31. | Visitas innecesarias.

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Capítulo 31.

La hora del pastel había llegado y con ella, la hora feliz de los adultos.

El alcohol.

El timbre volvió a sonar pero esta vez fué un mesero el que abrió ya que todos nos encontrábamos terminando de cantar el Feliz cumpleaños para mi hija.

Charlotte sopló las velitas después de pedir su deseo.

Me parecía tan lindo el hecho de poder verla manteniendo sus ilusiones de la infancia.

—¿Qué fué lo que pediste Charlotte? —escuchamos a Natalie preguntarle con su celular grabando.

—Pedí muchos vestidos de princesas y que mis papás se dieran muchos besitos más para siempre porque se ven demasiado lindos. —esto era un trágame tierra y escúpeme en el espacio exterior.

¿Recuerdan esas burlas que te hacían en la escuela cuando el salón entero sabía que te gustaba una persona de tu mismo grupo?

Bueno, justo ahora era uno de esos momentos.

Charlotte nos exhibió.

Firial intentando no reírse de la escena, cambió el tema con la cantaleta de cortar el pastel. Al final terminé ayudándole mientras el personal que había contratado los repartía.

Los niños terminaron de comerselo rápidamente para seguir jugando, mi hija estaba más que feliz y encantada con su fiesta de cumpleaños, eso hacía que yo me sintiera de igual forma.

Ahora me encontraba sentada en la misma mesa que Niall, Harry, Natalie, Louis y Firial. Conversábamos sobre diversos temas como lo eran las cinco y diez vacas que Harry y Louis me prometieron por la mano de Charlotte.

—Vamos, ponle energía, es un buen partido. —le dije al rizado.

—Bien, doce vacas y pago la mitad de la boda. Niall pone la otra mirad. —el castaño solamente se rió de nosotros.

—Yo puedo darte trece vacas y pago toda la boda. ¿Dónde queda tu dignidad ricitos?

—¿Es mi hija Elena de Troya o qué? —inquirió Niall. —No habrán vacas, no habrá boda y alejen a sus cachorritos de mi princesa. Ella podrá tener novio hasta que cumpla treinta y cinco años. No más ni menos. —todos en la mesa reímos ante eso hasta que el llanto de la mencionada se hizo escuchar cuando llegó a pararse junto a mi. Fruncí el ceño preocupada.

—¿Qué sucede amor? —le presté total atención inclinándome aun poco aún sentada en la silla para así poder mirarla de frente.

—Esque Eddie está enojado conmigo y me dijo cosas feas mami. —balbuceó a cómo pudo tallando sus muy llenos de lágrimas ojos. —Dijo que no quería jugar conmigo porque yo prefería estar con Freddie y no es verdad. Los dos son mis amigos y yo quiero jugar con los dos pero Eddie no quiere y Freddie tampoco porque dice que prefiero estar con Eddie.

Jesús María y José.

¿Será este el primer triángulo amoroso entre Freddie, Charlotte y Eddie?

Lo siguiente fuí yo abrazándola pidiéndole cariñosamente que dejase de llorar.

—Tranquila bebé, mira que luego se les pasa el enojo y volverán a llevarse bien. Ya lo verás. —la senté sobre mi regazo y ella hundió su rostro en el hueco de mi cuello mientras me abrazaba e hipaba.

No me gustaba que llorara por nada del mundo. Me rompía en mil pedacitos pero ahora estaba intrigada por lo que sería el desenlace.

Harry llamó severamente a Eddie y Louis a Freddie.

𝐑𝐄𝐌𝐄𝐌𝐁𝐄𝐑  |njh| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora