Capítulo 40: No gracias

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-Punto de vista de la princesa-

-Días antes-

Mi nombre es Alice Remerant Anyes, soy la princesa del reino de Yill... bueno, lo era... la verdad tuve que escapar de mi reino a causa de la guerra, si me hubiera quedado, quien sabe las cosa horribles que me habrían hecho, de solo pensarlo me da escalofríos, pero por suerte pude escapar junto a mi guardia personal y las 6 damas de compañía que siempre me acompañaron, ellos dijeron que lo primordial era que yo sobreviviera, que la sangre de Yill no se podía perder, pero aunque sea así, yo no pienso permitir que nadie de ellos muera, cada una de estas doce personas son tan importante para mi como un tesoro invaluable, son todo lo que me queda... después de escapar del reino, vagamos por varios días mientras escapábamos de un grupo de caza recompensas, al final, logramos infiltrarnos en un barco, por lo visto necesitaban marineros para una expedición y mi guardia accedió con la excusa de que nos dejaran acompañarles, jamás me gustó los viajes marítimos, pero en este momento, no tenemos opción, debemos escapar. Después de tres días, comprendimos porque estaban dispuestos a aceptar cualquier marino para esta misión, nuestro objetivo, no era otro que el bosque Blanco-Heterosexual... aún no me convence el nombre la verdad... Aparentemente el objetivo del viaje era encontrar una supuesta cueva de Dragon, donde se decía se encontraban infinidad de tesoros, tesoros que por lo visto serían solo para el capitán, ya que nuestra paga nos fue dada por adelantado. El viaje por el bosque fue largo, a decir verdad, mi vestido no era precisamente práctico en esta situación, pero no quería deshacerme de el, era la única cosa que aun conservaba de mi vieja vida y una parte de mi se negaba a dejarlo ir por ello. Los marinos que nos acompañaban eran hábiles y bien equipados, pero aún con eso se ve que subestimaron al bosque, uno por uno fueron cayendo por los peligros de este continente demoniaco. Antes de darme cuenta, ya solo quedábamos nosotros, estaba tratando de aceptar que moriríamos aquí, pero de pronto, un rayo de esperanza apareció frente a nosotros, una comunidad extraña, podía ver a varias razas, pero lo mas sorprendente, era que su líder, era un ser humano. Nos invitaron a comer, nos dieron asilo, alimento e incluso abrigo, incluso nos permitieron usar su casa de baño, aunque fuera mas rústica que la del palacio pero ¿Hace cuanto no podía tomar un baño? La cara de todas demostró la felicidad que les daba por fin poder descansar, pero los guardias aún se mantenían reacios a todo esto, dijeron que mañana partiríamos que no había razón para confiar en ellos y que ellos no ganaban nada con ayudarnos, por lo que seguro era una trampa, fue entonces que me decidí, protegería a mi pueblo, al menos lo que quedaba de el, por eso fui a la casa de baños del sitio, me peine, me prepare y envolví mi cuerpo desnudo en una manta mientras me dirigía la cueva que el líder de esta aldea había convertido en su casa, allí me lo encontré dejando caer un pequeño objeto de madera que volvía cada que lo soltaba, cuando me vio me quite la manta, lista para lo que sea por mi pueblo.

-Tómame. -Dije tratando de reunir todo el valor posible.

-No gracias. -Dijo mientras volvía a ver su juguete... ¿Qué?

-Tú... ¿Acaso eres gay? -Pregunté sin nada de discreción, a lo que el solo detuvo el movimiento de aquel objeto, suspiro y me dijo.

-¿Un tipo no quiere violarte y tu primera reacción es pensar que es gay? Eso es bastante machista-heteropatriarcal falicocentrico de tu parte.

-¿Que significa eso último? -Pregunté mientras levantaba una ceja. 

-No se, pero me lo gritaban tanto que algo debe significar. -En ese momento sentí una voz que venia desde detrás mía.

-¡Prepárate porque como hoy si te nos escapaste todo el día, ahora si te vamos a dejar bien s...! -En ese momento vi a una joven de la tribu conejo, así como una amazona y dos enanas. 

-¿Y esta quien es? -Dijo la conejo.

-Soy la princesa... bueno, ex-princesa del reino Yill.

-Aja ¿Por qué estas desnuda en nuestra casa? -En ese momento no sabía que responder.

-Como puedes ver, no es precisamente que me falte eso. -Dijo el joven líder que dejo su objeto de madera a un costado.

-Espera, entonces ¿Qué clase de relación tienen ustedes cinco? -En eso la coneja respondió.

-Somos sus esposas. -Fue entonces que el humano arqueo la ceja.

-¿Desde cuando estoy casado?

-Mas o menos unos cinco meses.

-¿No necesitan mi consentimiento para eso? -Entonces la coneja rio.

-No seas tontito, solo necesitamos la aprobación del miembro mas influyente de tu familia.

-¿Si no soy yo quien es?

-Como soy tu primera esposa, naturalmente es puesto me pertenece. -En ese momento vi como movía los dedos de forma confusa en incluso se ponía a hacer cuentas en el suelo antes de soltar un suspiro.

-Sabes que, no buscaré la lógica a eso. -Tras eso me envolvieron en la manta y pidieron que retirara... aun no entiendo que pasó...

Mi pequeña Villa en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora