62. | Epifanía

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Capítulo 62.

Meredith

El regreso a casa es prácticamente un "martirio" pues al venir en el mismo vehículo, obligatoriamente nos corresponden los asientos traseros a Niall y a mi.

Mi hermano conduce en silencio, mientras coloca alguna canción en el altavoz quizás para romper el momento de tensión que se crea entre los tres.

Save you tears suena lo suficientemente alto como para permitirme apreciar las luces de la ciudad tras la ventanilla.

Escalofríos recorren mi espalda y las cosquillas en mi palma se hacen presentes cuando siento la calidez de la mano del irlandés quien de igual forma tararea en silencio la canción mientras intenta meter la mano por debajo de la mía hasta que lo logra.

Lo miro de reojo con las mejillas encendidas, el me mira de igual forma y solo me dedica un coqueto guiño que le causa diez mini infartos a mi corazón.

Aparto la mirada, dejandome llevar por las caricias que su pulgar propina en mi dorso.

Él y yo nos debemos una larga conversación.

Debemos aclarar lo que nunca se dijo a tiempo. Nos hicimos daño mutuamente, yo inicié y él acabó. Le oculté algo importante, pero tenía mis razones y pienso decirlas todas. Pienso ser lo más honesta que se pueda. Necesito pasar por un proceso de sanidad extenso.

Lo que dije una vez lo sostengo; no puedo amar a alguien más si yo no me amo a mi misma.

Mi corazón, mi cuerpo y mi ser lo anhelan pero mi cordura me pide a gritos paciencia, tiempo.

Los recuerdos aún duelen, debo superarlo personalmente y después, ver que me depara el destino.

Quiero dejar de sentirme miserable todos los días, quiero comenzar a exigir algo mejor. Ahora que sé que su disponibilidad la tengo yo, su atención y sobre todo, su apoyo, me siento fuerte. Siento que nada puede hacerme daño cuando estoy con él.

Estoy enamorada de ese hombre y es algo que ya no puedo negar más aunque trate de esconderlo, ocultarlo o negarlo.

Empezamos de nuevo.

No como la mujer que se presenta con él y le dice que tienen una hija en común o la mujer "oportunista" que su madre tanto reclama.

Empezamos como unas simples personas que buscan el amor y el afecto mutuo que sabemos que con esfuerzo podemos brindarnos.

Lo sé y lo sabe.

Cuando llegamos al pent-house donde actualmente resido, a Alec le toma por sorpresa que sea yo quie lo invite a pasar primero, ya que él hablaría y me adelanté.

Niall acepta, no queriendo ocultar la sonrisa dulce que le brota al escucharme hablar... así como antes.

Los tres subimos, Alec nos hace charla aprovechando el buen humor. No deberíamos tenerlo después de venir de donde venimos, sin embargo, aquí estamos, riéndonos de como mi hermano confundió nuestro piso con el de más arriba.

Incluso se me olvidó nuestra discusión de hace horas.

Creo que le debo una disculpa, pues nada de lo que dijo, lo dijo con malas intenciones. No puedo estar peleada con él de esa forma, lo quiero, lo adoro y ha hecho demasiado por mi como para que le pague de esta forma.

Alec se adelanta a abrir con sus llaves, para cuando ingresamos, avanzamos y siento la mano del castaño en mi espalda baja, guiandome muy caballerosamente.

Embelesada, me parece no poder dejar de mirarlo ni cuando entramos.

Pero el carraspeo de Alec nos hace girar al mismo tiempo y las sonrisas desaparecen, esfumandose rápidamente en el aire.

𝐑𝐄𝐌𝐄𝐌𝐁𝐄𝐑  |njh| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora