Cinco días habían pasado desde su conversación, Zenitsu ahora era más mimoso que antes, procuraba pensar bien lo que iba a decir y trataba de no tocar más de lo debido a su pareja hasta que estuviera listo. El castaño agradecía bastante la actitud ajena aunque a veces se sentía impotente por no poder darle al rubio ciertas cosas a pesar de que éste le recalcaba casi siempre que no era necesario.
En ese momento estaban en el cuarto del más bajo, uno en cada extremo de la cama disfrutando de la compañía del otro, su relación era así, a veces podían solo estar sentados en silencio acompañándose o podían tener una pequeña charla-discusión
Justo como ahora.
—¿Cómo quieres que no te esté abrazando todo el bendito día si actúas tan tierno?
—Es fácil.
—lo dices porque no estás viendo lo que yo.— se cruzó de brazos apuntándolo, frente a él, su novio llevaba su haori puesto, luego de prácticamente sacarlo a escondidas, mientras comía unos cuantos dulces.
—Solo estoy comiendo ¿Cómo va a ser eso tierno?
—Lo es, créeme
—para ti todo es tierno
—No es cierto.
—Claro que sí, además, dices eso solo porque soy tu novio.
—¿Dudas de mi?
—No, pero aún así insisto en que sólo lo dices porque eres mi novio. — hizo un puchero cruzándose de brazos y negando varias veces. — si fuésemos sólo amigos de seguro estarías diciendo que como mucho.
—Hieres mis sentimientos bebé.
—Tú tú... Hieres los míos. — replicó algo dudoso frunciendo su ceño.
—¡Ah! ¿Yo? ¿Tu lindo, tierno y atento novio? — Hizo un puchero dejándose caer dramáticamente hacia atrás mientras gimoteaba. —¡Akemi es cruel conmigoooooo y yo que recibo los golpes de Aoi-chan para conseguirle dulces! — Chilló removiéndose y fingiendo llorar.
—Zenitsu — Llamó riendo bajito gateando hacia su pareja, quien estaba boca arriba sin moverse, para poder sentarse a horcajadas sobre él y dejar besos en su rostro. —Ya no llores, te daré besitos, muchos muchos besitos.
—¿Aquí? — Pidió como si fuese un niño pequeño, su menor rio y con lentitud se acercó a dejar un tímido beso en sus labios antes de acomodarse sobre su pecho.
—Te amo mucho... Lo sabes ¿Verdad?
—Lo sé cariño, también te amo mucho. — el rubio sonrió como bobo acariciando delicadamente la espalda del más bajo y dejando un beso en su frente.
—pero eso no significa que te dejaré comer más dulces de los permitidos.—Rayos... ¿Ni por otro besito? — Lo miró como si fuese un cachorro intentando persuadirlo.
—Nop.
—Entonces no hay más besitos. — Frunció su nariz en un pequeño berrinche infantil y trató de levantarse. — ni abrazos tampoco.
—Eso es trampa. — Se quejó con el ceño fruncido abrazándolo más fuerte para mantenerlo pegado a su cuerpo. — mejor dicho, es chantaje, quieres más unos dulces que a tu lindo novio.
—No es cierto.
—Oh, claro que sí, ¿Quieres comprobarlo? — tomó uno de los dulces que aún quedaban y lo metió a su boca bajo la atónita e indignada mirada del castaño, quien negó varias veces gimoteando y tratando de escapar del agarre ajeno solo para esconder su preciado tesoro antes que el rubio se lo terminara.
Zenitsu sonrió de lado "aprovechándose del pánico" para cambiar posiciones quedando él sobre su menor.—¿Q-Qué haces? — su voz tembló involuntariamente cuando el rubio se acomodó mejor quedando entre sus piernas. No era que desconfiara de él, sabía perfectamente que Agatsuma no era así y que jamás le haría algo como eso, pero aún así no podía evitar reaccionar casi de manera automática.
—¡Oye...! ¡ZENITSU! — Se removió como si fuese un gusano al sentir las manos frías de su novio colarse bajo su ropa para comenzar a hacerle cosquillas.
—¡Y-Ya! ¡No h-hagas eso!.. ¡Z-Zenitsu! — Hizo un puchero mientras reía tomando las muñecas ajenas en un intento de frenarlo.—Te lo dije~ amas más unos dulces. — fingió estar dolido deteniendo todos sus movimientos y alejándose hasta quedar sentado en la cama.
—¿Y si me muero en nuestra próxima misión? ¿Y si un demonio me come? Moriré sabiendo que mi lindo Akemi prefirió unos cuantos dulces.Sollozó de forma dramática cubriendo su rostro, ante lo cual el castaño se alarmó creyendo que de verdad estaba dolido y con rapidez se incorporó abrazándolo mientras negaba.
—No llores, te amo mucho mucho. — Habló preocupado intentando calmarlo. — mucho más que a esos dulces Zenitsu.Agatsuma soltó una suave risa sintiendo su pecho cálido, si bien era una discusión increíblemente tonta y era obvio que no estaba ofendido por eso, que el pecoso intentara hacerle saber que lo amaba y que no lo cambiaría eran suficiente para hacerlo feliz.
Akemi era una pelusita tierna, suave y apretable.
—Ya no llores ¿Si? — preguntó tomando las mejillas del mayor para mirarlo a los ojos. — no era cierto lo de los besos y abrazos.
—Ah~ Eres demasiado lindo ¿Sabías? — preguntó abrazándolo por la cintura para poder apegarlo a su cuerpo, cabe destacar que no lo hizo con dobles intenciones.
— Demasiado adorable, ¿De verdad eres real? Eres demasiado bueno para este mundo. — se dejó mimar por el castaño, quien estaba teniendo un pequeño ataque de nervios por culpa de las palabras ajenas.—Creo....— respondió a la pregunta algo dudoso acomodándose para abrazarlo aprovechando para ocultar su rostro en el cuello de su pareja y así evitar que viera lo avergonzado que estaba.
Aunque no servía mucho porque el oído del joven rubio ya había captado el estado de su novio, por lo que acarició su espalda dejando pequeños besos en su hombro con una sonrisa surcando sus labios, ese tipo de situaciones los hacían olvidar que en cualquier momento podrían morir y no volver a verse, era como si escaparan del mundo real por un rato para sumergirse en su propia burbuja en donde eran felices sin preocupaciones.
....
—¿Quieres parar un rato? — interrogó apretando delicadamente la mano ajena, llevaban caminando unos cuantos minutos para recuperarse de la carrera que habían emprendido desde la finca a donde sería su próxima misión, según la información que les brindó el cuervo de Akemi, era un pequeño pueblo en donde había un animal que atacaba a las personas durante la noche, en especial niños, y no dejaba rastro de ellas.
—Estoy bien. — Le sonrió intentando calmar la ansiedad ajena, sabía que el rubio estaba asustado por su próxima misión y que intentaba hacerse el fuerte para "impresionarlo"
—¿Tú estás bien? Tu mano está temblando.—perfectamente, yo voy a protegerte de ese demonio cueste lo que cueste. — le sonrió algo tembloroso, Akemi sonrió de vuelta antes de acercarse a besar su mejilla dándole un pequeño apretón de ánimo en su mano.
—Aunque puede que muera—Estoy seguro de que no lo harás. — apretó su mano nuevamente, dejando escapar una pequeña risa al ver el enorme sonrojo del rubio.
—Así que mejor vamos, mientras más rápido lleguemos, más rápido terminamos y volvemos a la finca.
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No me mires (Agatsuma Zenitsu)
FanfictionA sus 15 años, Akemi es un chico bastante tímido y reservado con un pasado doloroso, Le cuesta relacionarse con personas nuevas, pero todo cambia el día en que cierto rubio chillón llega a la finca de las mariposas para recuperarse de sus recientes...