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—¿Quieres hablar de eso? — la suave voz del rubio interrumpió el silencio que se había formado, sentía la necesidad de hablar con Akemi y saber la causa de su desesperado llanto.

El aludido mordió su labio con fuerza, apretando sus piernas contra su pecho y aguantando las lágrimas que querían escapar de sus ojos, últimamente sus emociones estaban bastante alteradas y se evidenciaba en el hecho de que lloraba con mucha más facilidad de antes.
Se encogió un poco al sentir una suave caricia en su cabello, un toque tan familiar y cálido que provocó la caída libre de sus lágrimas.

Zenitsu sintió su pecho encogerse al verlo de esa forma, Si bien no tenían una relación cercana, le gustaba más ver al castaño comportarse de forma tímida o incluso seria a verlo llorar como si fuese un niño desprotegido. Con cuidado, se acercó a rodear al más bajo con sus brazos, asegurándose de no asustarlo más de lo que ya estaba.

—Si no quieres no te obligaré...pero por favor no te contengas...no es bueno — Susurró dejando suaves caricias en la espalda del más bajito.

Narra Zenitsu

Sentí mi pecho doler al oír los sollozos de Akemi volverse cada vez más fuertes y como sus temblorosos brazos me rodeaban, por lo que solo me dediqué a darle suaves caricias en su espalda y dejarlo desahogarse.

—P....Perdón.... Deberías estar d-descansando y no aquí...no es nada y- — lo apreté un poco más contra mí cortando sus palabras, no quería oír las típicas escusas, conocía bastante bien ese sentimiento de soledad y miedo.

—Quédate así un rato más ¿Sí?, yo estoy bien. — Di una suave caricia  en su espalda, sentía la necesidad de protegerlo, a pesar de que soy débil, mi corazón me pide desesperadamente que lo proteja de todo y todos.

Narra Akemi

Pasaron cerca de veinte minutos para que pudiera calmarme totalmente, mis parpados pesaban y mi cuerpo estaba un poco entumecido por la posición, no me imagino como está Zenitsu, me siento culpable por molestarlo, No es justo para el cargar con esto, iba a insistir nuevamente en levantarme para que mi mayor pudiera descansar, pero al sentir pequeñas caricias en mi cabello simplemente me acomodé, es relajante estar así, a pesar de que no me guste que me toquen, no me incomoda el hecho de estar abrazados en este momento.
Cerré mis ojos lentamente, me ardían bastante por culpa de mi reciente llanto, no obstante todo rastro de miedo que antes pudo atormentarme se había alejado completamente, dejando una cómoda  sensación de calidez.

. . .

Abrí mis ojos de golpe, dándome cuenta que me había dormido, sin saber en que momento o como llegue de vuelta a la habitación, Era el único que estaba ahí, podía escuchar a los chicos conversar a lo lejos, no entendía bien que decían, pero si podía decir que era tarde.

—ugh... que vergüenza....— Murmuré entre pequeños pucheros luego de recordar todo lo ocurrido hace algunas horas, ¿Cómo iba se supone que me comporte ahora?... No puedo simplemente fingir que nada pasó....sería cruel de mi parte y malagradecido... ugh

—¿Zenitsu-san me trajo?... — abrí mis ojos sorprendido al caer en cuenta de ese pequeño detalle sintiendo el calor subir a mis mejillas. 
Sin embargo mi burbuja se rompió de golpe cuando varias dudas comenzaron a surgir. Negué varias veces algo nervioso antes de levantarme y comenzar a vestirme, revisando en busca de alguna marca de dudosa procedencia,  Zenitsu no es así... ¿Verdad?
Shinobu-san dijo que no debía juzgar a nadie antes de conocerlos bien.

Narrador Omnisciente 

Mientras el castaño se atormentaba con sus pensamientos, vistiéndose de forma bastante torpe, el trio de chicos estaba en una parte apartada del jardín esperando a que éste despertara, pues debían volver a la finca.

—¡Gopanchiro! ¡Pelea conmigo! — Gritó Inosuke apuntándolo con su dedo.

—Ya dije que no, tenemos prohibido pelear entre Nosotros. — el burdeo se cruzó de brazos fingiendo estar molesto, sin embargo no dejó su tono amable en ningún momento.

—Iré a ver si Akemi despertó — Zenitsu se levantó del suelo, sin embargo antes de que diera un paso, la puerta del cuarto se abrió, dejando ver al pecoso ya vestido y con el cabello desordenado.

—Buenos días — Murmuró mientras se acercaba lentamente, intentando no mirar al rubio.

—¡Buenos días Akemi-san! — Tanjirō sonrió energéticamente mientras se levantaba también, colocando la caja en donde transportaba a Nezuko en su espalda.

—¡Eres un flojo! ¡Nunca vas a ganarme así! — Inosuke desvió su atención hacia el ojimiel mientras reía, acercándose a darle un ataque por la espalda, logrando su objetivo con bastante facilidad al tomarlo con la guardia baja, además de provocar que un pequeño quejido escapara de los labios del pecoso.

—Ugh... Tanjirō-kun te dije que no me trates con tanto respeto... Tenemos la misma edad... — Hizo un puchero sin darse cuenta y luego miró al ojiverde.—y tú... no entrenaremos juntos si vuelves a darme un ataque sorpresa otra vez.  

—¿Dormiste bien? — La voz de Zenitsu lo distrajo y lo puso nervioso, aún no sabía como comportarse luego de lo ocurrido, por lo que solo se limitó a asentir varias veces.

—Ven, tienes el cabello todo revuelto — una suave risa escapó de los labios del mayor y con cuidado comenzó a acomodar el cabello de Akemi, provocando que se sintiera más avergonzado aún.

"¿Por qué haces esto ahora?" pensó algo frustrado sintiendo sus mejillas teñirse de un suave rojo.

—M...Mejor volvamos a la Finca... Shinobu-san va a preocuparse y creo que ya tenemos otra misión. — se separó del rubio con lentitud, debía admitir que las caricias en su cabello eran agradables, sin embargo no quería dejarse llevar tan rápido.

El camino de regreso fue bastante tranquilo, apenas llegaron se encontraron con las niñas tendiendo sábanas mientras conversaban y a Kanao sentada bajo la sombra de un Árbol, mirando a las bellas mariposas que volaban a su alrededor.
Sin duda ese ambiente era familiar, al menos para el castaño, quien llevaba casi seis años viviendo ahí.

Narra Zenitsu

Mientras Caminábamos de vuelta a la Finca de Shinobu-san, mi vista se mantenía clavada en la espalda de Akemi, recordando lo que había ocurrido anoche, me tenía intranquilo el hecho de haber visto a mi menor tan vulnerable, en cierto punto llegaba a molestarme el no saber la verdadera razón, es un sentimiento extraño y difícil de explicar, sobre todo porque no llevamos conociéndonos tanto tiempo.

—Iré a Hablar con Shinobu-san, por favor esperen aquí — La suave voz de Akemi interrumpió mis pensamientos, escuché a Tanjirō afirmar y a Inosuke reclamar algo que no logré entender, pues lo gritó mientras iba directo a la cocina.  

Fruncí suavemente mi ceño, negando suavemente en un vano intento de alejar todos esos pensamientos de lado, no tenía por que preocuparme, Akemi ya tiene edad suficiente para ver por sus propios problemas ¿No?

No me mires  (Agatsuma Zenitsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora