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—Debes ayudarlo... Muévete muévete — Habló Akemi para si mismo mientras intentaba levantarse.
—muévete inútil... — murmuró afligido tomando su nichirin, usándola de soporte para levantarse, comenzando a avanzar hacia el torbellino que se había  formado por la pelea entre el pilar y la luna superior.

Tanjirō intentó levantarse, alertando al pilar y distrayéndolo brevemente.
—¡No te muevas! ¡Si tu herida de abre será fatal! ¡En espera soldado!

Akemi podía ver como Tanjirō apretaba los puños, él también se sentía impotente por no poder hacer nada.

—¡El debilucho no importa, céntrate en mí! — Provocó el demonio sonriendo, logrando que Rengoku se enojara completamente y comenzara a pelear en serio.

Narra Akemi

Esto es malo, demasiado malo, si no hago algo Rengoku aniki va a salir muy mal de esta pelea.
Cerré mis ojos con fuerza, apretando el mango de mi katana entre mis manos y tratando de concentrarme y encontrar una abertura, si atacaba al azar, dañaría a Rengoku-san.

Fueron dos escasos segundos en los que vi a la luna superior alejarse de mi mayor, Inhale profundamente recordando el entrenamiento con el pilar de viento y me dispuse a entrar en la pelea.

—¡Respiración de viento, octava postura primer cort-..! — Antes de poder seguir hablando, mi cuerpo se congeló al sentir la sed de sangre del demonio justo detrás de mí, no pude ni reaccionar antes de sentir un golpe en mi costado mandándome lejos y sacándome todo el aire, el desgraciado tenía demasiada fuerza, apenas pude reaccionar al ver que iba directo a los arboles, si me estrellaba con tal fuerza recibiría demasiado daño.
No podía respirar, mi concentración era nula, sin embargo no quería morir, No ahora, no en esa situación.

—Respiración de viento, sexta postura t-tormenta de humo negro— realicé un corte en vertical, generando un torbellino que contrastó un poco la velocidad con la que iba, no obstante no me salvó del golpe.

—¡Esto es divertido! ¡Tus discípulos son verdaderamente débiles! — El demonio se jactó mientras reía, recibiendo a cambio un corte en uno de sus brazos de parte del pilar, quien ya había borrado su sonrisa, reemplazándola por una expresión de completo enojo.

—¡Ellos no son débiles! ¡No los insultes! — Gritó arremetiendo contra el enemigo nuevamente.

Sentí como alguien llegaba a mi lado a ayudarme, apenas podía respirar por el golpe, el mareo de antes se había intensificado y mi rodilla derecha dolía horriblemente.
Intenté calmarme y respirar lento. No obstante el dolor me impedía concentrarme del todo.

—Oye oye, eres mi súbdito, no puedes morirte ahora. — Inosuke se escuchaba nervioso y eso me molestaba, no me gustaba causar angustia en las personas.

—¡No dejaré que nadie muera! ¡Cumpliré con mi deber hasta el final! — Cuando puede enfocar mi vista nuevamente, no pude evitar jadear sorprendido sintiendo más dolor. Frente a mi estaba mi mayor, una de las personas que admiraba y que era importante para mi, completamente herido, con el brazo de ese demonio atravesando su pecho.

—¡Morirás! ¡Vas a morir! ¡Es mejor que te conviertas en un demonio! — Gritó la luna superior.

Me apoyé nuevamente en el suelo, con ayuda del ojiverde,  intentando levantarme, mi cuerpo dolía horriblemente y mis piernas apenas respondían.

Levántate levántate. ¡LEVÁNTATE!

Sentí mis mejillas humedecerse a causa de la rabia y la impotencia.

Podía escuchar la respiración agitada de Tanjirō e Inosuke, sabía que ambos estaban en la misma situación que yo y eso me causaba más rabia aún.

No me mires  (Agatsuma Zenitsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora