Bueno, aunque no seamos la forma más convencional, podrías decir que somos una familia también. -En ese momento ella me miró con picardía.

-Entonces ¿Qué te parece si nos vamos a jugar a la mamá y al papá? -Supongo que mi días de trabajo están lejos de terminar...