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—¿Lo entienden? Yo soy un dios, ustedes son basuras. — Uzui apuntó a los cuatro chicos, quienes lo miraban con una mezcla de sorpresa y confusión.  — lo que yo digo se hace sin rechistar, si yo ordeno que te conviertas en un perro, te conviertes en perro. Ustedes deben inclinarse ante mi.

—¿Y qué clase de dios es? — Tanjirō fue el primero en hablar ganándose enseguida la atención del pilar.

—Excelente pregunta, Soy el dios de la extravagancia y las Festividades. —sonrió ampliamente apuntándose con notable orgullo.

—Yo soy el rey de la montaña, encantado de conocerlo. — Inosuke mantenía sus manos en su cintura mientras hablaba. Zenitsu alternó la mirada entre sus compañeros preguntándose quien de los dos era más idiota y luego se giró disimuladamente a mirar a cierto castaño, quien permanecía en silencio, casi como si ignorara todo a su alrededor.

—Hay una casa de blasón de glicinias en el camino, podemos descansar ahí y arreglar los detalles del plan. — Uzui adoptó una faceta seria nuevamente antes de darles la espalda. — Síganme — Finalizó desapareciendo de la vista de los cuatro, provocando que Zenitsu chillara mirando a su alrededor en búsqueda del mayor, viéndolo ya a varios metros.

— ¡Corre demasiado rápido! — gritó mientras comenzaba a correr para no perder el rastro del pilar.

—¡Ese es el poder del dios de las festividades! — Inosuke se notaba emocionado, demasiado para ser sinceros.

—En realidad es el pilar del sonido Uzui Tengen — Respondió el ojirubi.

—¡Ya cállense y solo corran o de verdad nos vamos a perder! — Como siempre fue el rubio quien los distrajo y prácticamente los obligó a seguir corriendo.

Narra Akemi

Realmente estaba nervioso, mi cuerpo no respondía correctamente y mi mente estaba en blanco, si hubiese sabido que íbamos a ese lugar estaría ya muy lejos de aquí haciendo cualquier otra misión o ayudando a las niñas con los heridos.

Tardamos alrededor de veinte minutos en llegar a la casa en donde nos quedaríamos, no pude evitar perderme nuevamente en mis pensamientos, repasando la enorme lista de todos los escenarios horribles en donde terminaba como hace unos años, de solo pensarlo me dolía el cuerpo y me daban ganas de vomitar.

—¿Akemi? ¿Ocurre algo?, Debemos entrar, no te quedes ahí parado.— Parpadee varias veces dirigiendo mi vista a Tanjirō, quien me miraba con preocupación, pude distinguir que Zenitsu e Inosuke ya habían entrado, no me sorprendió que mi mayor prácticamente siguiera ignorándome, yo también lo haría si fuera él. 

—No es nada, solo estaba pensando tonterías. — Respondí algo dudoso comenzando a seguirlo por los pasillos hasta el cuarto en donde estaba Uzui-san y mis otros dos compañeros.

—Al fin llegan, casi comienzo sin ustedes. — Uzui se mostraba bastante impaciente, sin embargo no tuve ánimos para hablar o disculparme, mi mente estaba ocupada por otra cosa.

En frente de nosotros había bastante comida, la cual los demás no dudaron en consumir, cosa que yo no pude hacer por más que quisiera, tenía el estómago revuelto y sentía un nudo insistente en mi garganta que cada vez me asfixiaba más.

—Una vez que nos infiltremos en el distrito rojo debemos buscar información de mi esposa, también estaré buscando información del demonio. — Comenzó a explicar, siendo interrumpido por Zenitsu, quien lo apuntó completamente enojado comenzando a gritar.

—¡Increíble! ¡Se supone que buscamos a un demonio! ¡No a tu esposa! ¡Nos estás usando para algo que podrías hacer solo! —  Odio que hable tan fuerte, no es necesario gritar todo el tiempo o al menos no en estas situaciones.

No me mires  (Agatsuma Zenitsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora