No me mires (Agatsuma Zenitsu)

18

—Separémonos, es más fácil buscar  información de esa forma, en media hora te espero en el cuarto que nos "dieron" y por favor... No te distraigas si ves alguna chica bonita. — Murmuró lo último sin mirar al rubio.

—¿Por quién me tomas? — interrogó frunciendo levemente su ceño.

—Por alguien pervertido. — respondió simple recibiendo un suave empujón y un berrinche.
—Comencemos, si nos apresuramos terminaremos pronto. — Finalizó antes de darse la vuelta y caminar lejos del rubio, éste último comenzó a caminar perdido en sus pensamientos, escuchando las cosas insignificantes que hablaban las mujeres en alguna habitación cercana.
Su mente era ocupada solo por el castaño, aún sentía la culpa recorrer su sistema pues Akemi lo había "perdonado" demasiado rápido y eso le carcomía la mente.  Todo era su culpa por haberse comportado como un idiota cobarde e insensible, debía comenzar a hacer oídos sordos ante los murmullos de las personas si quería realmente ser feliz en algún momento.

Su burbuja se rompió abruptamente al oír sollozos, si bien eran suaves y lejanos llamaron completamente su atención, ya que la emisora era una chica. Recorrió los pasillos rápidamente buscando a la joven, llegando por fin a un cuarto completamente desordenado, cosas tiradas por todas partes, algunas destrozadas y otras intactas, sin embargo lo que más llamó su atención fue la joven que estaba arrodillada en medio de la habitación llorando y disculpándose reiteradas veces.

—¿Qué ocurrió? ¡¿Estás herida?! ¿Necesi-...? — interrogó acercándose, no obstante su voz se cortó cuando el horrible sonido que solo emitían los demonios llegó a sus oídos, cada extremidad de su cuerpo se tensó y su corazón comenzó a latir rápidamente al mismo tiempo que su cerebro mandaba señales de peligro inminente.

—¿Qué haces en una habitación ajena? — la escalofriante voz de la mujer detrás de Agatsuma hizo que sus manos temblaran.

"Es una luna superior, el sonido es tan horrible y a la vez tan tenue que atemoriza"

—Oye respóndeme, ¿acaso estás sorda? — siguió interrogando de forma antipática.

—W...Warabihime-oiran...E...Ella es u-una de las chicas que llegaron ayer...o...antes de ayer — una de las dos temblorosas jóvenes que permanecían ocultas detrás de la puerta corrediza del cuarto habló a duras penas.

—¿Y a mi qué?

—¡Lo sentimos! ¡La habitación estaba desordenada y ella estaba llorando! ¡Creí que algo malo le había ocurrido! — El rubio estaba más que nervioso, no estaba dentro de sus planes encontrarse tan pronto con el demonio y menos estando solo.

—Sé que está desordenada, no estoy ciega, le dije a esta chica que limpiara, además ¿Quién mierda eres tú? ¿Y qué pasa con tu cabeza? ¡Te ves horrible! ¡Me desagrada!  ¡deberías morirte!

"Que mujer más loca"

Pensó Agatsuma desconcertado por el griterío y por las cosas tan absurdas que le eran reclamadas. Si bien estaba nervioso y asustado no pudo ignorar que la mujer tan despreciable tomó a la joven que lloraba por una de sus orejas mientras le gritaba.

—Quítale las manos de encima— amenazó tomando la muñeca de la demonio mirándola con furia. La fémina, lejos de hacerle caso, se enfureció de igual forma y lo apartó de una fuerte cachetada dejándolo inconsciente a varios metros.

...

Se estremeció con fuerza cuando sintió que alguien lo tomaba por la cintura y se pegaba más de lo necesario, por reflejo dio un codazo hacia atrás golpeando justo el estómago de su potencial agresor, quien resultó ser un hombre que venía a divertirse a la casa.