𝙊𝙘𝙝𝙤.

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¡Feliz 2020! Primer capítulo del año🖤 espero que lo disfruten mucho, es un capítulo algo heavy🔥(y no, no es ESE tipo de heavy, cochinas😂) es un capítulo que nos acercará un poquito al pasado de Rin. Así que léanlo con precaución, de otra manera eviten la parte que está en italics. Hasta el próximo capítulo 😘🖤

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- ¿Qué querrá para comer?- Rin rebuscó en el refrigerador- Hay para hacer salsa, pollo frito, algunas verduras...¿Usted come verduras?- lo miró por encima de su hombro.

- Has lo que quieras hacer. Me da igual.- murmuró el peliblanco apoyándose en la pared de la cocina.

- Uh...bu-bueno- aclaró su garganta. Realmente era un hombre de pocas palabras.

Decidió finalmente hacer un poco de lasagna, lo único bueno que había aprendido en uno de los orfanatos en los que había estado. Cortó, picó y cocinó bajo la atenta mirada de su profesor, siempre en silencio. Él la observaba atentamente, en ningún momento se movió más que para ofrecer su ayuda, siendo inmediatamente rechazado.

- Huele bien.- murmuró al sentir el aroma envolverlo. Se le hizo agua la boca.

- Gracias.- Rin se sonrojó- Es una de mis especialidades. Una de las pocas cosas que sé cocinar de manera elaborada.- rió bajito mientras amasaba. Y no es que fuera mentira.

- ¿Te lo enseñó tu madre?- preguntó el peliblanco en su ignorancia. La muchacha dejó de amasar por un instante quedando en silencio, silencio que Sesshomaru tomó como una metida de pata- Lo siento. No debes responder si no lo crees apropiado.- se sintió algo culpable de la expresión en el rostro de su alumna, pues sabía que había tocado una fibra sensible.

- Está bien. No es gran cosa.- continuó con lo que estaba haciendo, pero no entró en detalles. La curiosidad caló hondo en el profesor de aquella joven, su mente maquinando rápidamente y pensando en las infinitas posibilidades por las que Rin no quería hablar de ello, mas no sé atrevió a preguntar.

Continuaron hablando casualmente en lo que Rin terminaba de armar el platillo para llevarlo al horno. Una vez que hubo ordenado y limpiado todo, sacó una jarra de agua para beber un poco puesto a que se sentía sedienta.

- ¿Cerveza?- lo miró al abrir el refrigerador.

- Agua está bien. Tengo que conducir.-

Rin asintió y, en conjunto, llevaron la vajilla que usarían al comedor.

- Se...siente raro tenerlo aquí, cenando conmigo, Sensei.- dijo una vez que se sentó frente a él. La comida no estaría sino en una hora más, así que no había mucho más que hacer.

- Pienso lo mismo. Aunque no me siento mal por ello.-

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-... entonces me había quedado esa duda. Estuve tres días sin dormir hasta que pude hacerlo en paz.- rió la azabache. Sesshomaru sonrió de lado mientras la admiraba: parecía que Rin Konoe al fin se sentía cómoda teniéndolo en el mismo lugar, sus movimientos corporales la delataban; se movía más libremente y se notaba menos tensa. En todo el tiempo que había estado allí no había hablado mucho, sin embargo, Rin parecía hablar por los dos. Cuando estaban en la universidad ella solía estar callada y sólo hablar cuando era necesario, pero allí, con él...era otra persona. Se preguntaba qué le había pasado tiempo atrás para ser de esa manera.

La cena terminó, y Sesshomaru supo que tenía que irse. Ayudó a Rin a levantar la mesa y a ordenar la cocina, y es que una parte de él no quería irse. Pero no lo admitiría nunca en voz alta.

- Profesor, no hace falta que haga mucho más. Yo seguiré con el resto.- la muchacha le sonrió. El peliblanco asintió tomando su abrigo y acercándose a la puerta.

𝑳𝒂 𝑼𝒏𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒊𝒕𝒂𝒓𝒊𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora