𝙏𝙧𝙚𝙞𝙣𝙩𝙖𝙞𝙣𝙪𝙚𝙫𝙚.

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¡Dos capítulos sorpresa por todos los que les debo! Estoy más que agradecida con todas ustedes🖤

Estuve pensando en re-subirla en Fanfiction.net, obviamente respaldada por Safe Creative por si las moscas😅. Por supuesto, primero voy a terminarla acá para luego poder enfocarme en la plataforma antes mencionada.

Yyyy no sólo eso...estoy trabajando en un nuevo fanfic y pronto lo voy a dar a conocer, así que estén atentas que pronto subiré el prólogo 🖤

🌼 No olviden recomendar la historia a sus amigues lectores. Me ayudarían mucho🌼

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El sonido del timbre despertó a Rin de un hermoso sueño. Se encontraba en una isla paradisíaca junto a su peliblanco favorito disfrutando de unas muy merecidas vacaciones, ninguno podía saciarse de sus deseos carnales y la mayor parte del tiempo se encontraban haciendo el amor en diferentes lugares de aquel solitario lugar. Por supuesto, al despertar recordó que no se encontraban en los mejores términos y una punzada de tristeza la hizo suspirar.

Lo extrañaba.

Por segunda vez aquel molesto sonido la hizo volver a la realidad y bufó mirando su reloj, el cual marcaba las seis de la mañana. La azabache abrió los ojos con mucha sorpresa pensando en quién era tan demente para molestarla a esa hora, y más en un día de semana. Luego recordó que tal vez Kagome podría ser aquella inoportuna visita, ya que varias veces se había presentado en su departamento sin previo aviso.

Dos horas exactamente faltaban para que la joven tuviera que asistir a clases para dar su segundo examen y se sentía incapaz de recordar algo que tuviera que ver con el tema, siendo Sesshomaru el único dueño de sus pensamientos.

Se levantó desganada y perezosamente salió de su habitación directo a la puerta principal. Por si acaso, echó un vistazo por la mirilla y sus piernas se debilitaron al instante al ver una melena blanca al otro lado de la puerta. Tragó dificultosamente antes de respirar hondo y abrir, encontrándose con aquellos ojos color oro que tanto amaba.

--- ¿Sesshomaru?—susurró algo incrédula.

--- Hola.--- respondió él, cautelosamente. Se encontraba discretamente a la defensiva y se movió de manera que su novia no pudiera cerrarle la puerta en la cara. Sin embargo, lejos de encontrar enojo en su mirada, la azabache se abalanzó hacia sus brazos, tomándolo completamente desprevenido; le tomó un segundo reaccionar y abrazarla con fuerza, escondiendo su rostro entre sus cabellos.

No había podido dormir en toda la noche, su trabajo como forma de distracción no había ayudado en nada y allí se encontraba, a primera hora de la mañana dispuesto a dejar su orgullo de lado para volver a tener la dicha de abrazar a la mujer que amaba.

Rin lo besó con necesidad, pero sobre todo,amor. Queriendo decir muchas cosas con aquel beso, ambos parecieron entenderse perfectamente, pues cuando se separaron pudieron ver en los ojos del otro puro arrepentimiento.

--- Lo siento.--- dijo entrando al departamento y cerrando la puerta tras de sí--- Siento haber dicho lo que dije en la universidad y la forma en la que te hice sentir. No pretendo alejarte de mí, pero he pasado tanto tiempo solo sin nadie a mi lado que me cuesta abrirme fácilmente.--- explicó, rogando internamente que su novia no lo rechazara--- Prometo trabajar en ello.---

--- Lo entiendo, y te entiendo.--- respondió ella--- Yo también he sido bastante solitaria durante toda mi vida, y debí pornerme en tus zapatos antes de reaccionar de la forma en que lo hice.--- lo abrazó--- Pero, confía en mí. Puedes hablar conmigo, te amo y me preocupo por ti. Ambos somos nuevos en esto pero podremos encontrar la forma de que las cosas funcionen y nuestra comunicación mejore.--- le sonrió apenas, transmitiendole seguridad con sus palabras.

--- Yo también te amo. Y trabajaremos sobre la marcha.--- besó su cabeza y ambos procedieron a tomar asiento en el sofá--- Uh, siento haber sido inoportuno, pero necesitaba verte y arreglar las cosas antes de vernos en la universidad.---

--- Está bien.--- le sonrió, esta vez más alegre y fue a la cocina para buscar algo que pudieran desayunar.

Sesshomaru se veía visiblemente aliviado de haber solucionado el pequeño problema que se había presentado para ambos. Decidió hablar con ella acerca de Sara para que pudiera tomar precauciones a la hora de entablar una conversación, pues la castaña era insistente y astuta a la hora de indagar en la vida de los demás, y más aún si eso le traía algún beneficio.

Pronto el aroma a hotcakes de frutos rojos hizo que el estómago del peliblanco rugiera debido al hambre que sentía. Se dirigió a la cocina para ayudar a su novia pero se vió distraído ante la vista de su hermoso trasero totalmente desnudo: Rin se encontraba intentando alcanzar algo que estaba muy alto para ella, levantando sus brazos de forma inútil pero dejando que su delicioso culo quedara al descubierto.

Sesshomaru sintió su pene comenzar a reaccionar ante tal espectáculo y fantaseo con frotarlo antes de entrar deliciosamente en ella para follarla como nunca antes. Todos recomiendan el polvo de reconciliación, ¿No es así? Y ellos aún no lo habían tenido.

Con una sonrisa maliciosa se acercó a ella al mismo tiempo que desabrochaba su pantalón para liberar su miembro. La tomó por la cintura haciéndola asustar y presionó sus caderas contra su trasero. Rin abrió los ojos y soltó un gemido al sentir el cuerpo caliente de Sesshomaru pegado al suyo. Sus mejillas se sonrojaron y comenzó a frotarse contra él de una manera sensual y lenta, empezando a sentirse a sí misma totalmente húmeda.

El desayuno pasó a segundo plano en el mismo momento que Sesshomaru la reclinó contra la barra y entró en ella lentamente, saboreando lo apretada que se encontraba. Los gemidos de su novia eran música para sus oído.

— Mnh...— gimió ella al sentir toda su longitud entrar y salir pausadamente— Ah...sessh...— suspiró comenzando a sentirse impaciente por la lentitud de su novio.

Sesshomaru apretó la mandíbula cuando ella lo llamó así y tiró de su cabello para poder tener acceso a su cuello. Su chica volvió a gemir, moviéndose de manera experta pidiendo que fuera más rápido, y él le daría lo que quería.

— ¡Oh por...!— gritó cuando el peliblanco comenzó a bombear dentro de ella sin parar. Sus dientes se encontraban apretados, disfrutando cada estocada y gruñendo con más frecuencia.

— Eso es, gime mi nombre.— susurró en su oído, jadeante.

— Sesshomaru...— dijo ella con voz entrecortada.

— Quiero. Que grites. Mi puto nombre.— entró más duro y más profundo en ella, haciendo que sus piernas flaquearan.

— ¡Sesshomaru!— gimió más alto. Se sentía abrumada al sentir los primeros espasmos del orgasmo que se aproximaba.

— Mierda...¡Carajo!— rugió cuando sintió la vagina de Rin apretar su pene con fuerza, se sentía en el puto cielo— Eso es, amor.— pasó la lengua por su cuello sin dejar de embestirla con una fuerza que no sabía que poseía. Aquella azabache lo sacaba de sus casillas.

— Sigue, oh dios, sigue.— levantó más sus caderas, haciendo que se ajuste más a su cuerpo.

Ambos se encontraban embriagados por el otro, cada vez eran más irracionales a medida que el climax llegaba a ellos y una vez que los golpeó, los dos gritaron el nombre del otro u tuvieron el mejor orgasmo de su vida.

Vaya reconciliación.

𝑳𝒂 𝑼𝒏𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒊𝒕𝒂𝒓𝒊𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora