𝐑𝐄𝐌𝐄𝐌𝐁𝐄𝐑 |njh| ©

58. | Culpables

Capítulo 58.

Maura

Chloé rumia caminando de un lado a otro, grita, está furiosa.

—¡Nos están buscando, Maura, joder!

—Para este punto, mi familia ya debe saber.

—¡No soy una jodida criminal, no voy a huir!

—¡Ahora lo eres! —me pongo de pié cabreada— Me ayudaste a crear todo esto, me ayudaste a tratarlo y llevarlo a cabo. Eres mi cómplice y así tu lo quisiste, ahora te aguantas.

—¡Mierda! —arrasa con la mesita de noche junto a la cama de la pequeña habitación en la que nos escondemos.

Esa maldita salió del hospital hace semanas, aunque me consuela saber que gracias a mi pequeña... gracia... ahora ella sufre.

Como se lo merece.

Por arribista, por desgraciada y puta.

Matando dos pájaros de un solo tiro, aunque el plan inicial era joderla a ella, me salió mejor de lo que esperaba.

Matando al pequeño engendro que seguramente, nisiquiera era hijo de Niall.

Lastimando a la bastardita.

Dejándola hospitalizada casi dos meses.

Al menos valió la pena todo esto.

La odio como jamás imaginé que se podía odiar a una persona, la aborrezco tanto...

Lo mejor de todo es que esto apenas es el comienzo, esa desgraciada va a pagar el haberme arrebatado a mi familia. Todo por lo que entregué mi vida entera, todos unos mal agradecidos.

Y ella será la culpable, hasta que termine logrando mi objetivo.

[...]

Meredith

Alec besa el dorso de mi mano en silencio, no la suelta y la acaricia demostrandome su apoyo.

Durante todo el trayecto de regreso a casa, estuve callada. Con la frente pegada a la ventana, mientras las gotas de la espesa lluvia se deslizan sobre el cristal y con los fragmentos rotos de lo que queda en mi, se esconden hasta el fondo de mi bolsillo.

La melancolía de la gélida noche me abraza.

Mi mente reproduce inconsciente la calidad voz de mi padre, aquella que logra tranquilizar mis sentidos cuando y como lo necesito, citando las palabras que una vez, durante una cena familiar entre nosotros cuatro, decretó.

"—Una lágrima es demasiado importante como para que la derrames por alguien que no la merece."

Ella no merece que llore por sus horribles acciones.

Pero me duelen.

Todas y cada una de ellas.

Arribista.

Oportunista.

Interesada.

Perra.

Hija de puta.

Solo algunos insultos de todo el repertorio que algún día me echó en cara.

Me duele porque ella es la culpable de todas mis desgracias. Por su culpa, mi hija quedó inconsciente en aquel incendio, por su culpa, el hogar en el que tantos momentos hermosos se habían coleccionado, ahora ya no existe. Por su culpa tuve que estar hospitalizada tanto tiempo, hundiendome en la miseria.