Capítulo diecisiete

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Llegué a mi casa unos minutos antes de que mis padres llegarán de trabajar, aproveché que no habían llegado para dejar algunas de mis cosas en mi habitación.

Cuándo mi madre me vio corrió a abrazarme, pero mi padre solo me miró sin ninguna expresión mientras se sentaba en frente de mi.

—¿Qué haces aquí Andrew?—preguntó mi padre sin rodeos y mi madre lo miró mal—No me mires así que tú también quieres saber el motivo de su visita.

—Si, pero al menos puedes saludarlo primero—mi padre rodeó los ojos—George—lo regaño mi madre.

Decidí intervenir antes de que empezarán a discutir—Yo lo siento—mi madre me miró extrañada por mi comentario—Estoy aquí porqué perdí la beca—dije y la sala de estar se quedo en completo silencio.

—¿Puedo saber por qué?—preguntó mi padre molesto luego de algunos minutos.

Les conté todo lo que había sucedido y que me había llevado a perder la beca, el hecho de que todo hubiera pasado por mi relación con Joseph incremento la molestia de mi padre, mi madre está sorprendida, pero me abrazo para darme ánimo.

—Todo va a estar bien mi amor no debes preocuparte, ya verás que juntos encontraremos una solución—le sonreí.

—Que bueno que no has subido tus maletas a tu habitación porque ahora mismo te vas de mi casa—mi madre miró sorprendida a mi padre—Si fue capaz de abrirle las piernas al primer hombre con dinero que encontró se puede conseguir otro que lo mantenga porque yo no pienso mantener zorras en esta casa, así que te me vas ahora mismo Andrew.

—Mi hijo no se va a ir de la casa George—mencionó mi madre molesta.

—De mi casa dirás porque sino lo recuerdas me vendiste tu parte de la casa y como es MI casa yo decido quién vive en ella—mi padre me sonrió feliz—Por fin logré librarme de ti, marica.

Mi madre iba a golpearlo, pero la detuve antes de que lo hiciera, tenía que encontrar la manera para calmarla y de asegurarme de que ella y mi hermana estarían bien en mi ausencia.

—Estaré bien mamá no debes preocuparte por mi—le sonreí para que se calmara—Solo está molesto ya verás que se le pasará pronto.

—Pero ¿a dónde iras?, no puedo dejarte ir sin saber que va a pasar contigo—me miró con tristeza.

—Tengo algo de dinero y puedo conseguir un trabajo mientras mi padre recapacita—mi padre no permitiría que yo volviera a la casa, pero debía hacer que mi madre creyera que así sería.

—Pero si n—la interrumpí.

—Pero nada mamá, no debes preocuparte porque voy a estar bien—la abrace fuerte porque no sabía cuándo la volvería a ver—Te llamaré todos los días para saludarte.

—Espera un momento te daré el contacto de un viejo amigo que te puede dar trabajo—mi madre escribió los datos de su amigo en una hoja y me los dio—Haré todo lo posible para que tu padre cambie de opinión—me volvió abrazar—Te amo hijo y te aseguro que cuándo vuelvas las cosas serán diferentes.

—Yo también te amo mamá—le sonreí—Cuídate y por favor no le comentes nada de esto a mi hermana, ella debe solo debe preocuparse por estudiar.

—No le diré nada si prometes llamarme todos los días—asentí.

—Te lo prometo—Nos abrazamos por última vez a modo de despedida.

Recogí mis maletas y le di una sonrisa a mi madre antes de salir de la casa.

Despedirme de mi madre había sido muy difícil y más porque dudo que la vaya a ver pronto, pero no puedo quejarme cuándo yo soy el culpable de lo que está pasando, solo espero que mi padre en mi ausencia trate a mi madre y a mi hermana de la mejor manera.

Conseguí un motel dónde quedarme cerca del lugar dónde trabajaría a partir de mañana, con el dinero que me dio Jake pude pagar una semana en el motel y comprar algo de comida, el amigo de mi madre era dueño de un restaurante por lo que debía trabajar como mesero, la paga no era mucha, pero era suficiente para pagar el motel dónde me estaba quedando y me quedaría algo para comer, no me podía quejar ya que al menos tenía un lugar dónde dormir, pero buscaré algo mejor ya que está zona de la ciudad es muy peligrosa, el motel no esta en las mejores condiciones y con el poco dinero que tenía sólo podría comer dos veces al día.

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Mi primer día de trabajo estuvo horrible, ser mesero no era lo mío, pero necesitaba el trabajo y no podía renunciar.

Cuándo llegué a mi nuevo "hogar" lo primero que hice fue sentarme porqué me estaban doliendo mucho los pies.

Sentía dolor en todo mi cuerpo, además sentía que mi cabeza quería estallar.

Joseph había estado llamándome todo el día y eso había aumentado mi estrés, sus llamadas solo me recordaban lo que había sucedido la última vez que lo ví.

Me recosté en la cama del motel dónde me estaba quedando para descansar un poco, pero mi teléfono no dejaba de sonar así que decidí contestar.

—¿Puedes dejar de llamarme?, ya me quedó claro que crees que soy una zorra interesada, además si me llamas para cobrarme el dinero que te debo pierdes tu tiempo porque no tengo dinero para pagarte, tendrás que darme un poco más de tiempo—suspire con tristeza y sentí las lágrimas deslizarse por mis mejillas—¿Sabes? Yo te amo demasiado Joseph, pero por esa misma razón decidí alejarme de ti porque no puedo ser tan egoísta de ponerte en una situación dónde debas escoger entre tus hijos y yo.

—Andrew las cosas no tienen porque ser de esa ma—lo interrumpí.

—Solo deja de llamarme Joseph, por favor—luego de eso terminé la llamada.

Limpié mis lágrimas y me cambié de ropa por una más cómoda para dormir, el apetito se me había ido y mi dolor de cabeza era más fuerte.

Olvidar a Joseph iba hacer una de las cosas más difíciles que debía hacer en estos momentos, mi corazón me pedía a gritos que estuviera con él, pero tenía cosas más importante que resolver ahora, no tenía tiempo para lamentos y mucho menos para reparar mi corazón roto, por otro lado era necesario que buscara otro trabajo para pagarle a Joseph.

Cuándo estaba listo para irme a dormir mi celular volvió a sonar, pero esta vez me estaba llamando William el amigo de Joseph.

—William ya le dije a Joseph que no tengo dinero para pagarle—respondí molesto.

—Andrew no te llamo para eso—mención William con tranquilidad—solo quería que nos viéramos para hablar un poco.

—No creo que eso sea posible—por ahora evitaría decirle que no me encontraba en la universidad—Estoy muy ocupado William, hablamos luego—corte la llamada antes de que William dijera algo más.

Todo se estaba complicando, no sabía cómo hacer para pagarle a Joseph y evitar que sospechara de lo que había hecho Chad, tenía que pensar en algo para cubrir mi ausencia y evitar una visita de Joseph o mi hermana.

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Feliz Navidad, espero que este capítulo haya sido un buen regalo.

Se me está dificultando un poco actualizar, pero aprovecharé mi tiempo libre para escribir lo que mas pueda.

¿Amor o capricho?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora