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—Por fin se durmió, por favor no hagan mucho ruido— La pilar de insecto había salido hace unos segundos del cuarto perteneciente al castaño, encontrándose con el trio de cazadores,  quienes estaban desde hace casi dos horas esperando pacientemente a que saliera para saber el estado de su compañero.

—¿Podemos pasar a verlo? — Preguntó el rubio con notable preocupación.

—Es preferible dejarlo descansar, hace mucho que no le ocurría algo así, ¿Saben si vio algo que pudiese gatillar esa reacción? — Interrogó Shinobu mientras les hacía señas para que la siguieran.

—Había una persona — Comenzó Tanjirō pensativo mientras fruncía el ceño. — Parecía que estaba hablándole y cuando nos acercamos escapó.

—¿Cómo que una persona? ¿Saben como era? ¿si le hizo algo más? — los jóvenes fruncieron su ceño confundidos ante la repentina actitud defensiva de la pilar.

—Solo le habló, creo... ¿Por qué tanto misterio Shinobu-san? ¿Hay algo que debemos saber? — Kamado interrogó nuevamente frunciendo su ceño, el aroma que Shinobu desprendía estaba cargado de rabia y preocupación, siendo la última la predominante.

—No puedo contarles toda la historia, pues no se que le ocurrió exactamente antes de que Sanemi-san lo encontrara, el me ha contado realmente poco. — la fémina dejó escapar un pesado suspiro. —tampoco puedo invadir su privacidad, no me corresponde y él se molestaría conmigo, además, ustedes son los primeros en ganar su confianza tan rápido, en algún momento va a contarles.

—Creí que Shinobu-san era con quien Akemi tenía más confianza. — Habló Zenitsu, sintiéndose aún algo consternado por todo lo que había ocurrido.

—No sabría como responder eso, me tomó más de un año el poder hablar con él normalmente, antes era demasiado desconfiado, lloraba cuando alguien se acercaba demasiado y se la pasaba encerrado. — habló mientras se sentaba en una de las sillas, viendo a los tres chicos sentarse frente a ella.

—¿Eso significa que era mucho más esquivo que ahora? ¿Ósea que me hubiese golpeado muchas más veces? — Zenitsu habló sorprendido escuchando a Inosuke reírse de él por lo bajo.

—Podría decirse que si. — Las palabras de la chica hicieron que el ojiverde riera más.
—Lo que me asusta en este momento es que retroceda todo su progreso — habló mientras miraba especialmente al rubio.

—¿la persona que encontró en el mercado puede provocar eso? — preguntó Tanjirō mientras fruncía levemente su ceño.

—Si es quien estoy pensado, me temo que sí... Puede provocar eso o algo mucho peor.

—Shinobu-san... ¿Qué tan malo es lo que le ocurrió a Akemi antes de llegar aquí? ¿Por qué es tanto el miedo a que se encuentre otra vez con "esa" persona?— Preguntó Agatsuma con seriedad mientras miraba a la fémina, esta última suspiró debatiendo consigo misma si debía hablar o no, por una parte el castaño iba a enojarse con ella y quizás ya no querría volver a hablarle y por otra parte, estaba el riesgo de que se encontraran con esa persona otra vez y que Akemi reaccionara peor que antes.

—Akemi llegó aquí con apenas once años — comenzó ya rendida ante las insistencias.
—Sanemi-san  lo encontró herido en el bosque, tenía huesos rotos y signos de maltrato constante. Parecía estar huyendo de algo, estaba demasiado asustado por lo que fue difícil traerlo sin que se resistiera. — No iba a decirles directamente de que huía el más bajo, pues no quería invadir tanto su privacidad, era trabajo de Akemi decidir cuando quería contar su pasado. — fue más difícil curarlo pues no quería que nadie lo tocara, no hablaba tampoco y desconfiaba incluso de la comida.

Los tres jóvenes estaban confundidos, pues el chico alegre y tímido que conocían era bastante diferente a lo que narraba la chica.

—Cuando los meses pasaron y se dio cuenta que nadie iba a dañarlo, comenzó a salir un poco más, sin embargo no podíamos hacer movimientos bruscos o gritar cerca de él pues comenzaba a llorar y tenía reacciones incluso peores que la de hoy, cuando cumplió dos años y medio aquí fue la primera vez que lo escuche hablar y fue para pedirle a Sanemi-san que le enseñara a defenderse —La chica rio suavemente negando.
— La cara del pilar de viento fue un poema, sin embargo aceptó y comenzó a entrenarlo. Se llevan bastante bien ahora, podría decirse que Sanemi-san lo cuida mucho aunque no lo parezca. Akemi se convirtió en cazador de demonios al año siguiente de comenzar a entrenar, seguía siendo reservado y tímido, pero por lo menos hablaba un poco más. Hasta que llegaron ustedes, estos meses he visto que Akemi se ha comportado más cercano, sonríe y habla más, incluso pasa más tiempo fuera de su cuarto.

El trio de chicos no sabía que decir, tenían demasiadas dudas y la mayoría no poseía respuesta.

—Solo quiero pedirles que no lo dejen solo, él confía en ustedes y todos quienes lo conocemos nos dimos cuenta de eso, por favor prométanme que a pesar de todo seguirán con él. — Habló mirando a los tres, sin embargo las palabras iban más hacia cierto rubio.

—¡Lo prometemos Shinobu-san! — Tanjirō fue el primero en hablar, siendo seguido por los otros dos.

—Ahora vayan, deben descansar, esto también fue cansador para ustedes, gracias por ir a comprar las cosas que faltaban.— los dejó salir, preguntándose si fue buena idea hablarles de todo lo que había pasado el pecoso al llegar a la finca.

...

Cuando Akemi despertó varias horas más tarde, se encontró con Tanjirō sentado a su lado en una silla con sus brazos sobre la cama y su cabeza recostada en estos, Nezuko estaba sentada en el suelo jugando con una corona de flores y no había rastro de Inosuke ni Zenitsu.

—M-Mhh... — Se cubrió con las sabanas llamando la atención de Kamado, quien abrió sus ojos rápidamente y lo miró.

—Akemi— Llamó de forma suave incorporándose, dispuesto a ir por los demás, pues habían decidido turnarse para cuidar del más bajito, sin embargo un suave tirón en su haori lo detuvo y lo hizo girarse.

El castaño tenía sus ojos levemente cristalizados, como si fuera a llorar otra vez y su agarre era bastante tembloroso.

—¿P...Puedes quedarte....? — Preguntó bajito sin dejar de apretar la ropa ajena, provocando que Tanjirō lo mirara comprensivo y se acercara para sentarse nuevamente a su lado, viendo como Akemi acercaba su mano levemente temblorosa a la suya tomándola para así asegurarse de que no iba a irse y luego acomodándose cerrando sus ojos.

Las palabras de Shinobu seguían rondando en su cabeza y lo mantenían bastante intranquilo, en ese tiempo que llevaban conociéndose, podía considerar al castaño como un hermano menor sin ningún problema, razón por la cual le dolía saber lo que tuvo que pasar, sobre todo por el hecho de que Shinobu solo les contó  una pequeña parte.

Recordó que la pilar había llevado una bolsita con algunos dulces para el menor pidiéndole que se los diera apenas despertara, explicando que él sabría que hacer.

—Tengo algo para ti — susurró intentando no alterarlo mucho, riendo suavemente al verlo abrir sus ojos y mirarlo con interés, como si fuese un niño pequeño.

Akemi se sentó con lentitud al ver la bolsita, la tomó asintiendo suavemente y metió uno de los dulces a su boca, sabiendo que la pilar de insecto los preparaba especialmente para él, pues aprovechaba de colocarles un calmante.

—Buen chico — Susurró Kamado dejando una caricia en el cabello ajeno tal como hacía con Nezuko a veces.
—¿Quieres que vaya por Zenitsu o Shinobu-san? — Interrogó dando indicios de levantarse a lo cual Akemi negó nuevamente haciendo un puchero, le agradaba la compañía de Kamado aunque no lo admitiera.

—Entonces... Quieres....¿quieres hablar de lo que ocurrió hoy?  — Volvió a preguntar, viendo el rostro del más bajito tornarse triste, para luego sentir como el aroma que desprendía se llenaba de pánico.

No me mires  (Agatsuma Zenitsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora