😦Verdad Islas del Sur😦

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Cuando los reinos capitales se formaron, las islas del sur fueron las últimas en poblarse, unos campesinos habían llegado ahí por casualidad, para sembrar sobre sus tierras, pero terminaron encontrando más que tierra fértil, encontraron oro y mucha diversidad de peces y animales, por lo que desde ese momento las 13 islas fueron colonizadas por los ancestros del actual príncipe Hans, pero los primeros reyes de las islas pensaron que no sería una buena idea dejar todo a manos de un solo rey, así que tuvieron 13 hijos, los cuales a su debido tiempo gobernarían uno en cada isla, de esta manera la descendencia se mantendría intacta y las islas no se quedarían a la deriva y eso se mantuvo hasta la actualidad, muchos años pasaron y las cosas no habían cambiado, todo parecía ir viento en popa, hasta la llegada del rey Caleb, el rey de la primer Isla del Sur, teniendo como descendencia a Hans, su único hijo tal como debía ser, la verdad es que desde que el primer rey tuvo 13 hijos y cada uno gobernaba una Isla, cada rey debía tener un hijo, a menos que se necesitara de otro rey para gobernar una Isla, esto los hacía primos pero no les gustaba llamarse así, toda su vida convivían juntos y sus padres los trataban a todos por igual lo que los hacía ser hermanos en sangre y nombre.

Pero Hans fue el último príncipe en llegar a nacer, todos los demás reinos ya tenían un heredero, Hans había tardado mucho en llegar, pero todos estaban contentos de que el primer reino tuviera a su futuro rey ahora príncipe Hans, por lo que no importó tanto la posición que ocupará el pelirrojo en el reino, lo importante era que gobernaría.

Hans creció muy mimado y consentido, desde que tiene memoria todo el personal del castillo siempre hacía lo que les ordenara, y hasta lo que no, durante su infancia nunca tuvo que esforzarse de más o llegar a hacer algo por su cuenta, le gustaba esa vida, al principio las cosas parecían fáciles, su madre siempre le facilitaba todo, pero a su muerte su padre fue más severo y estricto con él, con tan solo 12 años su padre trató de enseñarle pelea, lucha con armas, a cabalgar y a sobrevivir por su cuenta, no quería a un inútil en el trono, pero Hans no parecía querer aprender nada de lo que el rey Caleb trataba de enseñarle a su hijo, un día entre el calor de la discusión entre el pelirrojo y su padre la tragedia paso.

—Hans vuelve aquí en este instante—el rey alzó la voz esperando que su único hijo dejara de caminar en dirección a su habitación y regresara

no quiero, esto es una pérdida de tiempo, para que necesito saber defenderme, ¿no se supone que tenemos personal para eso?—Hans estaba harto su padre siempre era muy brusco y severo con su hijo, tanto así que hace unos días casi muere por que su padre le hizo una herida profunda en su pierna con la espada.

si hay guardias que se ocupan de eso, pero son para el reino, si en algún momento debes defenderte debes saber cómo, vamos hijo prometo que seré menos severo pero debes aprender—la misma promesa vacia, Hans estaba harto de ser juzgado y menospreciado, escuchaba las conversaciones entre su padre y sus "hermanos" todos concordaban con que su madre lo había malcriado dándole todo en la mano y haciéndole las cosas más fáciles, pero eso Hans no lo veía así, su madre Olivia, sabía que moriría en cualquier momento, su enfermedad avanzaba y no había doctor en todo el mundo que lograra ayudarla, por lo que sus últimos años los paso cerca del pelirrojo, quería disfrutar con él cada momento como si no hubiera un mañana, no quería que se preocupara de nada y eso Caleb lo entendía, Olivia solo quería pasar todos sus días restantes cerca de su pequeño, pero se prometió a sí mismo que en cuanto su esposa dejara este mundo él se encargaría de hacer de su hijo el rey al que estaba destinado a ser, lo iba a entrenar y todo eso antes de la coronación del chico, pero era tan severo y poco paciente que Hans terminaba harto y siempre peleando con su padre, solo quería regresar el tiempo a cuando su madre vivía y él pasaba todo el día con ella, entre historias y risas.

Por mi reinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora