Capítulo treinta y siete

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Los mellizos empezaron hablar con Chad en voz baja y me miraban de arriba abajo mientras fruncían el ceño.

—¿Andrew te molesta si te dejamos solo un momento?—preguntó Chad.

—No importa si le molesta, no deberías hablarle recuerda que nos quiero separar de nuestro padre—Chad me miró apenado.

—Terremotos sobre ese tema tenemos que hablar—en ese momento apareció Cadence la esposa de Liam.

—Niños ya está lista la media mañana vayan a la mesa a comer—los mellizos no perdieron el tiempo y se fueron corriendo al comedor.

—Yo voy aprovechar para ir a buscar los trajes de baños para los mellizos porque quieren nadar un rato—Cadence asintió y me miró a mi.

—¿Quieres algo de comer Andrew?—asentí porque no me había dado cuenta que tenía hambre—ven vamos a la cocina.

Me guío hasta la cocina y me ofreció un plato lleno de frutas, empecé a comer y Cadence abrió la nevera para sacar un poco de hielo para servirse un poco de agua y se me hizo agua la boca al ver el hielo.

—¿Me puedes regalar un poco de hielo?—asintió y me pasó un vaso lleno de hielo, no lo pensé dos veces y tome un para morderlos, gemí de gusto por lo bueno que sabia.

—¿Andrew estás embarazado?—la miré sorprendido por su descubrimiento—No me mires así, yo también tenía ese mismo antojo cuándo estaba embarazada de mi primer hijo—conecte los puntos rápidamente y me di cuenta del estado de Cadence.

—¿Tú también estás embarazada?—asintió feliz—felicitaciones—la abrece—al parecer nuestros hijos serán amigos.

—Solo espero que no vayan a ser como William y Joseph—asentí dándole la razón.

—No me quiero imaginar otro par igual—reímos.

—¿Podemos saber qué es tan gracioso?—preguntó William mientras entraba a la cocina acompañado de Joseph.

—Que los dos se ponen de acuerdo en todo, hasta para embarazarnos—los dos chocaron las palmas de la mano celebrando.

Rodee los ojos—¿Cuándo van a madurar?—preguntamos Cadence y yo al mismo tiempo.

—Se supone que ya lo hicimos—menciono William divertido.

—¡Papá!—grito Bridget.

Los cuatro nos dirigimos a la sala de estar dónde estaban los mellizos y Chad entró con un bolso en la mano dónde imaginé que estaban los trajes de baño.

—Ya quiero saber cuál es la sorpresa—mencionó Bridget mientras se sentaba en el regazo de su padre.

—Ven aquí Bastian—pidió Joseph—¿Se acuerdan lo qué nos han pedido a su mamá y a mi como regalo de navidad los últimos años?—asistieron—¿Todavía quieren ese regalo?

—Si, pero los dos nos dijeron que ya no tendrían más hijos—mencionó Bridget molesta.

—Pues son afortunados porque en unos meses tendrán un hermanito o hermanita—los mellizos gritaron felices y comenzaron a saltar, cuándo se cansaron  de celebrar miraron a Joseph de nuevo.

—pero si mamá no puede tener más hijos ¿Cómo vamos a tener un hermanito?—preguntó Bastian.

—Andrew está embarazado—comentó Joseph con una sonrisa, pero los mellizos demostraron su molestia automáticamente.

—No queremos que estés con él y tampoco quiero que tengas un hijo con él—Bastian cruzó sus brazos sobre su pecho y frunció el ceño.

—¿Tú también piensas lo mismo Bridget?—pregunto Joseph extrañado por la actitud de sus hijos.

¿Amor o capricho?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora