46. | Cariño

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Capítulo 46.

Tres semanas después...

Meredith

—¡Charlotte, bájate de ahí, te vas a caer! —grito en vano pues mi hija se la vive saltando en los sofás con una capa negra en los hombros. Que en realidad es una sábana negra con la que se puede resbalar en cualquier momento.

—¡Mírame, mamá! ¡Soy un murciegalo! —grita emocionada de la mano de Darcy.

—¡Murciegalo, murciegalo, murciegalo!  —gritan las dos corriendo de aquí para allá—, ¡Murciegaloooooo! ¡Murcie...! —se callan justo cuando el azote de un golpe se escucha en el salón. Las dos niñas se han ido de bruces contra el suelo envueltas en la sábana de cabeza y con las piernas aleteando en el aire.
El llanto de ambas nos pone en alerta pero nos es imposible no reírnos por como luchan por salir de la red.

Les quito la sábana de encima y ellas salen con el cabello revuelto y rojas por el llanto. Harry auxilia a Darcy mientras Charlotte pide mis brazos llorando a mares y Louis solo... se va a orinar de la risa con el celular en alto grabandolas.

—Ay, mami me torcí la mano... —lloriquea mi hija sobre mis piernas cuando tomo asiento en el sofá individual. No puedo evitar reírme al recordar como terminaron—, ¡No te rías! —llora más.

—Esque te dije, te repetí mil veces que te bajarás de ahí y no me hiciste caso. Mira las consecuencias ahora. —la cargo llevándola a la cocina. La dejo sobre la isla y busco una de las franelas nuevas con hielo y se lo pongo sobre la muñeca. El labio inferior le tiembla observando la zona afectada, me acerca la mano al rostro y murmura;

—¿Besito? —sonrío dejando varios besos cariñosos con cuidado sobre el lugar.

—¿Te duele mucho, bebé? —asiente—, ya pasará. Vamos afuera, papá llegará en cualquier momento, ¿Si? —vuelve a asentir enredando las piernas en mi cintura y los brazos en mi cuello sosteniendo el hielo en la muñeca.

Nos reunimos como cualquier sábado por la tarde, esta vez en mi departamento con una tarde de películas y cientas de golosinas y comida chatarra, solo para consentir nuestros gustos de la semana. Firial tuvo que viajar a Belfast, así que estamos solo nosotros. Natalie, Harry, Louis y Niall quien tuvo un compromiso de última hora. Siendo casi las cinco y media, el timbre suena anunciando su llegada. Corro a través de la sala atiborrandome con un puñado de palomitas mientras Harry se adueña del control remoto entrando a Netflix. Natalie abraza con cariño a Darcy quien dejó de llorar y Louis carga a Charlotte mientras se comen una barra de chocolate de contrabando. Freddie y Eddie juegan en una zona aparte con los iPad mientras gritan "¡Matalo, bombardeale el culo Eddie!".

En fin, niños.

Abro la puerta y cuando lo hago, me encuentro con el rostro cansado de Niall apoyado a un lado de la puerta. Cuando me ve, sonríe rodeandome inmediatamente con sus brazos. Tiene a Camila tomada de la mano. Ella se esconde detrás de su padre con timidez.

—¿Todo bien? —pregunto correspondiendo su abrazo. Asiente—, Hola, Cami. —saludo atrayendo su atención.

—Hola... —responde igual, tímida—, ¿Y Charlie?

—Adentro, pasen. —Camila es la primera en correr al interior, escucho el gritito que pega mi hija cuando la ve, bajándose inmediatamente de las piernas de Louis.
Ella, Darcy y Camila saltan y se ríen como si no se hubieran visto en años.

Adorables.

Niall se acerca quitándose la chaqueta, me besa y después me abraza escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello respirando profundo. Algo anda mal con el, además que, su piel está más caliente de lo normal a comparación con la temperatura de la mía.

𝐑𝐄𝐌𝐄𝐌𝐁𝐄𝐑  |njh| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora