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Akemi estaba sentado en el techo de la enorme casa mirando el cielo nocturno, había pasado horas ahí arriba intentando distraerse.
Llevó sus manos a su rostro, cubriéndolo totalmente mientras suspiraba, ya no quería seguir llorando, le ardían los ojos y estaban los suficientemente hinchados como para incomodarle por no poder abrirlos del todo.

—Zenitsu Idiota —de seguro se veía patético en ese momento hablando solo y llorando por alguien que no iba a fijarse nunca en él.
—No... Más idiota soy yo por ilusionarme y seguir persiguiéndolo —Enredó sus dedos en su cabello y lo revolvió un poco antes de tirarlo suavemente.

—¡Ugh!, ¿Por qué es tan difícil? — abrazó esta vez sus piernas, apoyando su frente sobre sus rodillas y sintiendo como sus ojos comenzaban a picar nuevamente indicado que iba a llorar por enésima vez.
—De verdad me gusta mucho...y ya no quiero amarlo. —sus mejillas se humedecieron y de sus labios escaparon pequeños sollozos y hipidos.
Muy en el fondo sentía que era un idiota de primera por seguir detrás de quien lo había tratado horrible y lo había hecho llorar más de una vez.

"Debería terminar con esto"

Pensó completamente decidido levantándose, quitó los restos de maquillaje que había en sus mejillas mientras respiraba pausadamente para regular su respiración y finalmente entró por la misma ventana por la cual había salido.

Mientras Akemi estaba buscándolo el rubio estaba rondando por los pasillos perdido en sus pensamientos, su menor había desaparecido desde su discusión y no habían avances con respecto a la misión que ambos tenían, se supone que al día siguiente debían reunirse con el pilar del sonido para discutir que harían y ver si alguno tuvo suerte con la ubicación del demonio, sin embargo ellos seguían estancados en el mismo lugar y ahora para sumarle más puntos estaban peleados.

"Ugh, ¿Qué se supone que haré ahora?..."

Hizo una mueca suspirando pesadamente antes de mirar a su alrededor, las mujeres que trabajaban en la casa corrían de un lado a otro arreglándose, otras se quejaban por el cansancio o por alguna prenda perdida, eran demasiadas voces diciendo cosas irrelevantes al mismo tiempo.

Frunció su ceño algo irritado y sin quererlo la imagen de cierto castaño llegó a su cabeza, por más que quisiera olvidar el rostro afligido de Akemi no podía, era como si su subconsciente lo estuviese castigando por todas las idioteces que cometió desde que se conocieron hasta ese momento.
Debía admitir que se dejó llevar por los celos de los cuales ni el mismo conocía el origen, se supone que a él no le gustaba Akemi bajo ninguna circunstancia y mucho menos le importaba si el ojimiel conseguía pareja o algo por el estilo, sin embargo ahí estaba ahora siendo atacado por sus pensamientos luego de haber hecho una escena y haber dicho cosas horribles.

"Debo disculparme con él"

Pensó mientras revolvía su cabello con más fuerza de la necesaria, de seguro Akemi no iba a querer sus disculpas y con justa razón, pero él necesitaba callar sus tormentosos pensamientos de alguna forma.

Tal como si el universo estuviese en su contra, sintió un golpe en su pecho y al bajar la mirada se encontró con el dueño de sus pensamientos, el sentimiento de culpa solo empeoró al ver lo hinchados que estaban los ojos ajenos. Akemi desvió la mirada perdiendo todo el valor que en algún momento pudo reunir y se encogió al recordar que había golpeado al rubio, de seguro ahora iba a llegarle algún insulto o incluso un golpe por no respetar a sus mayores.

