𝙏𝙧𝙚𝙞𝙣𝙩𝙖𝙞𝙨𝙞𝙚𝙩𝙚.

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¡Hola hola, mis tinistas! Buen martes para todas🖤

Gracias por los 7K leídos. Son IN CRE I BLES. Me genera mucha emoción saber que esta pequeña historia está llegando a mucha gente, y sobre todo, les gusta☺️

Cuando esto llegue a su fin estuve pensando en editarla dado a que hay algunas cosas que prestan a confusión y me estresa saber que no fui lo suficientemente cuidadosa al escribir.

🌼No olviden recomendar la historia a sus amigues lectores, me ayudarían mucho🌼

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La semana previa al receso de verano estaba a punto de comenzar, y con ella, todos los exámenes para los cuales Rin había estado estudiando sin fin. No solamente se sentía estresada por la cantidad de material que debía memorizar para ese lunes, sino que también se sentía frustrada debido a que Sesshomaru había estado algo distante los últimos días.

Cada vez estaba más convencida que aquel "no pensé en alejarte en ningún momento, confío en tí y en tu juicio" eran palabras vacías después de todo.

La última vez que se vieron fue aquel día en el que Rin le llevó las galletas a su nueva vecina Sara. Decidió comentarle a su novio una vez que ambos se encontraban almorzando, todo marchaba bien hasta que mencionó su nombre y el rostro del peliblanco se tornó serio. Bueno, más que de costumbre.

Luego de ese día, sus mensajes tardaban en ser respondidos y no contestaba sus llamadas, excepto la única en la que le comentó que se encontraba "ocupado" con cosas de la universidad.

La azabache no podía evitar pensar que tal vez aún pensaba en todo el asunto de su amiga Kagura, y eso la tenía algo inquieta.

Suspiró antes de salir de su apartamento, lista para caminar hacia la universidad. Hacía rato no tenía una caminata para ella sola donde pudiera pensar las cosas con más claridad, así que no perdió más tiempo y bajó las escaleras rápidamente.

Inspiró hondo una vez hubo pisado el pavimento y comenzó su andar disfrutando del sol matutino. Las calles estaban pobladas por trabajadores apresurados y madres llevando a sus hijos al colegio. Por más que quiso pensar en todo lo que la aquejaba, se encontró distraída por su alrededor.

Quince minutos después se hallaba frente al imponente edificio, siendo recibida por todos sus amigos como hacían cada semana. Antes de su primer examen se pusieron al día de sus actividades durante todo el fin de semana, omitiendo la parte en la que debía nombrar a Sesshomaru, ya que Inuyasha se encontraba a su lado abrazándola por el hombro.

De repente, un auto entró a toda velocidad por el estacionamiento y se estacionó en la fila de maestros. Sesshomaru bajó de él, con su usual semblante serio y rápidamente todas las muchachas del recinto comenzaron acuchichear lo caliente que se veía su profesor, cosa que molestó un poco a Rin.

El peliblanco observó a su alrededor, haciendo una mueca de desagrado ante tanta atención. Tomó su maletín y comenzó a caminar hasta que se encontró con la escena que no esperaba ni quería ver: su novia siendo abrazada por su hermano, el cual guardaba sentimientos por ella.

Gruñó visiblemente molesto y entró a la universidad, siendo interceptado por su molesta colega Sara. Por supuesto, su presencia lo irritaba, pero ese día más que de costumbre debido a que vivía en el mismo edificio que su novia y de hecho se habían conocido.

No sólo debía lidiar con las memorias de Kagura, sino que de ahora en adelante debía ser más cuidadoso al quedarse en el departamento de Rin, y aún peor...se había molestado con su chica por haber sido amable con la nueva inquilina, quien resultaba ser su molesta compañera de trabajo.

Se dirigió a la fotocopiadora para preparar los exámenes de la jornada con Sara siguiendo sus pasos al mismo tiempo que parloteaba cosas sin sentido. Suspiró profundamente comenzando a perder la poca paciencia que ese día poseía, lo único que quería hacer en ese momento era ir con su novia y disculparse por ser un idiota, pero por obvias razones no podía hacerlo hasta que salieran de allí.

— Sara.— la cortó, ya irritado— No tengo tiempo que perder, así que deja de seguirme con tus absurdos cuestionarios.—

— Lo siento Sesshomaru, no quise molest...—

— Entonces cállate y déjame solo.— finalizó antes de entrar por la puerta de la fotocopiadora.

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— Dejen una hoja, un lápiz y un borrados encima de su escritorio, no quiero ver otra cosa además de las mencionadas porque no les permitiré realizar el exámen y estarán fuera de mi clase.— comenzó Sesshomaru. No podía evitar mirar de soslayo a su hermosa azabache hacer todo lo que él pedía— Tienen toda la clase para hacerlo explicando lo más detalladamente posible cada punto con su debida justificación. Los estaré vigilando, así que no intenten ninguna inmadurez de secundaria porque estarán fuera en un santiamén.— dijo por último antes de tomar asiento.

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— Rin.— la llamó una vez la clase hubo terminado. Necesitaba hablar con ella lo antes posible antes que las cosas se confundieran más entre ellos. Se sentía un completo imbécil por haberse cerrado en torno a ella cuando recordaba haberle prometido no hacerlo.

Y es que eran tantas presiones juntas: la universidad, el fantasma de Kagura, la insolencia de Sara, la insistencia de su padre y su nueva relación con su alumna lo estaban estresando más de lo que aparentaba. Una cosa que había aprendido luego de la muerte de su madre, era a nunca perder los estribos, no importaba qué. Pero, curiosamente, los últimos días Sesshomaru Taisho había aprendido que hasta el más fuerte caía en ciertas ocasiones, y ese momento era el suyo.

Algo que tenía claro en ese momento era que debía y quería aclarar las cosas con su novia, ya que su ausencia estaba causando estragos inimaginables en todo ámbito de su existencia.

— Estoy con algo de prisa.— Rin aclaró su garganta. Al parecer el peliblanco estaba muy sumido en sus pensamientos como para notar que ella había estado esperando que él dijera algo los últimos cinco minutos.

— Sí, claro. Yo...— suspiró. Pedir disculpas no es algo que hacía a menudo, así que no sabía cómo proceder correctamente— Sé que he estado algo distante estos últimos días, y no hay justificación que alegue el por qué, pero...lo siento.— dejó escapar la última frase un poco más bajo. Tanto, que Rin tuvo que esforzarse por descifrar lo que él había dicho.

— Creí que confiabas en mí y en mi juicio.— los ojos café de su alumna lo miraron con tristeza— Te pedí que no me dejaras fuera, y eso es lo primero que hiciste. ¿Qué sucede? ¿Es algo tan malo que yo no puedo enterarme?—

— No, Rin...— ella lo interrumpió nuevamente.

— ¿Entonces qué? ¿Acaso ocultas algo?—

— ¿Qué? ¿De qué carajos hablas?— escupió, ya algo molesto por la insolencia con la que Rin se estaba dirigiendo a su persona.

— ¡Pues eso!— dijo ella, en voz más alta— No comprendo, creí que estábamos bien.—

— ¡Estamos bien!—

— ¡No desde mi punto de vista, Sesshomaru!—

— ¡Pues es tu problema, Rin!— contraatacó. Ya estaba perdiendo la paciencia. La azabache lo miró, sus ojos estaban cristalizados.

— Solo quiero acompañarte en tu dolor... sé lo que es perder a alguien que quieres mucho.— susurró— Pero si quieres seguir sufriendo por tu cuenta y dejarme fuera de esto...no voy a presionarte.— negó, convenciéndose a sí misma más que a él— Yo compartí mi doloroso pasado contigo, lo hice porque eres mi compañero, mi novio...mi amigo.— una lágrima corrió por su mejilla— Claramente no es mutuo, y no te rogaré. Adiós, Sesshomaru.—

Y así, Rin Konoe abandonó el salón.

𝑳𝒂 𝑼𝒏𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒊𝒕𝒂𝒓𝒊𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora