Mi pequeña Villa en otro mundo

Capítulo 35: Te ganaste una rociadita.

Paso cerca de una semana desde nuestra batalla contra el Dragón, por lo visto la noticia se esparció por todo el bosque, aunque por suerte Flora está haciendo que se cumplan las órdenes que le di a Draco ese día, además, parece que los conflictos ya cesaron debido a que el territorio habitable se duplicó por esto, sin contar que parece que las diferentes tribus me reconocieron como el amo del bosque -Realmente no quería el puesto pero bueno- momento ¿Eso significa que ahora soy el presidente del bosque? Mmmh... eso suena a mucho trabajo ¿No puedo dejar a otro que se encargue de robar por mí? Bueno quizá no, después de todo puede que el trabajo político sea más extenso aquí que en mi otro mundo, además de que en cuyo caso ya me habrían dado una banda y un palito... ¡Exijo que me den mi palo!... eso sonaba mejor en mi cabeza.

Lo importante es que por lo visto, pese a que todas las tribus trabajan como entes autónomos, por lo visto recurrirán a mí para actuar como mediador y líder ante situaciones de mayor nivel, lo que nos lleva a este momento y más precisamente a esta pregunta ¿Quién carajos son las personas frente a mí? Después de todo, desde hace unos días aparecieron unas personas nuevas en mi aldea, una mujer lobo, un elfo, una joven con orejas y extremidades de felino -apareció esta mañana-, tres amazonas y una familia de tres conejos -Entre ellos un niño pequeño-.

-¿Así que tú eres el nuevo jefe del bosque? -Preguntó de forma desafiante la amazona, yo solo asentí, entonces la leopardo se acercó a mí y me miró a los ojos.

-Pues me parece demasiado débil p... -Antes de que terminara su frase ya estaba en el suelo bajo uno de las vides de Nyan que la estaba aplastando mientras la misma se manifestaba a mi lado, yo solo la miré confundida.

-Nyan ¿Eso por qué? -Nyan solo se cruzó de brazos.

-Por que Nyo me gusta. -Dijo.

-Eso tiene sentido. -Después volví a ver a la leopardo que se retorcía bajo la vid casi agonizante. -Pero mejor déjala ir, si se muere empezará a apestar el lugar. -Tras eso por fin Nyan la liberó.

-Ok, reconozco que eres un poco fuerte. -Dijo la leopardo aún en el piso, entonces la mujer lobo se me acercó.

-Tus vides son fuertes, pero sin ellas, solo eres un patético humano. -En ese momento le eché una rociadita con mi pulverizador casero... sabía que me serviría de algo algún día. -¡Oye! -Grito.

-Vete al rincón. -Dije monótono.

-No me des or... ¡Oye! -Se quejó con la segunda rociada.

-Al rincón. -Dije mientras le rociaba por tercera vez.

-Ok, ok, ya voy. -Decía mientras se quejaba e iba refunfuñando a la esquina del muro. 

-¡Sin refunfuñar! 

-¡Ya te oí! -Decía  mientras se callaba y quedaba viendo el muro, tras eso vi al elfo.

-¿Quieres algo? -El elfo miró a la leoparda aún en el piso y a la loba sentada en la esquina.

-Uste no se preocupe patrón yo no le armo pedos, nomas le pido que no se abuse conmigo. -¿Uh? Eso me sorprendió, no esperaba que los elfos fueran tan humildes. Después de eso la Amazona sonrió.

-Sin duda eres fuerte, por eso, no me opondré a tus órdenes tampoco. -En cuanto a los conejos, antes de que pudieran decir algo, escuché a Emi desde detrás de mi.

-¿Papá? ¿Mamá?...