Narra Andrew
Aunque creía que las cosas no podían ponerse peor, empeoraron al final de mi primera semana de trabajo como mesero, la poca comida que tenía se me acabo en un abrir y cerrar de ojos, además Joseph y William no paraban de llamarme así que en un arranque de ira le mandé a Joseph mas de la mitad del dinero que me pagaron por mi primera semana de trabajo y eso me dejó sin dinero para pagar un lugar dónde dormir. La primera noche que tuve que dormir en la calle estaba muerto del miedo, cuándo sentía que todo estaba perdido logré encontrar un callejón seguro dónde dormir, trataba de hacerme el fuerte pero cuándo llegaba la noche y me encontraba solo en un callejón no podía evitar llorar por todo lo que había sucedido.
Mi madre cada vez contestaba menos mis llamadas, le pregunté que si todo estaba bien con mi padre y me dijo que estaban muy bien, que no me preocupara por nada, lo que me llevo a darme cuenta que no le estaba haciendo falta y lo mejor era alejarme, no solo mi madre estaba evitándome sino que también lo estaba haciendo mi hermana, Jake y Ryan. Sentía que todo estaba en mi contra y que nada se solucionará rápidamente.
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Ya había pasado un mes desde que mi padre me echó de la casa y llevaba tres semanas durmiendo en la calle, había buscado otro trabajo dónde me pagaran más, pero no había logrado conseguir nada, el dinero que ganaba iba a parar a manos de Joseph y lo poco que me sobraba lo guardaba para comer al menos una vez por día, comer tan poco me estaba afectando bastante, cada día que pasaba me sentía más débil, pero no tenía otra alternativa ya que debía pagarle el dinero que le debía a Joseph para que me dejará en paz.Hoy había sido mi cumpleaños y me las había ingeniado para conseguir un cupcake y una vela para celebrarlo, me había levantado con ánimo porque pensé que todos recordarían esta fecha y me llamarían, pero estaba muy equivocado porque no recibí ni una llamada ni un mensaje de nadie.
Llegué al callejón dónde solía dormir y me senté en un rincón, puse la vela en cupcake y un gato se acercó al ver que tenía comida.
Lo cargue y lo puse sobre mi regazo-Al parecer estas igual de hambriento que yo, pero hoy es tu día de suerte porque de este cupcake podremos comer los dos-pase mi mano por su cabeza y el gato maulló feliz.
-¿Sabes? Hoy fue mi cumpleaños y nadie se acordó, pero tú y yo lo celebraremos ¿Te parece bien?-reí al darme cuente de lo estúpido que era al hacerle preguntas a un gato.
Prendí la vela y empecé a cantar-Feliz cumpleaños a mi, feliz cumpleaños a mi, feliz Andrew, feliz cumpleaños a mi-terminé de cantar y sentí las lágrimas deslizarse por mis mejillas.
No fui capaz de comerme el cupcake así que se lo di todo al gato y me largue a llorar con fuerza por todo el dolor que estaba sintiendo y aunque no lo quisiera admitir pasé de ser una persona rodeada de amigos y familia a ser un hombre solitario por el que nadie se preocuparía si llegará a morir, lo peor de todo es que sabía que tarde o temprano debía aceptar mi nueva realidad porque llegaría el punto que todos se olvidarían de mi existencia.
«»
Me levanté sobresaltado al sentir que algo se movía sobre mi, pero me tranquilice al ver al gato que se me acerco anoche restregándose contra mi, lo acaricie un poco y me levanté para estirarme un poco, dormir en la calle era demasiado incómodo, pero ya estaba acostumbrado así que no podía quejar, limpié el rastro de mis lágrimas y sacudí mi ropa antes de irme a trabajar.Había estado sintiéndome muy mal y hoy no era la excepción, pero a diferencia de los otros días me sentí peor, mi cuerpo me pedía a gritos que me recostara, me sentía mareado y mi cabeza me dolía demasiado por lo que decidí decirle a mi jefe que me dejará limpiar las mesas ya que me sentía un poco mal.
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¿Amor o capricho?
Teen FictionAndrew es un chico becado en una de las universidades más prestigiosa del país que cursa su primer año de universidad. Sus vivencias con sus nuevos amigos le demostrarán que a veces las cosas no salen como esperábamos. Obra totalmente mía se prohíbe...