37. | ¿Yo te gusto?

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Capítulo 37.

A ver, esque nisiquiera quiero abrir los ojos.

No hay ruido, no hay nada, solo... silencio. Silencio y el tenue sonido del aire acondicionado.

Deja de ser una cobarde.

Me reprendo a mi misma y abro los ojos de golpe. Me tranquilizo cuando inmediatamente veo al castaño dormir plácidamente.

No está despierto, paranoica de mierda.

¡Ah, maldición!

Anoche después de su nocturna confesion, me vi incapaz de abrir los ojos y solo me susurraba. "DUERME, MEREDITH, DUERMETE" hasta que mi cerebro se lo creyó y caí en la inconsciencia del sueño.

Y aquí estoy, deleitandome con semejante imagen.

Niall duerme boca arriba y Charlotte abrazada a su padre, hace lo mismo.
Ella tiene su brazo extendido sobre el torso de Niall y la pierna sobre su abdomen mientras su mejilla, descansa sobre su pecho. Niall la abraza así mismo y me resulta difícil no reír cuando ambos, duermen con la boca entre abierta.

Son tal para cual.

Perezosa y con ganas de dormir toda la eternidad, me termino de despertar voy directo al baño. Hago mis necesidades primarias y después de lavarme las manos, me lavo la cara comenzando con esas rutinas de cremas y aceites en la piel que yo no creía que funcionaran pero realmente veo resultados mejores para mi rostro. Al terminar, peinó un poco mi desastroso cabello y lo ato en una cola alta para así después bajar y comenzar a preparar el desayuno ya que tengo una hija que al parecer cada que se duerme y despierta, tiene hambre.

Mentiría dijera que no estoy feliz.

Ayer estaba de lo peor, sufriendo y torturandome con la imagen mental de que algo malo le pudiese pasar a mi pequeña. Justo cuando comenzaba a preparar dos tazas de café, recibí una llamada de David, diciendo que aún no localizaban a los tipos del parque con la descripción que Harry les había dado.
Que seguirían buscando y que esperaban que todo estuviera bien con Charlotte. Le agradecí por supuesto el esfuerzo y la ayuda, le dejé en claro que estaba bien, que no debía preocuparse. Nos despedimos y hasta ahí la charla.

Terminé preparando huevos revueltos con jamón y tocino tostado. Panqueques que muy seguramente Charlotte querrá comer, fruta, jugo y café. Estaba listo y me pareció extraño que aún ningún o estuviera despierto.

Así que subí las escaleras esperando poco y abro la puerta de la habitación, ellos siguen igual a cuando bajé.

Así que tomo lugar del lado donde Niall se encuentra aún dormido, me hinco sobre la alfombra y comienzo a repartir cortos besos al rededor del contorno de su cara. Él comienza a removerse, más no abre los ojos pero si sonríe sin despegar los labios. Me parece tan tierno.
Él apunta a sus labios y por primera vez en el día, habla.

—Aquí... —su voz por las mañanas es otra cosa simplemente maravillosa. Tan ronca y masculina, joder...

Yo sonrío divertida y hago lo que me pide, dejando un corto y suave beso sobre sus labios. Su sonrisa se hace más grande, conforme pasan los minutos y seguimos basándonos cuidando que la pequeña rubiecita no se despierte.

Al separarnos, él me da los buenos días y yo hago exactamente lo mismo.

—Venia a despertarlos, el desayunoestá losto. No quise hacerlo hace rato, se veían adorables. —le digo y él se ríe.

—Awww. —no puedo evitar reír —Tu eres adorable. —me guiña un ojo antes de posar su mirada sobre Charlotte quien parece que no mata ni una mosca. Es como un angelito acurrucada al cuerpo de su papá, igual a un indefenso capullito de mariposa que busca ser protegido.

𝐑𝐄𝐌𝐄𝐌𝐁𝐄𝐑  |njh| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora