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—¡Inosuke, protege a los que aún duermen! ¡Este tren ya no es seguro! — Tanjirō estaba agachado intentando no perder el equilibrio por la velocidad a la que iba el tren.

—Lo sabía, es tal como lo predije, ¡Eso significa que soy el jefe! — gritó el de máscara emocionado antes de entrar nuevamente por el mismo agujero por el que salió, siendo seguido por sus compañeros.

—¡No es momento para pensar en eso! ¡Estamos en peligro! — la voz del castaño fue amortiguada por el ruido de un rayo.

— ¡Vino del vagón de atrás! ¡¿Zenitsu y Rengoku-san ya despertaron?! — interrogó el ojirubi mientras intentaba liberar a las personas que estaban siendo devoradas lentamente.

—¡Respiración de viento cuarta postura! ¡vendaval de polvo! — Akemi se movió con rapidez cortando todo rastro del demonio que se le interpusiera, liberando a las personas afectadas por éste.—¡No sé si despertaron pero espero que sí o estaremos en verdaderos problemas!

—¡Avanza demasiado rápido! — Tanjirō intentaba ayudarlo, sin embargo el demonio les estaba colocando todo más difícil y el poco espacio les jugaba en contra también.

El ojimiel iba a responder, no obstante el tren dio una fuerte sacudida mandándolos con fuerza al suelo.

—¡Tanjirō! ¡Akemi! — La voz de Rengoku se hizo presente entre todo el desastre, ocasionando que ambos jóvenes lo miraran.

—¡Rengoku-san!— Gritó el ojirubi sorprendido, incorporándose nuevamente.

—Me tomé la libertad de hacer unos cortes mientras venía hacia aquí, por lo que al demonio le tomará tiempo recuperarse, el tren está compuesto por ocho vagones, Protegeré los primeros cinco, el chico amarillo y tu hermana están protegiendo los otros tres. Tú, Akemi y el chico de la máscara irán a cortar la cabeza del demonio.

—¿¡Eh!? ¡Pero el demonio es-...!

—¡No importa su apariencia, mientras sea un demonio tendrá cuello! ¡Cuento con ustedes! — Interrumpió el pilar sin borrar su sonrisa antes de desaparecer con rapidez, dejando a Kamado pasmado en su lugar.

—¡Tanjirō no es momento de estar impresionado! — Gritó el castaño mientras se acercaba a su compañero, evitando que el demonio lo alcanzara.

—¡¿dónde se supone que estaba Inosuke?! — Interrogó Kamado saliendo de su ensoñación..

—¡Ya cállate mierda! 

—¿eso responde tu pregunta? — preguntó el castaño mientras comenzaba a avanzar hacia la parte frontal del tren.

—¡Inosuke! ¡Los tres primeros vagones! — la voz de Tanjirō interrumpió nuevamente.

—¡Ya lo seeeee! ¡Voy a encontrarlo pronto! — Gritó de vuelta el ojiverde mientras corría por el techo del tren.
—¡Lo encontré!

—¿¡Es la parte frontal!? —interrogó Kamado

—¡Sí, es el frente!

—Donde se guarda el carbón..— Murmuró Akemi antes de abrir ampliamente sus ojos, subiendo también al techo. — ¡Vamos, no tenemos mucho tiempo! — volvió a gritar mientras se acercaba al primer vagón.
—¡Inosuke! — Gritó alarmado al ver a su compañero siendo envuelto por muchas manos que sobresalían de las paredes del tren, no obstante Tanjirō fue él más rápido en reaccionar y acercarse a salvarlo.

—¡Está justo debajo de nosotros! — Habló Kamado apenas se recuperó, ignorando los gritos del chofer del tren.

—¡No me digas que hacer! — Gritó Inosuke mientras hacía dos cortes perpendiculares en el suelo, dejando a la vista la columna del demonio.

No me mires  (Agatsuma Zenitsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora