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Llevaban más de diez minutos intentando cortar la cabeza de la chica sin éxito alguno, ella simplemente atacaba una y otra vez sin darles respiro ni oportunidad de contraatacar.
Zenitsu tenía una herida en la frente y un corte en su mejilla, ambos sangrando bastante, sin embargo el rubio no parecía inmutarse ante esto. Inosuke no se quedaba atrás, aunque era el más intacto de los tres, tenía cortes en algunas partes del torso y brazos.

—¡Maldición! ¡¿Acaso no se cansa?! — Preguntó sin esperar respuesta mientras jadeaba exhausto, todo su cuerpo dolía por el esfuerzo y sus pulmones parecían ya no querer trabajar correctamente por la sobrecarga de usar tan seguido distintas posturas de la respiración de viento.

—¡Solo aguanta un poco más! ¡Tanjirō y Uzui-san casi le cortan la cabeza al otro!

—¡¿Y qué pasa si nosotros no logramos cortarle la cabeza a ella?! — Volvió a interrogar con los nervios a flor de piel.

—¡Lo resolveremos!

—¡Dejen de parlotear y presten atención a la chica larva! — Inosuke los interrumpió  pasando por el medio de ambos directo hacia la chica, quien solo reía y atacaba nuevamente.
Akemi dudaba que pudieran seguir así mucho tiempo.

—¡Ja! ¡No son nada para mí! ¡Solo un trio de niñatos débiles! — reía de forma arrogante casi deleitándose con la creciente desesperación de sus contrincantes.

—¡Y una mierda! ¡Maldita bruja! — Akemi frunció su ceño ya completamente irritado, el dolor en todo su cuerpo ya era suficiente para ponerlo de mal humor y que esa mujer se las diera de engreída solo lograba enfurecerlo más.  Corrió hacia ella cortando cualquier faja que se interpusiera en su camino, estaba por alcanzarla cuando un torbellino de espadas de sangre lo interrumpió y lo obligó a detenerse antes de ser asesinado.

La defendió a pesar de estar peleando con Uzui-san y con Tanjirō.

—¿¡Tan débil eres que necesitas que tu hermano te proteja!? ¡Hablas mucho!

—Mocoso insolente. — sonrió irritada aumentando la velocidad de los ataques con el único propósito de golpearlo. Akemi lograba esquivarla  los primeros segundos, sin embargo llegó un momento en que una teja suelta en la orilla del techo lo hizo perder el equilibrio, provocando que recibiera un corte en su pierna izquierda, no era profundo pero si ardía.
— ¡Deberías pensar bien lo que dices! ¡Estás medio muerto justo ahora! — Se burló la fémina deleitándose al ver el estado en que se encontraba el ojimiel.

—¡Inosuke! ¡Zenitsu! ¡Akemi!— La voz de Tanjirō los interrumpió, el pobre estaba más que demacrado, tenía sangre en casi todo el rostro y sus heridas se habían abierto nuevamente.

—¡Lo siento, tenemos un cambio de Planes! ¡No podemos acercarnos a la chica larva de ninguna forma!  — El ojiverde fue el primero en hablar protegiendo a Kamado de morir cortado por la filosa tela.

—¡Y se supone que ella es más débil!— Reclamó el ojimiel apoyándose unos cortos segundos en sus rodillas.

— ¡Tendrás que ayudarnos a cortarle la cabeza a ella y luego vamos por el otro!  ¿¡Puedes moverte aún!? — Zenitsu entró a la discusión, su ceño estaba completamente fruncido y su voz delataba preocupación y rabia al mismo tiempo.

—¡Si puedo! ¡Pero Uzui-san fue envenenado! ¡Debemos terminar lo antes posible con esto! — Respondió levantándose con rapidez.
—¡Su cuello es realmente débil! ¡Si atacamos en distintas direcciones y con una velocidad exacta podremos cortarlo! 

—¡Déjamelo a mí! ¡Es realmente fácil para mi asombrosa habilidad si se trata de ataques en distintas direcciones! — Inosuke corrió directo a la chica.
—¡Podemos contra ella!

No me mires  (Agatsuma Zenitsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora