Capítulo treinta y cinco

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Narra Joseph

—¿Estás preparada?—le pregunté a Grace luego de tocar el timbre en el departamento de los chicos.

—Creo que no, pienso que es mejor que tú te hagas cargo de esto—Mike abrió la puerta en ese momento.

—Hola Mike—salude mientras entrabamos al departamento y abrazamos a Mike como de costumbre.

—¿Cómo está Chad?—preguntó Grace.

—Estuvo llorando un tiempo, pero se calmó hace poco—Mike nos llevó hasta la sala de estar—Creo que lo mejor es dejarlos solos—vi a Chad sentado con la cabeza entre sus manos.

—Gracias Mike—Chad al escuchar mi voz levantó la cabeza y pude ver sus ojos hinchados.

—Papá yo lo siento tanto—levante la mano para que parará de hablar.

—Creo que ya las disculpas no funcionan Chad—Grace y yo nos sentamos en frente de nuestro hijo—Ya estoy cansado de que ataques a Andrew cada vez que tienes la oportunidad, aunque no lo creas cuándo le haces daño a él también me lo haces a mi y lo que pasó hoy no lo podemos pasar por alto.

—Papá yo te juro que voy a cambiar—mencionó desesperado.

—Ya te di muchas oportunidades y no las aprovechaste así que no habrá ninguna más, no vamos a dejar de pagar de tu universidad pero tendrás que volver a vivir con tu madre, pagarás tus gastos y ayudarás a cuidar a tus hermanos—Me miró sorprendido—No esperes que te ayudemos a buscar trabajo porque parte de tu castigo es que aprendas que las cosas te la debes ganar con esfuerzo, vas a ir al psicólogo y vas a disculparte con Andrew por lo que pasó hoy.

—Hijo yo sé que el castigo esta duro, pero es por tu bien—Intervino Grace mientras se acercaba abrazarlo—Debimos haberte enseñado a tiempo que  las cosas se ganan con esfuerzo, verás que vamos a disfrutar pasar tiempo en familia y los mellizos estarán feliz de tenerte de nuevo en casa.

—Yo no creo que pueda trabajar y estudiar al mismo tiempo—lo miré seriamente.

—Hay muchos estudiantes que lo hacen así que tú también podrás, además no necesitas tener un trabajo muy pesado, con que trabajes un par de horas a la semana será suficiente para cubrir tus gastos de la universidad—su madre asintió para darle ánimos.

—Por ayudarnos a cuidar los mellizos te daremos algo de dinero—en el rostro de Chad había duda, pero asintió.

—Está bien, en un momento iré a recoger mis cosas para irme con mi madre—jugo con sus dedos—¿Cómo está Andrew?—preguntó pero su tomo de voz fue tan bajo que casi no lo escucho.

—Tú hermano y Andrew están bien—me alegro mucho saber que Chad se interesaba por el estado de salud de Andrew—Gracias por preguntar.

—Papá de verdad no fue mi intención lastimarlos, yo me moleste mucho y actúe por impulso, pero no quería lastimar a nadie—una lágrima se deslizó por su mejilla.

—Lo sé hijo, pero está no es la primera vez que pasa algo así, es por eso que quiero que vayas al psicólogo para que aprendas a controlar tus emociones y logres evitar que situaciones cómo la que sucedió vuelvan a ocurrir.

—Lo haré porque no quiero seguir cometiendo los mismo errores—me levanté y abrí mis brazos.

—Ven a darle un abrazo a papá—Chad no lo pensó ni un segundo para correr a mis brazos—Te a mi hijo.

—Y yo a ti papá.

«»

—¿Estás listo para vivir el resto de tu vida conmigo?—le pregunté a Andrew antes de abrir la puerta de mi departamento.

¿Amor o capricho?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora