cincuentaicuatro.

1.3K 131 43
                                    

‐ Necesito que ordenes un poco tus ideas y así me cuentes todo lo que ha sucedido. Que estés aquí hoy y en ese estado me resulta un tanto alarmante, Rin.- el doctor Ebert Hayami apretó el puente de su nariz en un intento de no sucumbir al cansancio físico y mental que sentía. Los años pasaban y el cuerpo comenzaba a pasar factura de tantos años de profesión.

- No puedo. No sé por dónde empezar, pareciera que mi cerebro que va a estallar en cualquier momento.- hizo una mueca de dolor mientras sostenía su cabeza. Tantas imágenes de lo que pasó en las últimas horas la estaban atormentando.

- Es la ansiedad lo que está hablando por ti ahora. ¿Preferirías que hiciera algunas preguntas, tal vez?- habló con voz suave, tan cálida que logró calmarla un poco.

Ella asintió lentamente.

- Bien, traje las últimas anotaciones que hice cuando fuiste a terapia hace una semana atrás. Hablamos de Sesshomaru y su pasado, una amante insistente, una mujer que solo es un recuerdo y también distanciamiento entre ustedes. Habíamos acordado que hablarías con él, pero...estamos en esta situación. ¿Qué han pasado los días posteriores a nuestra charla?-

- Yo...- susurró la azabache con la mirada perdida- No pude hablar de inmediato con Sesshomaru. Es decir...ni siquiera sabía qué era lo que debía decirle, así que solamente...dejé pasar los días.-

- Está bien.- murmuró el doctor- ¿Era por esta misma razón que visitaste la casa de los Taisho anoche?-

- De hecho no. Conseguí un trabajo de medio tiempo solo por el verano gracias a la secretaria bibliotecaria ya que ellos cerrarán sus puertas para viajar a no sé dónde.- se encogió de hombros- Fui contratada la misma tarde que fui a verte. Casualmente, el lugar se encuentra cerca de la residencia y..aproveché para devolverle a Izayoi un libro de cocina vegana que me había prestado hace tiempo.-

- Bien...o sea que fue algo planeado, ¿Acaso una parte de ti sabía que iba a encontrar a Sesshomaru allí? Si bien no estuvieron en contacto, me cuesta creer que fuese mera casualidad el llegar a casa de los Taisho no esperando verlo. Tal vez tu inconsciente te hizo ir para poder finalmente confrontarlo y así arreglar las cosas.- habló el terapeuta- Es decir, es algo que se me ocurre, estoy intentando usar la lógica.-

— No lo creo. Quiero decir...¿Cómo exactamente iba a saber que él estaría en casa de Izayoi? O tal vez...usted tenga razón y...haya ido inconscientemente a propósito para dar con él.— suspiró.

— Está bien. Rin, quiero que sepas que allí afuera están todos esperando que salgas. Incluso Sesshomaru.— aclaró su garganta— Sin embargo...luego de este episodio, donde se juntaron tantas cosas y una de ellas es tu reencuentro con Onigumo, creo que va a ser difícil seguir ocultando lo que ha pasado.—

Rin abrió sus ojos como platos. Su mente comenzó a maquinar el caos que ocasionaría en medio de la familia Taisho dado a que su abusador era muy allegado. Negó repetidas veces sintiendo de nuevo su pecho oprimirse.

— Escuchame, respira hondo y enfócate en mí. ¿Podrías hablarme de Izayoi?— fue lo primero que se le ocurrió para apaciguar un posible ataque de pánico.

— Izayoi...Izayoi.— susurró intentando concentrarse— Ella es...la esposa del padre de Sesshomaru. La segunda. No es su madre, pero...él le dice así. Cuando la conocí fue tan cálida...la sentí demasiado maternal.— cerró sus ojos— A veces la miraba y me recordaba a mi madre. Creo que ella hubiese sido así conmigo si estuviera con vida.—

— ¿Y eso cómo te hace sentir?—

— Querida. Aceptada.— sonrió apenas— Con ella siempre pude hablar sin sentirme estúpida, ¿Sabe? Con ella pude abrirme en cuanto a mis emociones, dudas...es la madre que siempre añoré.—

𝑳𝒂 𝑼𝒏𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒊𝒕𝒂𝒓𝒊𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora