Capítulo veintidós

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-¿Acaso crees que obligándome hablar contigo se solucionarán nuestros problemas?-mencioné luego de que Joseph se subiera sobre mi.

-Sé que no será así y tampoco solucionaremos nada con sexo-se acerco a mi cuello y empezó a repartir besos-Pero verte y no poder besarte es una tortura para mi.

Para mi también era una tortura tenerlo cerca y no poder abrazarlo ni besarlo, pero no podía ceder a sus encantos tan fácilmente.

-Lo siento por ti, pero no puedo hacer nada para evitar tu tortura-lo aparte de mi con cuidado y él no se resistió-ahora si me dejas tomaré una pequeña siesta antes de aterrizar-Joseph frunció el ceño pero no dijo nada más.

-Cielito ya llegamos-me despertó moviendo mi hombro suavemente.

-Gracias por todo Joseph-menciono cuándo bajamos del avión-Espero que tu relación con Chad mejore.

-No tienes que agradecerme nada cielito-se acercó a mi y me robó un beso-Y no debes preocuparte por mi hijo pronto se le pasará la rabieta.

-Andrew me alegra verte-le sonríe a William cuándo se acercó a nosotros-Estaba cansado de escuchar los lamentos de Joseph porque no sabía nada de ti-Joseph se sonrojo y le dio un pequeño golpe a William.

-Eres un imprudente Liam-gruño Joseph-No era necesario mencionar eso.

-Era necesario Joey-reí al ver a Joseph fruncir el ceño-eso no es lo importante, vine para invitarte al primer cumpleaños de mi hijo.

-No creo que sea adecuado que yo vaya-mencioné al caer en cuenta que lo más probable es que toda la familia de Joseph vaya a la fiesta y no quiero tener más problemas con Chad.

-Te quiero ver en la fiesta Andrew y no aceptaré un no por respuesta-rodee los ojos antes de asentir-nos vemos el sábado.

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El fin de semana llegó en un abrir y cerrar de ojos entre todas las cosas que tenía que hacer al volver a clases, decidí volver a buscar trabajo aunque no era necesario ya que con el divorcio el dinero que mi padre se negaba a darme para mis estudios paso a manos de mi madre, pero entre más ocupado estuviera menos tiempo tendría para pensar en Joseph y en todo lo que me había pasado. Conseguí un trabajo de medio tiempo como asistente de uno de mis profesores y estaba feliz trabajando con alguien que tenía tanto experiencia en mi futura profesión.

Llegué a la casa de William y su esposa me abrió la puerta con una sonrisa en su rostro.

-Hola tú debes ser Andrew-respondí afirmativamente mientras entraba a la casa-mi nombre es Cadence-me dio un pequeño apretón de manos-me alegra que tomaras la decisión de venir.

-No fue una decisión fácil de tomar, pero sé que William se hubiera molestado conmigo sino hubiera venido-le sonreí y le entregue el regalo que le había traído a su hijo-espero que el regalo sea de su agrado.

-No era necesario, pero muchas gracias-alguien salió de lo que parecía ser la cocina y la llamó-debo irme, estás en tu casa disfruta de todo-me sonrió antes de dirigirse al lugar dónde estaba la persona que la llamó.

Camine hasta el patio dónde estaban los demás invitados, busqué alguna cara conocida pero solo logré ver a los mellizos jugando y decidí acercarme.

-Hola niños ¿cómo están?-los dos me miraron mal y siguieron jugando-¿Qué están jugando?-pregunté en un intento de entender porque me ignoraron.

-Vete, no queremos que estés aquí-mencionó Bastian mirándome con odio.

-¿Por qué?-pregunté sin saber la razón de su comportamiento.

¿Amor o capricho?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora