𝙑𝙚𝙞𝙣𝙩𝙞𝙙ó𝙨. (𝙢𝙞𝙣𝙞 𝙢𝙖𝙧𝙖𝙩ó𝙣 3/3)

1.9K 167 24
                                    

Luego de una larga jornada de lunes, Rin se encontraba tendida en su sofá lista para comenzar con sus primeros resúmenes mientras tomaba una taza de té relajante para poner en orden su mente. Tenía mucho trabajo por delante y sólo quedaban unos cuántos meses para culminar con el primer año de su tan amada carrera.

Abrió sus libros y aquellos que había pedido prestados en la biblioteca comenzando con el primer tema de interés: los comienzos de la literatura. Estuvo aproximadamente tres horas escribiendo, resumiendo y armando propios conceptos sin parar, hasta que decidió tomarse un pequeño descanso para ir al baño y tomar un poco de agua.

Cuando volvió a la sala, se sentó nuevamente con la intención de retomar lo que había dejado cuando tocaron la puerta. Rin frunció el ceño algo sorprendida ya que no esperaba ninguna visita a estas horas de la tarde. Abrió la puerta y se encontró con un sesshomaru vestido casualmente apoyado en la pared.

— Sesshomaru...— murmuró. El peliblanco la miró y sonrió de lado.

— Hola.— aclaró su garganta.

— Hola...— sonrió— Pasa, no te quedes allí.— él asintió y entró al lugar, parándose en el medio de la sala. Hizo una mueca al ver todos los libros regados por la sala, cayendo en cuenta que la había interrumpido.

— Lo siento, debí haber supuesto que estarías ocupada...— rascó su nuca, incómodo.

— Estaba comenzando con los apuntes y eso...— rió ella— No te preocupes, nunca molestas.—

— Si quieres puedo volver más tarde o...— la miró, sabía lo tedioso que era estudiar y cuando él lo hacía, prefería no ser molestado por nadie.

— Pues tu presencia no me molesta para nada. Puedes hacer lo que quieras en lo que avanzo un poco más con esto...luego soy toda tuya.— le sonrió.

— Bien, me gusta ese plan.— susurró y besó cortamente sus labios— Prepararé algo para comer, y luego vemos qué podemos hacer.— ella mordió su labio y asintió, dándole un último beso antes de tomar asiento y volver a concentrarse en lo que estaba haciendo.

Pasaron las horas, y cuando ella se dió cuenta el reloj ya daba las ocho de la noche, así que decidió terminar por el día. Se levantó y ordenó la sala, llevando todo a su cuarto para luego bajar y entrar en la cocina: allí, encontró a Sesshomaru terminando de cocinar. Mordió su labio al verlo moverse por la cocina como si fuera la suya propia.

Algo dentro suyo la hizo acercarse a él y abrazarlo por la espalda. Plantó un beso y acarició su pecho, sintiendo el calor plantarse en su zona baja; era casi instantáneo, solo bastaba un toque de aquel hombre para encenderla, algo que aún le costaba comprender o manejar. Sin embargo, poco a poco la duda se iba dispersando, dando lugar a la seguridad que le daba estar junto a él, la seguridad que acabaría por hacerla entregarse totalmente.

— Veo que has terminado...— dijo él, volteándose para verla.

— Sip, he tenido demasiado por hoy.— suspiró intentando no verse desesperada porque la tocara. Aunque así se sentía, quería llevar las cosas a otro nivel, tal vez...hoy sería el día.

— Hice algo de cenar, ¿Tienes hambre?—

— Sí, algo.— susurró y se acercó más a él, tomándolo por el cuello y besándolo. Aún no se terminaba de creer lo mucho que había cambiado en unas semanas...dioses, estaba besando a sesshomaru como si quisiera que la tomara ahí mismo, y tal vez eso era lo que quería.

— Rin...— murmuró él, sintiendo la necesidad de la azabache salir por los poros. No quería apresurar nada, pero cada vez que lo besaba así, estaba a un paso menos de perder la cordura. La necesitaba.

Rin hizo caso omiso a sus repetidos llamados y continuó besándolo como si su vida dependiera de ello. Profundizó el beso metiendo su lengua en su boca y su amado peliblanco la alzó haciendo que ella enredara sus piernas en su cintura. La muchacha gimió cuando él la pegó a la pared más cercana y besó su cuello, dando pequeños mordiscos y bajando por su pecho de manera desesperada mientras ella luchaba para sacarle la camisa.

El timbre los hizo separarse, y Rin lo miró confundida.

— E-Espera aquí...— susurró e hizo que la bajara para abrir la puerta luego de acomodar su ropa— I...nuyasha.— susurró abriendo los ojos como tanto como pudo.

— Hola...—

— ¿Qué haces aquí? A esta hora...—

— Sí, lo sé. Lo siento.— suspiró— Realmente necesitaba hablar contigo de algo.— notó que Rin estaba algo nerviosa e inquieta— ¿Interrumpo algo?— preguntó.

— Uh...no.— sonrió nerviosa— Solo estoy estudiando y...algo pasada de sueño. ¿Podríamos hablar mañana durante el receso?— insistió, mientras Sesshomaru maldecía a su hermano por no irse, escondido debajo de la mesa por las dudas.

— Oh, claro. Lo siento.—

— Yo lo siento, realmente...estoy agotada y necesito dormir un poco. Tú sabrás mejor que yo cómo te pone la Universidad una vez que los exámenes se acercan.— rió.

— Sí, por supuesto.— le sonrió y besó su mejilla— Mañana podemos ir a almorzar luego de clases, y... hablar.—

— ¡Claro! Por supuesto, Inuyasha.— asintió la azabache.

— Genial, hablamos mañana. Adiós.— agitó una mano y se alejó hasta perderse por las escaleras.

Rin suspiró y cerró la puerta con llave volviendo a la cocina.

— ¿Sesshomaru?— lo llamó, mirando alrededor de la cocina. Éste la tomó por detrás, haciendo que ella gima al sentir su erección pegada a su trasero.

— Así que saldrás con el idiota de Inuyasha mañana...¿Eh?— susurró en su oído, sintiendo los inevitables celos tomar control de él.

— Es...es mi amigo.— susurró ella, cerrando los ojos. Ese hombre la estaba volviendo loca. Sesshomaru gruñó y besó su cuello al mismo tiempo que tomaba sus pechos con sus manos y los masajeaba, haciendo gemir incontrolamente a su chica. Rin sentía que explotaría en cualquier momento, no podía con tanto placer.

Se dejó guiar a la sala de estar, siendo recostada en el sofá para luego sentir los labios de sesshomaru sobre los suyos en un beso totalmente apasionado. Presa de la lujuria, la joven acarició su abdomen bajando hasta su cinturón y desabrochándolo para liberar su miembro y comenzar a acariciarlo con necesidad. Sesshomaru gruñó y apretó sus ojos, mordiendo el cuello de Rin. Ella lo siguió, sintiendo su feminidad humedecerse.

Dejando de masturbarlo, bajó sus shorts junto con su ropa interior, acariciando su clítoris con uno de sus dedos. Suspiró ante tal placer, y su amado la observó mientras se tocaba, ambos dándole al otro la imagen más erótica antes vista.

De un momento a otro, Rin se encontraba postrada en sus rodillas tomando deseosa el pene de sesshomaru con su boca, chupando y estimulándolo. Él agarró su cabello y tomó el control de la situación, moviendo sus caderas y dando pequeñas pero firmes estocadas, nublado por el intenso deseo que la boca de su preciada alumna le estaba dando. Gimió al sentir su lengua jugar con él, pasando por toda su extensión y haciendo que minutos después se corriera con fuerza.

— Dioses, cariño...— susurró ella, besándolo— No...no aguanto más, te necesito.— se recostó debajo de él, acomodándose.

— Rin, no estás pensando claro.— negó, temiendo hacerle daño.

— No...estoy lista.— suplicó— Lo estoy hace tiempo.—

𝑳𝒂 𝑼𝒏𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒊𝒕𝒂𝒓𝒊𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora