56. | Días de condena

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Capítulo 56.

Día 1

—¿Eso seria todo? —Alec firma el acta donde oficialmente me dan el alta. La doctora Lewis lo recibe repitiendo las indicaciones que debo llevar en casa. Han pasado muchas más semanas de lo que creí esperar... he podido ver a mi hija solo a través de la pantalla del móvil. La echo de menos.

Mi hermano toma mi bolso grande y mi mano ayudándome a bajar de la camilla. Agradece a la doctora Lewis y Eva me da un asentimiento de cabeza al cual solo puedo dedicar una sonrisa forzosa.

Alec me lleva abrazada por los hombros al subir y bajar del ascensor.
Me ayuda al momento de adentrarnos a la camioneta en el asiento del copiloto y rodea el vehículo hasta entrar y arrancar el motor.

—Jack irá semanalmente a casa, te ayudará a continuar con tus terapias. —asiento solamente—, Mer, dijimos que no sería así.

—¿Así como? —mi estado de ánimo se resume a estar a la defensiva, todo el tiempo. Mi madre y hermano, ya están acostumbrados pero ni asi deja de enfadarme que todos intenten adivinar que es lo que quiero, como me siento o joder solamente con que tome los malditos medicamentos.

—Esa actitud. Dijimos que sería un nuevo comienzo, para todos. —conduce con el ceño fruncido.

—Solo deja de hacer eso.

—¿Qué cosa?

—Intentar a arreglar todo siempre cuando sabes que nada está bien y dudo mucho que lo esté pronto. —bramo enfadada— Solo quiero descansar y estar sola, sin doctores pinchandome los brazos cada dos segundos o personas que intenten "ayudarme" cuando lo único que hacen es darme más motivos para mandarlos a la mierda, a todos.

Alec no responde, solo escucho el suspiro cansado de mi hermano mientras sigue en lo suyo con las manos sobre volante.

—Mejorarás. —murmura, indirectamente, para si mismo.

El trayecto siguiente lo mantenemos en silencio, Alec habla con Daniel al teléfono y discuten los términos del caso.

Yo sinceramente, me siento agotada física, mental y emocionalmente.
No quiero saber más nada am respecto y si tienen algo, mucho mejor. Así se acaba todo esto de una vez y así me dejan en paz de una vez por todas.

[...]

Eva dijo que sufriría dolores a causa de la pequeña cirugía que últimamente me ha estado causando estragos y en conjunto con la pierna, a la hora de caminar. Es por eso que tengo que sostenerme del brazo de mi hermano a la llegada del pent-house.

Hubo complicaciones pero fueron lo de menos.

Se descubrió la ruptura de una de mis trompas a la cual tuvieron que intervenir de inmediato, de lo contrario, habría muerto desangrada.

Mucho mejor.

Así no tendría que soportar un jodido nuevo diagnóstico.

Infertilidad.

"Será muy difícil que puedas volver a embarazarte si así quisieras en un futuro."

Como si soportar casi un mes de terapias estupidas, chutes de morfina y una madre histérica no fueran suficientes.

La pierna comienza a doler y los efectos secundarios de inhalar tanto humo aquel día, vienen a mi.

Me agito con demasiada facilidad.

Mis pulmones se vieron afectados de igual forma.

Faltaba solo que me hubiera roto el culo de un sentón y así Diosito estaría feliz haciéndome pagar algún karma del que nisiquiera estaba enterada.

𝐑𝐄𝐌𝐄𝐌𝐁𝐄𝐑  |njh| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora