𝐑𝐄𝐌𝐄𝐌𝐁𝐄𝐑 |njh| ©

36. | She's back

Capítulo 36.

Me siento en el sofá, tratando de analizar las palabras de Harry al teléfono.

Con la mano cubriendo mi boca, no dejo de llorar. Intento callar mis sollozos, pero me resulta imposible.

Dos hombres tocando a mi niña.

Niall está más que furioso repitiendo que los buscaría y los mataría él mismo con sus propias manos.

Y estaba completamente de acuerdo.

Harry ya venía en camino con mi bebé, la había encontrado de paso, él nisiquiera estaba enterado de la situación. Los minutos pasaban y se me hacían eternos, hasta que por fin, tocaron el timbre.

Natalie se adelantó y la abrió rápidamente, todos expectantes, vimos al rizado cruzar la puerta con mi hija en brazos. Ella me miró y comenzó a llorar, justo como yo lo hice. Se bajó de los brazos de Harry y me apresuré a levantarme, corrí a través del salón, me tiré al suelo y la abracé como nunca.

No la quería soltar jamás, ella es mi mundo entero, mi fuerza, mi todo. Lloré, sí, lloré de impotencia y alivio a la misma vez. Ella lloraba también, se aferraba a mi cuello.

Sentir su calor me reconfortaba de extrañas maneras que no podría simplemente explicar con palabras.
Horas y horas interminables, mi niña estaba aquí. Después de pasar un infierno no debo ni imaginar como se sentirá.

—Perdóname, perdóname bebé, lo lamento... lo siento...—lloro con desesperación, queriendo que jamás me suelte, no deseo que se aparte nunca más porque fueron las peores malditas horas de toda mu existencia. —¿Estás bien, mi amor?, ¿No te hicieron nada, verdad?, Dime Charlotte... —hable quizás más rápido de lo que pensé. Ella pasó el dorso de sus manos secando su rostro y se acercó a mi oído hasta susurrar:

—Un señor me quitó los panties, mamá.  —comentó cerrando con un sollozo.

La opresión en mi pecho se hizo más grande y la impotencia creció. Ella me dijo que no hicieron nada más porque su tío Harry la había salvado. A final de cuentas ella siguió llorando pegada a mi pecho, sin querer despegarse de mi y a decir verdad, yo tampoco quería alejarme de ella. El simple pensamiento de las manos de dos asquerosos sobre mi hija, me enfermaba terriblemente.

El momento entre nosotras no se rompe, me levanto del suelo con ella adherida a mi cuerpo. Tomo asiento en el sofá junto a Niall, quien al verla, la toma en brazos. Ella toma la misma posicion que tenía conmigo, ahora sentada en las piernas de su papá con la mejilla pegada a su pecho. Él besaba su frente de forma tranquilizadora mientras yo peinaba su cabello. Entonces David habló.

—Indagaremos los pasos de aquellos tipos y los arrestaremos en cuanto los encontremos, señor Horan, denlo por hecho.

Niall le agradece y yo me limito a hacer lo mismo, entonces me levanto, camino hasta Harry y lo abrazo con devoción.

—Muchas gracias Harry. —digo en un susurro apenas audible cuando siento que me corresponde. —Gracias, gracias...

—No tienes porqué, Mer. En verdad. —me responde. Pasados unos segundos, nos separamos. Entonces regreso al sofá, no sin antes agradecerle a David por su ayuda. Él me pide que esté tranquila pues ha notado como mis nervios aún siguen alterados. Me dice que se hará una búsqueda para atrapar a esos hombres, que si bien pueden ser vagabundos, los niños y las personas en general en los parques por los que transitan, corren riesgo.

Al paso de un tiempo, los oficiales comienzan a retirarse de mi hogar, David me dijo que nos mantendría informados, a lo que solo me quedó agradecerle. Cuando se fueron, solo quedamos Natalie, Firial, Christian, Harry, Louis, Niall, Charlotte y yo.