📨Leyendo las cartas 📨

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Elsa suspiró con cansancio, desde el día en el que la carta de Pitch le llegó todo su mundo de vino abajo, el tema que tanto la atormentaba había quedado en el pasado, nadie más que ella sabía lo que realmente había pasado con Diana, aunque siempre tenía en mente que de alguna manera ella se lo busco.

como dijo Jack, quien quiera puede irse, pero los que se quedan deberán leer sus cartas y contar su historia, deberán confiar y no juzgar ¿entendido?

Todos asintieron y nadie se movió de su lugar, lo que quería decir que todos aceptaban.

bien, yo ya he leído mi carta, ¿porque no les muestras que pueden confiar en ti?—Jack se dirigió a Elsa y está solo volvió a suspirar y asintió, sus manos temblaban al abrir la carta y se aclaró la voz antes de comenzar a leer

Princesa Elsa, futura reina de Arendelle, un...un título que no te pertenece...ese no era tu lugar hace unos años...¿a quien se lo habrás robado?—la última frase Elsa la dijo casi en un suspiro, su voz temblaba y una sensación horrible se apoderó de su cuerpo, solo miraba las palabras escritas en el papel, no tenía el valor suficiente para ver a los ojos a los demás futuros monarcas.

—¿le robaste el trono a alguien?—Rapunzel estaba espantada, su secreto dejaría de ser personal y saber que los demás también guardaban secretos horribles, la hacía sentirse rodeada de criminales, como si la hubieran puesto en una celda enjuiciada.

no quiero hablar de eso ahora, si se quedaron aquí es para confesar, terminando de leer las cartas confesaremos—aún con la vista perdida entre la oscuridad Elsa confronto a la princesa de Corona.

Todos estaban expectantes, miedosos y la adrenalina corría por su cuerpo, decidieron que no dirían nada más, solo dirían lo que contenía la carta, mientras más rápido pasara todo, mas rápido sabrían a que se enfrentaban.

—Lo que hizo señorita Rapunzel no tiene perdón, ha...haberle quitado la vida a un ser que aún no era capaz de pensar por si mismo es atroz, u...usted sí que es un m...monstruo—Rapunzel dijo con la voz temerosa y evitó la mirada de cierto príncipe de Berck.

Probre princesa, parece que tu vida está llena de tragedias, perder a dos personas muy importantes en tu vida solo por ser de la realeza—Mavis se tomó 5 segundos para respirar y quitar las lágrimas que impedían que pudiera seguir leyendo—eso no debería ser, ¿que paso con él felices para siempre?

—Afrontar las consecuencias siempre es difícil, no todos tenemos lo que hay que tener pero eso no fue lo peor de tu caso, lo negaste aún sabiendo que era tuyo y por eso ahora estás pagando—las lágrimas invadían los ojos del mayor de los príncipes de Berck pero se negaba a dejarlas salir al igual que se negaba a afrontar a la rubia frente a él.

Me compadezco de usted, lo que le sucedió fue horrible, nadie se merece lo que le paso, eso le arruino la vida, aunque eso no le da el derecho de hacer lo que le hizo a su hermanos ¿cierto?—Los secretos que habían estado saliendo de alguna manera extraña hacían sentir tranquilo a Hans, no sabía porque pero una parte de él en verdad quería poder confiar en ellos, quería por primera vez no ser juzgado ni sentir que era un acto de caridad.

Envidio la suerte que personas como tú pueden tener, que los reyes del que ahora es tu reino se hayan fijado en ti no tiene precio, pero al parecer eso no es suficiente, eres ambicioso y lo respeto, pero desafortunadamente no todo te puede salir bien—cuando Kristoff termino de leer su nota sintió la confundida mirada de todos sobre el, pero la persona que volteó a ver fue a su hermana Rapunzel, la cual no entendía que horrible secreto podría tener su hermano.

Hay muchas palabras para describir a un rey, respetado, poderoso, justo, amable, pero me parece que asesino no está entre ellas, para tu mala suerte esa palabra te describe tan bien—Hiccup suspiro al terminar de leer su carta y solo paso una de sus manos por su cara, todo para evitar mirar a su hermano y a la pelirroja, los cuales eran los únicos que sabían a que hacía referencia esa frase.

¿Crees que tu secreto está a salvo? Puede que tú no hayas hecho nada malo, pero entonces ¿porque sientes culpa? Ah es cierto, lo hiciste solo para remediar errores del pasado ¿cierto?—al escuchar a Hiccup contar lo que su nota contenía, Merida no pudo evitar recordar el día en el que todo cambio, tenía razón ella no había hecho nada malo, pero la culpa la perseguía todo lo había hecho solo para salvarse, no porque le naciera haber ayudado.

Por último estaba la princesa Anna, la cual no despegó su vista de su hermana, escuchaba atenta a los demás leer el contenido de sus cartas, pero eso no evitaba que mil pensamientos pasaran por su cabeza, Diana, ese nombre no dejaba de repetirse en su cabeza, cuando llegó su turno, apretó la carta entre sus manos y dijo de memoria el contenido que se había aprendido desde que esta
llegó—Entiendo el odio de otras personas a tu hermana, todos tienen razones para odiarla, pero ¿y tú? Solo la odias porque si, que patética, no tienes la menor idea del porque sientes esas enormes ganas de ahorcarla, eso no debería de ser normal, pero lo creas o no ese odio si tiene fundamentos, lastima que no los conoces.

Después de escucharse atentamente, todos se quedaron callados durante unos segundos que parecían una eternidad, hasta que Jack de nuevo decidió tomar las riendas de la conversación y poner las reglas del juego.

de acuerdo, ahora viene lo más difícil, confesarnos, trataremos de seguir el orden en el que las cartas se leyeron, todos debemos prometer no juzgar, ni burlarnos, ni hacer nada que nos ofenda, podemos hacer preguntas pero la persona tiene el derecho a elegir si la responde o no, ¿están de acuerdo?—todos al unísono dieron un sí, lo que marcó el inicio de la verdad—bien yo empezaré...

POR MI REINO

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