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Desvió su mirada del libro que estaba leyendo para poner atención a las palabras de Shinobu, quien le preguntaba si tenía alguna herida de gravedad luego de su reciente misión, a la cual había acudido completamente solo, pues los otros cazadores estaban atendiendo el problema que se había generado en la montaña Natagumo, él simplemente negó de forma suave dedicándole una pequeña sonrisa y luego se despidió para irse a su cuarto a descansar.

Shinobu lo conocía bastante bien, por lo que fue personalmente al cuarto del menor, sin malas intenciones, e insistió en revisarlo de forma correcta, pues sabía desde hace mucho tiempo el afán del chico por no molestar "más de lo debido". Luego de bastante minutos en los que la pilar insistió bastante llegando a estar molesta, el chico se rindió, revelando que tenía un corte un poco profundo en su brazo derecho y unos cuantos raspones.

—¿Ves que si necesitabas atención medica Akemi-Kun? — habló la fémina en un suspiro mientras terminaba de guardar las cosas. -Será mejor que descanses y duermas, hiciste un gran trabajo.

el castaño solo se dedicó a asentir de forma suave y bajar la cabeza apenado.

—Perdón— Susurró antes de que su mayor saliera del cuarto, sin saber si había sido escuchado. Se recostó en la cama luego de cambiarse de ropa y cerró sus ojos intentando no ser atacado por sus constantes pesadillas otra vez, sabiendo que esto sería imposible.

En toda la finca, Shinobu era la única con quien podía hablar sin problemas, Aoi y las niñas eran amables con el, pues no era mañoso para tomar sus medicinas, pero no desprendían la misma tranquilidad de la mayor, a pesar de que esta sonreía más por obligación que por espontaneidad.

—Ugh —Se removió incómodo abriendo sus ojos nuevamente y suspirando de forma pesada, no podía dormir por más sueño que tuviera, no podía llorar aunque lo deseara con todas sus fuerzas, deseaba no estar ahí, cada momento del día se lamentaba el haber sobrevivido a esa horrible noche, él no era como otros cazadores, su familia no había sido asesinada, su pasado era parecido al de Kanao, solo que no corrió la misma suerte de la chica.

Escuchó pasos fuera del cuarto, al parecer traían a los primeros heridos de la montaña Natagumo, No tenía ganas de salir, menos sabiendo que había muchas personas rondando en los alrededores, le daban nauseas el pensar que si salía se rodearía de personas desconocidas.

"Los Humanos son crueles"

Pensó e hizo una mueca de disgusto, Odiaba a las personas mentirosas, sobre todo a las que pisoteaban a los demás para llegar a sus propias metas, en su corta vida se cruzó con muchos así, crueles, envidiosos, malagradecidos y sobre todo prejuiciosos.

su burbuja fue rota abruptamente por los gritos de Aoi regañando a alguno de los pacientes, un suave escalofrío recorrió su espalda y su ceño se frunció, no le gustaba mucho que la chica gritara en un espacio tan pequeño, le traía malos recuerdos.

Cerró sus ojos intentando ignorar a la ruidosa chica y trató de conciliar el sueño, logrando su propósito con bastante esfuerzo.

Se despertó de golpe al oír gritos nuevamente, un pequeño quejido escapó de sus labios en forma de protesta y sin más se levantó para poder ir a darse un baño y luego ir a desayunar, rogando que Aoi en uno de sus intentos de "hacerlo socializar" no lo hiciera ayudar con los heridos.

lo cual desgraciadamente pasó, Ahora se encontraba llevando la medicina de dos chicos a uno de los cuartos, si no lo hacía lo más seguro es que se llevaría más gritos de parte de la chica y eso era lo que menos quería. Al llegar, se encontró con las niñas bastante nerviosas y a un chico rubio Histérico llorándole a otro con cabellos burdeos quien se encontraba en los brazos de un Kakushi.

No me mires  (Agatsuma Zenitsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora