Especial

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Quiero aclarar que este capítulo no influye en la historia, es un pequeño regalo por su apoyo y además una compensación por hacerlos sufrir con las últimas actualizaciones.

Ahora sí, disfruten~

—Zenitsu va a matarnos — Murmuró Tanjirō mientras caminaba, llevando algo envuelto en su haori.

—Corrección, Zenitsu va a matarte a ti, se supone que te pidió que lo cuidaras y mira como está ahora — Apuntó el bulto que llevaba el ojirubi entre sus brazos.

—Inosuke, tú también dijiste que lo cuidarías — Kamado hizo una pequeña mueca frunciendo su ceño, cosa que empeoró cuando de entre los pliegues del haori se asomaron dos orejas peludas, dejando ver a un pequeño zorro.

—Definitivamente Zenitsu va a matarte — Afirmó el ojiverde viendo directamente al pequeño animalito, el cual seguía teniendo la misma mirada inocente y tierna perteneciente al pequeño novio de Agatsuma.

—se supone que debe volver a la normalidad en algún momento ¿Verdad? — Preguntó nervioso a pasos de la finca.

—Supongo que sí, el demonio que matamos no debería poder usar la técnica de sangre durante mucho. — Inosuke habló abandonando a su compañero "en plena batalla" para ir a la cocina.

—Ugh... ¿Por qué a mi? — Tanjirō miró al pequeño zorrito, el cual pestañeo acurrucándose más contra él, como si quisiera calmarlo.

—¡Tan-ji-rō! — hablando del rey de Roma, Zenitsu venía directo hacia ellos con una enorme sonrisa en el rostro, sin embargo esta de borró al no ver a su pequeño novio en ninguna parte. —¿y Akemi? ¿Ya entró? ¡¿Está herido?!— Comenzó a chillar pasándose un montón de escenarios en donde su pequeño pecoso estaba herido de muerte.

—Zenitsu.... Hey... Oye..  ¡Zenitsu! — Tanjirō Le dio un golpe en la cabeza, provocando que el rubio se quedara en silencio mirándolo. —Aquí está — se armó de valor mostrando al pequeño animalito, el cual al ver a Agatsuma, levantó sus orejitas emocionado.

—¿Eh? ¿¡EH!? ¡ESE NO ES AKEMI! ¡MALDITO FRENTÓN! ¡TE DIJE QUE LO CUIDARAS! ¡¿DÓNDE MIERDA ESTÁ MI NOVIO?! — chilló acercándose dispuesto a golpearlo, sin embargo Tanjirō fue más ágil alejándose y negando varias veces.

—¿Crees que miento? ¡él es Akemi! ¡el demonio lo atacó y lo convirtió en esto! — Gritó intentando esquivar a su enojado amigo.

—¡No te creo! ¡un demonio no puede hacer eso! — Gritó molesto mientras intentaba golpearlo otra vez. —¡quiero ver a mi pequeño! ¡él es fuerte! ¡No iba a dejarse vencer fácil! ¡¿Dónde está?!

—¡Te digo que éste es Akemi! — gritó enojado esquivando un puñetazo. —¡Solo míralo! — Le mostró al pobre animalito, el cual ya estaba mareado de tanta sacudida.

—¿Eh?, mentiroso, no se parece ni un poco a mi Akemi, es feo.  — Habló mirándolo serio, frunciendo su ceño.

—Lo harás llorar — Afirmó el de aretes. Dicho y hecho, el pequeño zorrito comenzó a chillar como si estuviesen haciéndole daño y se retorció soltándose de los brazos de Kamado para correr al interior de la finca.

—Ya quiero ver como arreglas eso, de verdad va a enojarse contigo. — Se encogió de hombros aprovechando la confusión del rubio para escapar de una paliza segura.

Por otro lado Akemi estaba en su cuarto, no podía creer que el buen oído de su tonto novio no le sirviera para esa situaciones, a veces de verdad le daban  ganas de golpearlo.
Hipo bajito encogiéndose más en su lugar, pidiendo desesperado el volver a ser normal, quería que su novio lo abrazara y le dijera que no era verdad lo que había dicho.

No me mires  (Agatsuma Zenitsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora