Por mi reino

🟩Cerca de la verdad 🟩

Todos los involucrados se desconcertaron, ¿que era eso? ¿Una carta? Todos miraron a Jackson con cara de confusión y temor.

—¿que es eso?—Merida estaba preparada para todo, la adrenalina corría por su cuerpo como solo una vez en la vida le paso, pero al menos esa vez sabía a lo que se enfrentaba.

—una carta, como la de ustedes, una horrible carta que me podría hundir, a mí y a mi familia— Jackson estaba nervioso, esperaba que esto funcionara de lo contrario de nada serviría que estuviera apunto de revelar su secreto, el peliblanco abrió la carta y con toda la valentía que pudo reunir dijo en voz alta su contenido— Eres repugnante, como alguien como tú puede ser llamado príncipe, aun peor en unos años serás llamado rey, no creo que nadie permitiría eso si supiera lo que le hiciste a esa pobre chica.

Al momento todos quedaron impactados, ¿que le había hecho el príncipe Jackson a una chica? ¿Como era posible que pudiera confesar algo así tan calmadamente? Ahora si estaban más que asustados, pero aún así Mavis tuvo el valor de hablar.

—¿que le hiciste a qué chica?—a Mavis se le quería salir el corazón por la boca, ¿que había echo Jackson?

Jack suspiró, esperaba esa pregunta, pero definitivamente no la respondería, aún no—no sé si puedo confiar en ustedes, porque al igual que todos ustedes tengo miedo, mucho, pero quiero poder confiar en alguien y parecen ser las personas correctas, que no me juzgarían y al menos tratarían de entenderme.

—¿que quieres decir? ¿Que es lo que quieres que digamos para que confíes en nosotros?—Rapunzel estaba hastiada de tanta intriga y drama, ¿porque no podían ser solo directos?

—quiero que lean lo que dice su carta, y que confiesen lo que hicieron para recibirla.

La cara de todos fue un poema, ¿acaso pensaba que revelarían sus más grandes secretos? Definitivamente estaba mal.

—todos tenemos secretos, eso es algo evidente, pero ¿crees que será tan fácil que tengamos confianza los unos en los otros?—Kristoff no pensaba revelar su secreto, había dos personas que si lo supieran harían todo lo que fuera para verlo 3 metros bajo tierra

—en ustedes está esa elección, yo los cite pero si quieren seguir temiendo de todo y todos, adelante, pueden irse—Jackson trataba de convencerlos, estos chicos no eran tan diferente a él.

—cuando llegamos dijiste que sabías lo que todos pensaban, excepto yo, que mis dudas eran diferentes, ¿porque?—a Elsa esa duda la carcomía desde el momento en el que escucho a Jackson excluirla de los demás.

Jack suspiró y habló—no pude evitar seguirte al verte caminar por el pasillo en dirección a la oficina del director

Elsa soltó un pequeño grito que alarmó a todos, mientras que por la mente de la chica pasaban miles de cosas, no podías ser que él supiera su secreto, sentía que el mundo entero se le venía encima.

—tú...tú...¿como pudiste haber echo eso? Nadie te dio el permiso para escuchar una conversación tan privada y personal como esa, eres un tonto Overland—la princesa comenzó a soltar manotazos al chico, se sentía humillada y expuesta.

—se que estás enojada, pero tú eres la razón por la que decidí hacer esto—Jack logro tomar las manos de Elsa evitando que la princesa lo siguiera golpeando—tu eres la única persona que conoce y puede confirmar la verdadera identidad de la persona detrás de las cartas y quiero que sepas que en mi siempre vas a poder confiar, solo dame una oportunidad.

Elsa tenía tantas ganas de gritar y mandar todo al carajo, su vida estaba expuesta y en manos de otros reinos.

—esto se está poniendo complicado, ¿que está pasando? ¿Ustedes conocen quien es la persona que nos envío estas cartas?—Hans estaba perdiendo la cabeza, dejo de entender todo a su alrededor y se perdió en el tema lo que hizo que se estresara.

—si, se quien es la insufrible persona que los amenazo, pero agh tiene razón Jackson, deberíamos poder confiar los unos en los otros, estamos todos metidos en la misma situación y queramos acéptalo o no somos las únicas personas en las que podríamos confiar, seremos los futuros monarcas de los reinos capitales, así que abra que comportarnos como tal.

Todos se quedaron pensativos, las palabras de Elsa tenían hasta cierto punto un grado de razón, pero no sabía que tan mal se tomarían los demás su secreto.

Por mi reino