Un suave quejido escapó de sus labios al mismo tiempo que se retorcía y negaba intentando alejarse.
—Y-Ya no s-sigas...Duele — Pidió con pequeñas lagrimitas asomadas en sus ojos mirando directamente a su novio.
—Aguanta un poco, ya casi termino —Apretó la muñeca ajena para evitar que siguiera moviéndose.
—¡A-Ay!... Z-Zenitsu... — Cerró sus ojos con fuerza estremeciéndose ligeramente y negando.
—¿¡QUÉ MIERDA LE ESTÁS HACIENDO AL NIÑO!? ¡MALDITO PERVERTIDO! — la puerta del cuarto fue bruscamente abierta por el ojirubi, quien hasta hace unos segundos estaba buscándolos a ambos, hasta que escuchó la voz de su amigo.
Zenitsu volteó a verlo algo extrañado y a la vez divertido mientras que el castaño hizo un pequeño puchero, como un niño que va a llorar cuando alguien lo consiente luego de una caída.
—¿En que pensabas? Estoy curando las heridas que tiene en las manos. — habló divertido antes de apuntarlo con el algodón que tenía en sus manos— No sabía que Tanjirō era tan pervertido.
—¡A-Ah!...¡Zenitsu!... yo... No era.... — Palmeó su rostro negando antes de ingresar a la habitación, cerrando la puerta detrás de él. —Los estaba buscando.
—¿Ocurre algo? — Hizo una pequeña mueca sin querer cuando su pareja terminó de vendar las heridas de sus manos, las cuales eran consecuencia de estar empujando la roca todo el día.
—Bueno, me preocupó el que no vinieras a comer con todos. — Habló sincero sentándose a una distancia prudente de ambos, viendo al joven castaño parpadear sorprendido y luego sonreír de forma cálida.
—No te veías muy bien esta mañana, pero quería darte tu espacio porque sé que te incomoda tener mucha atención sobre ti.Si alguien los viera juraría que son hermanos por como se comportan.
El rubio negó algo divertido mientras vendaba las manos de su pareja.
—Lamento haberlos asustado.... A los dos. — Inclinó levemente la cabeza antes de suspirar. — No tenía ganas de comer en ese momento.
—Es malo que te saltes las comidas — Regañó frunciendo su ceño.
—Puedes enfermar.—Pero ya comió, le di otra porción además de las que me llevé y ahora estabamos como nos encontraste — alzó sus cejas de forma sugerente recibiendo un golpe no muy fuerte en su cabeza por parte del ojirubi.
—No te atrevas a ponerle las manos encima a mi niño. — reclamó manteniendo su puño sobre el cabello ajeno, mirándolo con los ojos entrecerrados.
—¡Ahh! ¡Tanjirō es malo conmigo! ¡No soy un pervertido! — chilló de forma exagerada. —¡Nunca le haría nada malo a Akemi!... Bueno... Nada que no quiera.
—¡Zenitsu!
. . .
—Deja de Auto boicotearte — Murmuró con la mirada perdida en alguna parte del cielo, ganándose una mirada interrogativa de parte del ojirubi, quien estaba recostado a su lado. Llevaban alrededor de una hora ahí. Luego de discutir con Agatsuma sobre sus dudosas ideas sobre que iba a hacerle al castaño, ambos habían vuelto al entrenamiento, rindiéndose media hora luego de haber empezado debido al cansancio y dolor muscular.
—¿Cómo?...
—Frunces el ceño y tu rostro es igual al de un cachorro herido. — Murmuró cerrando los ojos.
—Por eso me di cuenta.—Mh... —Asintió sin mirarlo directamente.— ¿Crees que pueda hacerlo...?... Digo... Creo que no tengo fuerza muscular...
—¿Bromeas? Tienes los músculos marcadísimos por todo el cuerpo, no es cosa de fuerza muscular. — se giró a mirarlo tocando su frente con uno de sus dedos. — es cosa de ahí, debes dejar de auto boicotearte.
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No me mires (Agatsuma Zenitsu)
FanfictionA sus 15 años, Akemi es un chico bastante tímido y reservado con un pasado doloroso, Le cuesta relacionarse con personas nuevas, pero todo cambia el día en que cierto rubio chillón llega a la finca de las mariposas para recuperarse de sus recientes...