𝙏𝙧𝙚𝙞𝙣𝙩𝙖𝙞𝙨𝙚𝙞𝙨. [𝙢𝙖𝙧𝙖𝙩ó𝙣 5/5]

1.5K 127 10
                                    

Era tarde aquella noche cuando Rin observó a Sesshomaru con su vista hacia la nada en la cocina. Se preguntó qué le sucedía para estar despierto a las tres de la mañana con un vaso de whisky en la mano.

Ató su cabello en una cola desordenada y se acercó a él para acariciarle el cabello. Notó que Sesshomaru tenía una foto de una mujer en su mano libre y algo en su interior se revolvió.

— ¿Amor?— susurró ella suavemente. El peliblanco no alzó su vista por unos segundos, y lo escuchó suspirar.

— Estoy bien.— murmuró— Sólo...hay cosas que no puedo sacar de mi cabeza.— Rin tragó con dificultad mirando la foto nuevamente. ¿Acaso era alguna ex novia? Sus ojos se aguaron ante aquel pensamiento.

— ¿Quieres...contarme?— besó su frente intentando aclarar sus pensamientos. No debía alterarse hasta saber qué estaba pasando.

Sesshomaru se puso de pie y se dirigió lentamente hacia el amplio sofá, sentándose en el centro. Rin lo siguió, tomando asiento a su lado y lo miró esperando que comenzara a hablar.

— Ella era Kagura Yoshimura.— comenzó a hablar— Era...una excelente amiga y compañera en la empresa de mi padre. Yo solía trabajar allí. Una mañana algo provocó un incendio masivo en uno de los pisos del edificio y todo quedó reducido a cenizas...Kagura murió ese día. Murió en mis brazos y no pude hacer nada para impedirlo.— susurró, sintiéndose débil— El brillo en sus ojos se apagó y yo ví cada segundo de ello, ni siquiera tuve tiempo de llevarla al hospital o algo que pudiera salvar su vida.—

Rin escuchaba a su amado atentamente con lágrimas corriendo por sus mejillas. No sólo sentía un inmenso dolor por aquello que le había sucedido, sino que estaba luchando contra una parte de sí misma por el simple hecho de que Sesshomaru estaba sufriendo por el recuerdo de otra mujer. Se sentía egoísta.

Y ella no era así.

— Han pasado dos años y aún no sabemos qué pasó aquel día. No hay noche que no me atormente la imagen de Kagura cediendo a la muerte entre mis brazos. Me hace sentir miserable.— negó lentamente— Cuando llegaste tú...ayudaste a que mi vida se ilumine nuevamente, pero el recuerdo del incendio continúa quitándome el sueño.—

— Lo siento tanto...— susurró ella, ahogada en lágrimas— Pero debes saber que nada de eso fue tu culpa mi amor... sé que jamás la habrías lastimado.— lo abrazó sin saber qué más decir.

— Aún así me siento culpable.— acarició sus brazos— Odio este sentimiento, y odio no saber qué hacer para olvidarme de todo.—

— ...¿La amabas?— preguntó la azabache con miedo a la posible respuesta. No sabía si podría soportar que él le dijera que sí.

— Era mi mejor amiga, la quería como una hermana...era mi cómplice.— suspiró— Unos días antes de su muerte me confesó haber estado enamorada de mí. Nunca la pude corresponder porque no le veía sentido a enamorarme. En eso también me ayudaste tú.— la miró directo a los ojos— Nunca amé ni amaré a nadie de la forma en que te amo, Rin. Quiero que sepas eso.— acarició su mejilla— Pero ahora... Kagura me está atormentando demasiado y necesito buscar una solución.—

— No me dejes afuera de esto.— suplicó Rin— Te amo, soy tu compañera, déjame ayudarte.— se abalanzó sobre él, abrazándolo con fuerza. Estaba atemorizada ante la idea que Sesshomaru la apartara. Ella había confiado plenamente en él cuando decidió contarle sobre su gran trauma. Lo amaba con locura y no quería que él la dejara fuera de lo que lo aquejaba.

Sesshomaru la abrazó también, cerrando los ojos y disfrutando la paz que ella le brindaba.

— Está bien, amor.— intentó calmarla— No pensé en alejarte en ningún momento, confío en tí y en tu juicio.—

𝑳𝒂 𝑼𝒏𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒊𝒕𝒂𝒓𝒊𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora