Capítulo veintiuno

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—No vamos a discutir frente de tu hermana y de tu madre—reí amargamente al escucharlo.

—Si eso es lo que quieres por mi esta bien, pero no cambia nada entre nosotros—alce los hombros restándole importancia.

—En algún momento tendremos que hablar y arreglar las cosas—lo miré dolido.

—¿Cosas? No me hagas reír Joseph—me miro sin ninguna expresión y eso significaba que estaba cerca de perder los estribos—Nuestra relación terminó y eso no va a cambiar, soy consciente de que gracias a la cantidad tan alta de dinero que te debemos tendré que seguir viéndote constantemente, pero eso no cambia nada.

—¡Puedes dejar ese tema por favor!—golpeo la mesa molesto lo que nos sorprendió e hizo que diéramos un pequeño salto por la sorpresa—No me deben nada y no recibiré dinero de ninguno de ustedes—suspiró frustrado—sé que me equivoqué contigo y por eso estoy tratando de que tu vida vuelva a ser lo que era antes—reí amargamente.

—¿Cómo antes? ¿Para qué?—una lágrima se deslizó por mi mejilla, pero la limpié rápidamente—Para que tu hijo y tú me vuelvan a llamar zorra interesada—Joseph bajo la mirada avergonzado—o para que todo la universidad crea que soy un prostituto—negué con tristeza—me rompiste el corazón Joseph y eso no se puede arreglar, no estoy enojado contigo si es lo que piensas, pero necesito tiempo para sanar—me levanté de la mesa sin haber probado la comida—saldré a caminar un rato.

Luego de caminar algunos minutos llegué al parque al que solía ir cuando era niño y me senté a ver a los niños jugar mientras recordaba los buenos momentos que pasé en este lugar, pasaron algunos minutos antes de que Ryan llegará hacerme compañía.

—¿Mi madre te pidió que vinieras a ver cómo estaba?—escuché la risa de Ryan antes de que en mi campo de visión apareciera un sándwich que me mi mejor amigo me estaba ofreciendo.

—Sabes que no se quedaría tranquila sabiendo que estas afuera sin comer y sin tomarme tus vitaminas—pasó su brazo sobre mi hombro.

Me comí el sándwich y me tomé las vitaminas que había traído Ryan mientras lo escuchaba contar las anécdotas que habíamos vivido juntos en este parque.

—¿Quieres hablar sobre lo que pasó?—me preguntó después de estar un rato en silencio observando a los niños correr de un lado para otro—Creo que necesitas ir al psicólogo para superar todo lo que ha pasado.

—Lo sé y lo haré cuándo tenga dinero para pagar uno por ahora tú escucharas mis lamentos—lo miré con tristeza y él me dirigió una sonrisa cálida—¿Sabes? No pensé que fuera tan difícil lidiar con un corazón roto y no solo eso sino que mi corazón terminó de destruirse cuándo me enteré de que mi familia se destruyó por mi culpa.

—No te puedo dar la solución para un corazón roto porque no he pasado por algo similar, pero la vida no es perfecta y tienes que aprender a disfrutar de los momentos malos así como disfrutas de los momentos buenos—tomó mi mano derecha y le dio un apretón—sé que no será fácil superar todo esto, pero ya pasaste la peor parte y lo mejor que puedes hacer ahora es concentrar en el presente y disfrutar de que tu padre ya no te molestará más.

—Voy a tratar de ser positivo y relajarme un poco, aunque tener Joseph en mi casa hace las cosas más difíciles—suspire frustrado.

—Deberías estar fascinado por tener a ese bombón dando vueltas por tu casa—lo empuje cuándo vi su mirada pervertida—¡Oye! No te enojes, solo estoy resaltando lo bueno que está tu exnovio—rodee los ojos.

—No me parece gracioso que mires a mi hombre de esa manera—su mirada se suavizo.

—No te preocupes que Joseph es solo tuyo amigo—levantó los brazos en son de paz.

—Técnicamente ya no es mío y dudo que volvamos a estar juntos en algún momento—alce los hombros restándole importancia.

—La vida da muchas vueltas y puede que vuelvan a estar juntos en cualquier momento, por ahora no debes preocuparte por eso—me abrazo e hizo que me recordará en sus piernas—por el momento debes que escuchar algo que tengo que contarte.

Estuvimos hablando por varias horas hasta que nos dio hambre y decidimos volver a mi casa, cuándo llegamos todos estaban en la mesa almorzando y nos pidieron que los acompañarnos.

—vayan a lavarse las manos primero—advirtió mi madre al ver que nos íbamos a sentar en la mesa a comer.

Al parecer no estaba enojada por lo que había pasado en la mañana y nadie más lo menciono mientras comíamos lo que generó que me tranquilizara un poco.

—Tenemos una buena noticia que darte—miré a mi hermana confundido—bueno no soy yo quien te la debería dar sino Joseph que fue el que logró que todo esto fuera posible—Fruncí el ceño al escuchar el nombre de Joseph en la conversación.

—Solo hice lo correcto eso es todo—traté de no mostrar ninguna expresión al escucharlo hablar—Andrew la universidad te devolvió la beca así que puedes volver a la universidad cuándo quieras—me sonrío demostrando su felicidad por lo que me estaba contando.

Había decidido nos discutir más y llevar la fiesta en paz con Joseph, de nada me servía seguir discutiendo con él cada vez que hablábamos de cualquier tema, además mi madre no seguiría soportando que yo fuera grosero con su invitado.

—Te lo agradezco Joseph, pero no era necesario que lo hicieras, yo solo me metí en ese problema y yo solo debería haberlo solucionado—mi madre me dio una mirada de advertencia para que cuidara lo que iba a decir—agradecería que me pases la cuenta de los abogados para devolverte el dinero.

—No me debes nada—mencionó molesto—Fue por culpa de mi hijo que perdiste la beca y era mi responsabilidad hacer que te la devolvieran.

—No discutiré por eso, sino me quieres dar la cuenta de los abogados yo mismo la conseguiré y te pagaré el dinero—terminé de comer y me tomé las vitaminas que mi madre había dejado a mi lado—ahora con su permiso me retiro ya que tengo que organizar algunas cosas antes de regresar a la universidad.

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Llamé a la universidad y me informaron todo lo que debía saber antes de retomar mis estudios, había perdido un mes de clases pero gracias a unas clases particulares que me darían los profesores los fines de semana sólo tendría que quedarme dos semanas más después de que los demás estudiantes salieran a vacaciones, además tendría un dormitorio para mi solo y eso solo era uno de los privilegios que tendría gracias a que los abogados pidieron ciertas comodidades para mi por la forma tan arbitraria que habían tomado la decisión de quitarme la beca.

Me encontraba en el avión privado de Joseph junto con mi hermana viajando a la universidad, había tratado de evitar tener que viajar con él, pero mi madre no me dejó otra opción y ahora no solo tenía que viajar con él en su avión privado sino que también tenía que estar sentado a su lado todo el viaje.

—¿Hasta cuándo vas a estar en ese actitud conmigo cielito?—preguntó Joseph mirándome fijamente con una sonrisa coqueta en su rostro.

—No me llames así Joseph—rodee los ojos molesto—y no me hables que quiero descansar antes de llegar a la universidad.

—No lastimes mi corazón cielito—Desabrocho mi cinturón de seguridad y me cargó hasta la habitación que tenía el avión, mi hermana me dio una sonrisa pervertida al ver el lugar dónde me estaba llevando Joseph.

—Trate de arreglar las cosas por las buenas, pero tú no quisiste bebé—me dejó sobre la cama para luego ir a cerrar la puerta con seguro para que nadie nos molestará—así que resolveremos este asunto a mi manera.

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Sé que les debo dos capítulos por la celebración de las 1,000 vistas, pero no he tenido tiempo de escribirlos, no los quería dejar sin capítulo está semana así que aquí está, espero que lo hayan disfrutado.

¿Amor o capricho?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora