𝘿𝙞𝙚𝙯.

1.7K 175 23
                                    

Maratón 2/3.

Sesshomaru llegó hecho una fiera. No solamente estaba preocupado por Rin, sino que también sabía lo loco que se ponía Inuyasha en las peleas. En el pasado había tenido que ir a salvarle el trasero varias veces, y luego patearselo varias veces más.

Se abrió paso entre la gente que estaba presenciando la pelea y vió a un muchacho intentar agarrar a su medio hermano y a otro chico tomar a su contrincante de la playera. Más a la izquierda estaba Rin siendo abrazada por una de sus amigas mientras miraba horrorizada la escena frente a ella.

Esa mirada lo enfureció.

Empujó a varios chicos para llegar hasta Inuyasha y bruscamente lo separó haciendo que el joven quede frente a él.

— ¡Deja de hacer estupideces, maldita sea!— rugió furioso sacudiéndolo— ¡Eres un imbécil! ¡¿Qué demonios piensas, Inuyasha?!—

Su medio hermano lo miró aturdido, no esperaba que él estuviera allí.

— Se... Sesshomaru— murmuró e hizo una mueca de dolor.

— Sí, recuerda mi cara porque serás la única que verás en mucho tiempo, idiota.— gruñó y lo empujó haciendo que cayera de espaldas. Inuyasha gruñó de dolor y se quedó allí tirado, no queriendo hacer enfurecer más a su hermano— ¡¿Y ustedes que mierda están mirando?! ¡Largo!— gritó y enseguida todo el mundo desapareció por la puerta de salida, quedando sólo los empleados y el grupo de amigos.

— Señor Sesshomaru...— susurró Rin mirándolo aliviada. Y así se sentía. El peliblanco había sido su salvación.

— Rin. ¿Estás bien?— murmuró mirándola pero no se acercó. La azabache asintió y se abrazó a ella misma.

— ¿Cómo supiste que estábamos aquí?— Inuyasha finalmente se levantó y lo miró.

— Eso no te incumbe. ¿En qué mierda piensas, Inuyasha? Tu padre se pondrá furioso cuando se entere.— lo miró enojado.

— Yo sólo...—

— Fue por mi culpa.— interrumpió Rin— Yo... confundí al muchacho con el que Inuyasha peleó. Me tocó sin querer y entré en pánico. Inuyasha sólo me defendió. No fue su culpa, profesor.—

— Rin...— susurró Inuyasha.

— ¿Realmente fue así?— Sesshomaru miró al resto de los muchachos y ellos asintieron rápidamente.

— Rin tropezó con el otro chico, y luego todo se salió de control. No ha sido culpa de nadie, Señor.— respondió Kagome defendiendo a sus amigos.

El peliblanco suspiró y apretó el puente de su nariz, irritado.

— Bien.— respondió seco— Vámonos.— dijo y empezó a andar hacia la salida.

El grupo se dividió quedando Kagome, y Sango y Bankotsu con Inuyasha ya que él quedaba de paso por sus casas. Kanna y Rin decidieron ir con Sesshomaru debido a que el hombre se había ofrecido a llevarlas.

Nadie habló sino hasta que dejaron a Kanna primero y ella murmuró un "gracias" casi imperceptible antes de correr hasta su casa y entrar sin mirar atrás. Luego de que siguieron su camino, Rin lo miró de reojo en lo que él apretaba las manos en el volante y murmuraba cosas para sí mismo.

— ¿Está.. molesto?— susurró la muchacha.

— Sí.— contestó sin mirarla.

— Lo siento... no debí llamarlo. No quería molestar.— dijo sintiendo culpa. Tal vez él había estado ocupado cuando llamó, o tal vez... había interrumpido algo.

— No, rin.— suspiró— Estoy molesto con Inuyasha. Siempre pierde el control fácilmente y se mete en problemas.— negó.

— Ya le dije, sólo lo hizo por defenderme...— ella se sonrojó.

— Da igual. ¿Cómo te sientes?—

— Mejor... sólo exageré como siempre suelo hacerlo y las cosas se salieron de control. Pero ha sido mi culpa.—

— Deja de culparte a ti misma. Fue un accidente y ya.— Sesshomaru se detuvo frente al edificio de Rin y apagó el motor— Hemos llegado—

— Gracias...nuevamente.— la azabache se sonrojó— Parece...que se ha vuelto una costumbre, eh?— rió bajito y lo miró.

— Sí, eso parece.— contestó él mirando hacia el frente. Sonrió de lado— Aunque ya te lo he dicho, no me molesta.—

— De todos modos...gracias.—

— Ya deja de agradecerme.— rodó los ojos y la miró— Deberías ir a descansar. Mañana hay colegio.—

— s-sí— susurró y tomó su mochila— Hasta mañana, Sensei.— se acercó y puso un pequeño beso sobre su mejilla. Sesshomaru abrió los ojos sorprendido. Rin salió rápido antes de que él pudiera decir algo con respecto a ese acto tan repentino y corrió para entrar en el edificio.

𝑳𝒂 𝑼𝒏𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒊𝒕𝒂𝒓𝒊𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora