𝙌𝙪𝙞𝙣𝙘𝙚. maratón 1/2

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He vuelto con una sorpresa.

Estoy FELIZ. Pues hoy La Universitaria ha llegado a ser puesto #3 en categoría Sessrin, ¡No lo puedo creer!

Y nada de esto sería si no tuviese su apoyo, así que ¡Gracias! Por eso, les traigo un corto maratón de dos capítulos. El próximo lo subiré más tarde, pero es lo menos que puedo hacer para agradecerles🖤 que disfruten!

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— ¡Sesshomaru!— gritos desgarradores se escuchaban por todo el lugar, pero Sesshomaru Taisho podía escuchar solo uno mientras que la desesperación se empezaba a adueñar de él.

— ¡Déjenme pasar, ahora mismo!— gritó enfurecido— ¡Si no van ustedes a salvarla, iré yo!—

— Señor Sesshomaru, el fuego se ha expandido por todo el edificio, estamos tratando de apagarlo con todo lo que tenemos, pero ya está muy avanzado. Deje a los profesionales trabajar.— un bombero respondió mientras se ponía delante de él, bloqueándole el paso totalmente.

— ¡Pedazo de imbécil! ¡¿De qué profesionales me están hablando?! Hay personas allí todavía, ¡Kagura Yoshimura no ha salido aún! ¡Déjenme pasar, maldita sea!— no quedaba mucho antes que todo se viniera abajo, tenía los minutos contados para correr y sacarla a tiempo.

— ¡Sesshomaru, hijo! Por favor, ya basta, no puedes ir allí.— su padre lo tomó por el hombro— Sé que la quieres y quieres salvarla, pero no puedes entrometerte en el trabajo de los bomberos.— el peliblanco lo miró con total enojo mientras empujaba a los dos hombres que lo tenían por los hombros. Corrió hacia la entrada.

— ¡Kagura! ¡Contesta!— gritó entre desesperado y aterrado. Aquellos gritos se habían apagado y sólo podía escuchar el sonido de la docena de mangueras intentando menguar el incendio. Poco tiempo después el edificio se hallaba destruido pero pudieron apagar el fuego a tiempo antes de que fuera peor.

Sesshomaru entró a pesar de los bramidos de su padre llamándolo, y corrió tratando de memorizar el camino hacia la pelinegra.

— ¡¿Kagura?!— gritó una vez más, sintiendo una opresión en su pecho que nunca antes había sentido.

S-Sessho..maru.— escuchó a lo lejos.

— No dejes de hablarme, estoy cerca.— respondió de inmediato. Sentía que corría en cámara lenta.

La voz de aquella mujer lo guió y luego de lo que pareció una eternidad logró encontrarla. La mitad inferior de su cuerpo se encontraba atrapado entre escombros que no la dejaban mover. Se encontraba débil tendida en el suelo, tenía sangre en las manos y sus ropas, las cuales eran blancas, se habían tornado rojas debido a la gran herida que tenía en el estómago.

— Estoy.. aquí.— susurró casi sin aliento. Su garganta estaba más que seca y se estaba ahogando debido al humo que aún quedaba en el ambiente. Observó caso forzadamente el rostro de su amado, carente de alguna emoción mientras la veía morir delante de sus ojos— Estaré bien.— sonrió ligeramente.

— Te sacaré de aquí, e iremos al hospital. ¿Me oyes? No morirás aquí, maldita sea.— gruñó y se acercó para sacar los escombros que mantenían prisionera a Kagura. Una vez liberada la alzó en sus brazos.

— Déjame... aquí, Sesshomaru.— susurró— Ya no hay salvación. He..perdido mucha sangre.— lágrimas comenzaron a caer de sus ojos— Quiero que...te vayas. Dí que ya me...— hizo una mueca—...me encontraste muerta.—

𝑳𝒂 𝑼𝒏𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒊𝒕𝒂𝒓𝒊𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora