—Solo....me alteré demasiado....no fue tan importante... Ahora estoy bien, no debes preocuparte— Murmuró sin atreverse a mirar a Kamado, quien con lentitud asintió mirándolo comprensivo y acariciando su cabello provocando que Akemi quisiera llorar por la amabilidad que su compañero irradiaba.
—Entonces descansa un poco más, le avisaré a Zenitsu que ya despertaste, dijo que necesitaba hablar contigo. — dejó una última caricia en el cabello ajeno y se levantó, dejando a la pequeña Nezuko junto al castaño, quien la dejó subir a la cama para que se sentara junto con él y así poder jugar un poco con su cabello.
Cerró sus ojos unos segundos, sintiendo su estómago revolverse por los nervios, no quería que Zenitsu lo interrogara, no estaba listo para ver las caras de decepción y asco de sus compañeros.
—Akemi — La voz del dueño de sus pensamientos llenó el cuarto, provocando que se estremeciera nervioso e intentara concentrarse en el peinado que le estaba haciendo a Nezuko.
—Perdón.... Hice un alboroto.... — Susurró el más bajo sin dejar de peinar a la pequeña Demonio, sintiendo como su corazón se aceleraba bastante cuando Zenitsu se acomodó en la silla a su lado, tomando una de sus manos para llamar su atención.
—no lo hiciste...no digas eso.
—Es la verdad.... Se supone que ya tengo quince años, no puedo estar llorando como un bebé que pierde a su madre.
—Akemi, yo tengo 16 y lloro casi todos los días sin falta porque soy débil, ¿Eso te parece inmaduro de mi parte? — Zenitsu lo miró, frunciendo su ceño cuando Akemi se quedó en silencio y lo miró fijamente.— ¡Yah! ¡No me mires así!
—Uhm....entonces no digas esas cosas... — Murmuró desviando la mirada y suspirando pesadamente soltando las manos ajenas y volviendo a peinar a Nezuko.
Se quedaron en silencio durante varios minutos, en los cuales Zenitsu observaba cada facción del rostro de su menor, alternando su vista entre Nezuko y Akemi, quedándose más tiempo viendo a la fémina.
—Hermosa — Murmuró sonriendo como un bobo enamorado, sin embargo se distrajo al oír el ritmo cardiaco de Akemi volverse pesado y casi doloroso, cosa que lo desconcertó bastante, sin embargo no dijo nada.
—Creo que... Quiero dormir un poco más... Por favor... — Habló el pecoso mientras de se acomodaba en la cama, dándole la espalda a su compañero, tenía el estómago revuelto y sus ojos picaban un poco.
—Oh....bien, descansa ¿Si? — habló el rubio antes de tomar la mano de la pequeña demonio y salir del cuarto, dejando al castaño sumido en una tristeza cada vez más agobiante, él nunca iba a tener la oportunidad de que su mayor lo mirara de esa forma, tendría suerte si Zenitsu quería seguir siendo su amigo luego de enterarse de todo lo que había pasado antes de conocerse.
Cerró sus ojos apretando suavemente las sabanas y comenzó a quedarse dormido, los dulces que le había dado Tanjirō hace media hora ya estaban surtiendo efecto, provocando que le diera sueño.
...
Las semanas pasaron rápido, ya había pasado un mes desde su pequeño incidente, Akemi estaba un poco más distraído de lo normal, costaba mucho que prestara atención cuando alguien le hablaba y lo peor de todo, sus pesadillas habían vuelto, pero esta vez, el rubio era el protagonista de éstas.
—¡Que asqueroso! ¡Te gustan los chicos! — Gritó Zenitsu mientras apuntaba al pecoso, con una sonrisa burlesca en sus labios y una mirada arrogante.
—¡y lo peor que es que yo te gusto! ¿¡De verdad crees que me fijaría en ti!? ¿En alguien usado y sucio? ¡No me jodas!
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No me mires (Agatsuma Zenitsu)
FanfictionA sus 15 años, Akemi es un chico bastante tímido y reservado con un pasado doloroso, Le cuesta relacionarse con personas nuevas, pero todo cambia el día en que cierto rubio chillón llega a la finca de las mariposas para recuperarse de sus recientes...