Zenitsu parpadeo varias veces saliendo de su ensoñación antes de mirar en todas direcciones y tomar la mano del castaño  para arrastrarlo por los pasillos hacia algún cuarto que estuviese vacío. El pecoso se imaginó el peor escenario posible en donde terminaba llorando y más herido de lo que ya estaba, no obstante apenas llegaron a la habitación y Agatsuma se giró a mirarlo para tomarlo por los hombros, sus pensamientos desaparecieron, su cerebro dejó de funcionar unos segundos y su corazón se aceleró.

—Necesito hablar contigo y quiero que me escuches bien porque no volveré a repetirlo — Suspiró pesadamente apretando un poco su agarre sin llegar a lastimar al más bajo. —Lo siento... Me comporté como un verdadero idiota al decirte todas esas cosas y no pensé en las consecuencias.

Akemi lo miró durante varios segundos dudando si responder o no, si bien seguía molesto y dolido por las palabras del más alto, ahora tenía un enorme dilema en su cabeza y ya no sabía si quería olvidar sus sentimientos o no.

—Akemi, de verdad lo siento — el rubio se veía nervioso, demasiado nervioso y apenado mientras hablaba.

—¿Por qué te disculpas Zenitsu-san?... — Preguntó lo obvio mientras acercaba tímidamente su mano derecha al cabello ajeno, dejando pequeñas caricias en éste. De seguro luego iba a arrepentirse por ser tan débil ante su mayor.

—Soy yo quien debe...pedir perdón... Por mi culpa ha pasado malos momentos. — Desvió la mirada apenado mientras hablaba sin pensarlo mucho, sintiendo ganas de llorar otra vez. —no es normal que a un chico le guste otro y... Tu solo intentaste ahorrarte la vergüenza de ser señalado por la gente, entiendo perfectamente que me dijeras todas esas cosas...

Agatsuma frunció su ceño molesto antes de darle un golpe en la frente, no lograba comprender porqué su menor hablaba así de si mismo.

—No te menosprecies de esa forma, deberías estarme golpeando o insultándome en vez de auto boicotearte.— habló dejando escapar un pesado suspiro, hasta ahora se daba cuenta de todo el daño que había hecho. —Yo hice las cosas mal... Asquerosamente mal. Te traté horrible y me convertí en el tipo de persona que alguna vez odie, soy la peor escoria que existe en este mundo.

—Tonto... — murmuró Akemi esta vez siendo él quien le dio un golpe en la frente dejando escapar un pesado suspiro. —sigue doliendo lo que dijiste a pesar que algunas partes son ciertas, sin embargo no quiero que sigas comiéndote la cabeza con eso, debemos concentrarnos en nuestra misión y una vez que terminemos hablaremos más tranquilamente, pero por ahora procura no volver a mencionar el tema. — Le dio otro golpe antes de acariciar suavemente su cabello, por más molesto y dolido que estuviera no podía enojarse mucho tiempo con él, ese era uno de los aspectos que más odiaba de si mismo.

—Akemi... — Agatsuma comenzó a derramar lágrimas como hacía comúnmente y sin previo aviso se abrazó al más bajo recibiendo suaves palmadas en su cabeza.

—Ya ya, deja de llorar, tenemos cosas que hacer... — dejó una suave palmada en su espalda antes de alejarse, viéndolo asentir y sonreírle como si fuese un niño pequeño, tal como si hubiesen vuelto a los días en donde se la pasaban juntos.

Le iba a tomar mucho tiempo volver a sentirse completamente cómodo al lado del más alto, sin embargo no era tan cruel como para hacerlo sufrir ignorándolo o deseándole cosas malas, no, él no era esa clase de persona.

La verdad dudé mucho si hacer esto o no, pues sentí que era muy pronto el cambio y demasiado brusco, pero también consideré que estaba siendo demasiado el daño que estaba creando en la relación de Zenitsu y Akemi y luego iba a ser demasiado difícil que pudieran estar juntos sin tener problemas en ciertos aspectos, por lo que decidí escribir esta parte, espero que sea de su agrado °^°

No me mires  (Agatsuma Zenitsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora