12. | Meet you.

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Capítulo 12.

Sábado, un día antes de año nuevo.

Pienso en lo loco que será este día. Con Niall acordamos que podía venir a mi departamento puesto a qué podría sentirse más cómodo sin las preocupaciones de tener cámaras detrás de él todo el tiempo.

Gustoso aceptó.

Ahora faltan menos de veinte minutos para que llegue, Charlotte me está mareando con tantas vueltas que dá. Sé que está nerviosa.

—Cálmate, pronto hundirás el piso. —bromeo.

—Mamá...

—Estaba jugando, pero en serio, tranquila. Ven, siéntate conmigo. —ella asiente haciendo su largo y sedoso cabello hacía atrás una vez que toma asiento. —¿Recuerdas? Hablaste con él una vez y se llevaron muy bien. —sonríe —entinces no debes estar nerviosa cariño.

—Pero yo no sabía que era papi... —Dios, ¿Puede ser tan adorable e inteligente a la vez? —¿Y si ahora no le caigo bien? —baja la mirada.

—Oye —levanto con suavidad su mentón —¿A quien no me caerías bien mi amor? Eres hermosa, muy inteligente, adorable y graciosa. —intengo hacerla reír con un poco de cosquillas logrando mi objetivo. —Te va a amar. Yo te amo.

—Yo también te amo mami. —ámbas rozamos nuestras narices.

Algo muy simbólico y que a la larga nos ha unido más. Una muestra de afecto que me encanta y me derrite el corazón. Ella es mi compañera de vida, es mi vida entera. ¿Cómo no habría de amarla?

Ella decide subir a su habitación con el pretexto de que no había ordenado a sus muñecas lo cual nunca hace.

Vaya que está nerviosa.

Entonces el timbre de la puerta resuena por todo el piso.

—Hola. —me saluda con un beso en la mejilla el cual correspondo de inmediato.

—Hola. —respondo —Adelante.

—Gracias. —dice de igual forma dándose paso para así finalmente, yo cerrar la puerta. —Lindo. —se refiere al departamento. —Lo siento, estoy muy nervioso.

—Descuida, no eres el único. —frunce el ceño con confusión. —Toma asiento, iré por ella. —agradece nuevamente antes de quitarse el abrigo café quedando solamente en un buzo de mangas largas y cuello de tortuga completamente negro. Por un momento me quedo analizando su atuendo y es que tiene un muy buen sentido de la moda. Porta unos jeans ajustados y unas botas de cuero negras que hacen contraste con el buzo y su reloj. Salgo de mi transe y me dispongo a subir las escaleras. Entro a la habitación de Charlotte encontrandomela nuevamente caminando de un lado a otro casi mordiéndose las uñas.

—¿Charlie? —me mira —Ya llegó. —Muerde su labio inferior, ella hace eso cuando está muy nerviosa, me recuerda demasiado a mi.

Ella respira y se levanta alisando su suéter rojo, entonces toma mi mano. La aprieta con fuerza mientras bajamos las escaleras y se aferra a mis jeans. Al bajar, Niall se encontraba con los codos apoyados de mis piernas bastante pensativo diría yo. Al escuchar nuestros pasos, levanta la cabeza dirigiendo su mirada a la pequeña figura que se esconde tras mi cuerpo. Poco a poco sale caminando a pasos lentos. Niall por otra parte se levanta sin despegar la vista de Charlotte. La observaba con adoración, pues inconscientemente, una pequeña sonrisa se forma en sus labios conforme se arrodilla para quedar a su altura.

Charlotte se queda parada frente a él, acariciando no muy convencida la mejilla de su padre.

Dios, es bastante raro después de tanto.

—Eres muy alto papi... —Carajo, ahora quiero llorar.

La sonrisa del castaño se ensancha aún más cuando Charlotte rodea su cuello con sus pequeños brazos repartiendo besos por sus mejillas. Niall no tarda en reaccionar cuando se pone completamente de rodillas abrazándola como si no hubiera un mañana.

Es la escena más adorable y más hermosa que había visto. Tanto como para guardarlo en una fotografía.

Me pregunto, ¿Que hubiera sucedido si Charlotte hubiera crecido junto a su papá? Sería más feliz, ahora se vé demasiado feliz. Escucho sus risas mezclarse cuando Niall la carga entre sus brazos.

—...entonces ¿Tengo una hermana?

—Digamos que sí, pero, cuéntame sobre ti. ¿Qué tal van tus vacaciones princesa?

—Ahora son mejores... —juega con sus dedos.

—¿Ha sí? ¿Por qué?

—Por que Santa Claus me trajo el regalo que le había pedido siempre ¿Verdad mami? —ámbos me miran.

—Sí, corazón. —sonrío.

—Y ¿Cuál es? —pregunta obteniendo la total y completa atención de Charlotte.

—Conocerte...

Jodidamente adorable.

𝐑𝐄𝐌𝐄𝐌𝐁𝐄𝐑  |njh| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora